"No creo que la película genere un sentimiento antisemita superior al que podría generar la lectura de los Santos Evangelios. Más aún, de darse ese sentimiento sería en contra de algunos judíos contemporáneos a Cristo, entre otros Caifás, quienes, efectivamente, utilizaron toda su influencia y poder político para lograr la crucifixión de Jesús. De otro lado, ¿qué se dice de los "romanos"? ¿Por qué nadie discute la responsabilidad directa de Poncio Pilatos, en su muerte? ¿Por qué no se ha dicho lo mismo de La Lista de Schindler? ¿Es antigermana? ¿Y qué decir de Raíces o Mississippi en Llamas? Como estas y muchas otras, La Pasión de Cristo narra un evento real, tanto para los historiadores como para los creyentes; de hecho, para los que creemos en Jesucristo, las cosas nunca hubieran sido diferentes. No obstante, si hoy día me presentan a una persona judía, alemana, inglesa, estadounidense, o de donde sea, la saludo con calidez y amor y no la juzgo por las acciones y/o errores que hayan podido cometer sus antepasados; ni siquiera a ellos podría juzgar.
La verdad, le reconozco a la cinta ciertos detalles interesantes, como la figura del maligno que no se define completamente como un hombre o una mujer, o la lágrima que cae del cielo apenas Jesucristo expira. Es una lágrima del Padre, que llora no sólo porque su único Hijo a muerto de semejante forma, sino también porque Él conoce el corazón del hombre y sabe que su transformación será muy difícil, así nos haya entregado a su Hijo para lograrlo. En todo caso, no nos va a obligar...
Creo que toda esta discusión se ha generado como una estrategia típicamente comercial, y quisiera invitarlos a que no se queden en la sangre y los azotes y vayan más allá, averiguando si Dios realmente quiere, o no, transmitirnos algo a través de la labor del señor Gibson, quien, espero, de los altísimos dividendos que ha dejado y dejará el film, destine una parte para apoyar las obras que agradan a Dios.
Gracias por su tiempo y atención y que el Señor les acompañe a diario."
Henry Abaúnza Galvis
"A la película la vi dos veces durante la Semana Santa, como ejercicio piadoso, por mi parte, creo que para quien la observa desde un ángulo distinto que desde la fe, ciertamente el film es brutal, comparable a las más impactantes de la saga de Rambo, Rocky o Terminator, entre otras, con la diferencia es que en aquellas, los que sufren y pierden son los “malos” (generalmente de ojos rasgados, barbudos, negros o de aspecto germano), mientras que en este, conmueve realmente, por incomprensible el castigo inflingido a un inocente, “el Bueno”, si lo vemos desde la óptica cristiana, las cosas cambian, porque no se lee la novelita que se cuenta en una forma literal, sino lo que ella quiere transmitir, nosotros vamos a ver la película sin la incertidumbre del final, conocemos, podríamos decirlo así, cada detalle que allí se narra, digo que para nosotros la mencionada obra, no encierra suspenso alguno, pero ciertamente conmueve, y lo hace porque sabemos que las cosas no solamente fueron así, sino que el intérprete, en este caso Mel Gibson, se queda corto, porque hay cosas que no puede transmitir de forma totalmente fiel una imagen simulada, y es el sufrimiento moral del condenado que paga por culpas que no le pertenecen, pero asume amorosamente, culpas que conoce y sufre en las escenas realmente que más a mí me conmovieron y que se pueden apreciar en la representación de la “Agonía en el Huerto de los Olivos”, donde es de imaginarse que ante Jesús pasaron desde las faltas casi podríamos decir inocentes de nuestros más antiguos antepasados, hasta las traiciones de sus contemporáneos y las más deleznables, que nosotros ni imaginamos, porque los que las cometen, están revestidos de inocencia y hasta fingen ser sus amigos, enquistados dentro de Su propia Iglesia, ante su vista, deben haber pasado también los distintos y terribles holocaustos que vivió nuestra humanidad a través de los tiempos, no faltando por supuesto los que conocemos por ser tan cercanos en el tiempo, como lo son los del pueblo armenio y judío (el pueblo de Jesús) y los que en nombre de la “Verdad” o la “Libertad” cometieron los más deleznables abusos. Hay varios aspectos rescatables de esta obra, pero yo me quedo con esta escena, por otra parte, hay aspectos que no me agradaron o que no entendí, una escena de estas es cuando un cuervo arranca los ojos al “Mal Ladrón”, considero que agrega una brutalidad, reitero, incomprensible para mí y que no se halla narrada en ninguno de los Evangelios, ni en los Apócrifos a los que pude tener acceso.
No encuentro ningún aspecto que pueda considerarse lesivo para la dignidad del pueblo judío, por el contrario, hay una escena que podría plantear todo lo contrario y es cuando se obliga al Cirineo a cargar la cruz. La película deja bien en claro quiénes fueron los que condenaron a Jesús: la volubilidad de las masas enceguecidas por sus conductores. Es lo mismo que si culpáramos a todos los alemanes por el holocausto judío o a todos los turcos por el armenio.
En definitiva, si alguien va a ver la película, que lo haga por motivos de su fe y sabiendo lo que va a ver, sino será otro producto hollywoodense con toda la truculencia que los caracteriza."
Elvio Felipe Callieri
|
