En este número:

1. Editorial: El arte y la ideología

2. Recomendados del mes y clásico de regalo

3. Foro: Club de lectura nro. 4: El Quijote

4. ¿Qué es el arte? Reflexiones de Tolstoi

5. Efemérides: poema de un autor argentino de comienzos del siglo XX

6. Direcciones

7. Suscripciones

De otras ramas del arte se espera más. Que un escritor sea cuestionado por los contenidos de sus libros (y que incluso por eso se lo agreda, detenga o asesine; basta recordar a los poetas y narradores desaparecidos durante la última dictadura argentina o a figuras como Reinaldo Arenas, en Cuba) es algo conocido. Que un pintor se pase de la raya por haber elegido motivos indecorosos o porque se entienda que sus retratos burlan, no dignifican a los retratados, también. Pero que un músico (que además suele ejecutar piezas clásicas, muchas veces carentes de letra) sea criticado por asuntos que no tienen que ver directamente con el arte sino con dimensiones ideológicas o políticas, no es tan habitual. 

Pero así le pasa frecuentemente al reconocido músico argentino-israelí Daniel Barenboim. Él tiene la dudosa suerte de sobresalir no sólo como gran pianista y eximio director de orquesta, sino también como figura influyente -muy cuestionada por algunos, admirada por otros- en el plano político.

Ocurre que que Barenboim tiene una opinión definida respecto del delicado conflicto Medio Oriente y es crítico respecto de la política israelí en los territorios palestinos. Además de esto, realiza gestos muy visibles y simbólicos, como llevar a cabo un concierto en la ciudad cisjordana de Ramallah. Esta ocurrencia, por ejemplo, le valió al músico una amenaza de parte de miembros del grupo de extrema derecha Kach.

Ya se había ganado furiosas acusaciones de parte de instituciones israelíes en 2001, cuando interpretó en ese país un fragmento de Richard Wagner, músico al que se le atribuyen tendencias antisemitas y que era uno de los compositores favoritos de Hitler. Esto generó una gran controversia y se lo llegó a tildar de "pro nazi".

Desde hace tres años, Barenboim dirige, además, una orquesta conformada por jóvenes israelíes y palestinos, con la intención de generar concordia entre ambos pueblos.

Todo lo cual resulta lo suficientemente provocativo para que, hace menos de dos semanas, activistas israelíes lo amenazaran en su casa de Jerusalén. Los organizadores del festival en el que está participando (el Festival de Música de Cámara de esa ciudad) decidieron ponerle guardaespaldas a disposición. Y las amenazas no pasaron a mayores, pero sí nos permiten pensar un poco el tema de las relaciones del arte y otras esferas, y la validez o no de la censura.

Tomemos el caso de Wagner. El hecho de que de sus obras se pueda desprender un mensaje racista, ¿las invalida? ¿Qué habría que hacer con ellas: no escucharlas, escucharlas o escucharlas con la debida prevención? Por otro lado, ¿puede un autor decir lo que quiera? Hemos citado casos, en el primer párrafo, en que la censura y los castigos que acarreó fueron del todo cuestionables; pero también hay circunstancias en que los mensajes de ciertas personas pueden ser realmente dañinos, al punto de que tal vez se pueda pensar en la legitimidad de algún tipo de censura... ¿O quienes dan malos mensajes no deben tener, directamente, derecho a la palabra? Por último, ¿se puede separar el logro artístico de la ideología del autor? Esperamos sus opiniones aquí.

Hasta el próximo boletín,

Editorial LibrosEnRed

   Superando el promedio.
   Comentarios prácticos para líderes de responsabilidad social     

   Leonardo Rivera Pérez

   Religiones, Autoayuda y Crecimiento

La búsqueda del éxito en lo que nos proponemos radica en atrevernos a hacer lo que necesitamos para lograr superarnos y llegar a ser lo que siempre hemos querido ser.

Frecuentemente, nos preguntamos cuál o cuáles han sido las razones por las que unas personas, aparentemente con menos capacidades y menores recursos que los nuestros, han podido progresar, avanzar más rápidamente en la escala social y alcanzar niveles superiores de desarrollo y bienestar.

En Superando el promedio, usted encontrará las respuestas a estos interrogantes y descubrirá la forma de aplicarlos a su propia vida. Aquí tiene las herramientas que necesita para progresar, para desarrollar su potencial, para mejorar su mente y lograr que sus sueños se hagan realidad. Mediante una prosa amena y una serie de ejemplos maravillosos, el autor demuestra que siempre es posible superar las crisis, que usted es el dueño de su propio futuro, y que tiene la capacidad y el talento necesarios para hacerlo.

La educación, la formación y la programación de las personas en el siglo XXI han sido y estarán sometidas a procesos profundos de cambio que requieren nuestra atención. Con toda certeza, usted aprovechará estas lecciones en su propio beneficio.

Una vez que termine de leer el libro, habrá adquirido otra visión del mundo y de su personalidad, y estará en condiciones de identificar los caminos que lo conducirán al éxito y a la mejora de las condiciones de vida para usted y para los que lo rodean.

Leonardo Rivera Pérez es ingeniero geógrafo, investigador, escritor, conferencista, empresario, profesor universitario -con maestría en Administración de la Planeación Urbana y Regional- y especialista en técnicas de desarrollo empresarial. Realizó estudios de pregrado en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y de posgrado en la Escuela Superior de Administración Pública.

Desde 1995, está dedicado a la investigación sobre temas del comportamiento humano. Ha sido conferencista en diversos países de Centroamérica y Sudamérica, y ha publicado diversos trabajos de divulgación científica y técnica a través de diferentes medios.

Es fundador y Director del "Club de Triunfadores" y de "Secretos para triunfar", cuyo objetivo es el de ayudar, por una parte, a las personas a desarrollar al máximo su potencial y, por otra parte, a las entidades a mejorar la efectividad y el ambiente laboral.

 

     Las aventuras filosóficas de Raúl Zeta

     Lic. Esmeralda Orozco
    
     Ciencias Espirituales y Esotéricas

Si promovemos el amor universal y sembramos valores morales, transformaremos la conciencia de los herederos de la Tierra marcándoles el camino a una nueva era.

Se trata de una novela que aportará a la humanidad los valores éticos morales tan necesarios en nuestra época. Está basada en las enseñanzas difundidas por los grandes maestros de la humanidad (Budas, Jesús, San Agustín, Santo Tomas de Aquino, entre otros), sin que el contenido influya sobre las creencias o preferencias religiosas del lector.

Aun y cuando existe un sinfín de libros que tienen como objetivo la "autoayuda", el aquí propuesto basa su estrategia didáctica en relatos históricos de interés filosófico, en forma de emocionantes aventuras que ayudan a la transmisión de los mensajes de superación personal propuesto en cada capítulo, con la finalidad de que lleguen a entretener a los más jóvenes, sin que la lectura pueda cansar a los mayores.

Es común en los libros de autoayuda relacionar el éxito con mecanismos o rituales de difícil práctica diaria, por ejemplo: "Párate frente a un espejo y repite 10 veces, en tres momentos del día, a lo largo de 40 días: 'hoy estoy mejor' y así estarás mejor". O algo como esto: "Imaginando los símbolos XXX, trasmutarás tus energías". Sin considerar que todo, ¡absolutamente todo!, es energía pura y la energía no muere, solo se transforma.

Para cambiar nuestro entorno, lo único que necesitamos es evolucionar en nuestra manera de pensar. La superación personal solo se logra trasmutando nuestras conductas y pensamientos a medida que adquirimos valores y estos, a su vez, nos ayudan a ser mejores personas. Luego, por efecto a la ley de atracción y de vibración, la mente genera circunstancias afines a nuestro proceder.

Este libro fundamenta su estrategia en la más simple de las leyes universales: la ley del amor, cuya fuerza es capaz de trasmutar cualquier manifestación energética, sean estas de baja o alta densidad, seguida de las del mentalismo, vibración, atracción, causa y efecto, entre otras, con aplicaciones prácticas en el día a día sin complicación alguna. Atacando de raíz la principal causa de la desviación conductual de las sociedades, la ignorancia del individuos, en los valores éticos-morales.

Esmeralda Orozco nació en Caracas, en 1962. Durante su infancia, vivió en la ciudad de Puerto Ordaz, Estado Bolívar, cuando esta apenas estaba en etapa de fundación. A la edad de siete años, sus padres, Luis Alberto Orozco García y Delis Estrella Castro Espinoza -el primero, ajustador de pérdidas de seguros, y ama de casa, su madre-, fueron trasladados a la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, donde, desde los nueve años, Esmeralda mostró profundo interés por la filosofía y los temas de la mente, al punto de comprar sus libros con el excedente de su merienda escolar.

Su padre, quien también gustaba de los mismos textos, la alentaba al estudio de la filosofía y el desarrollo de la percepción paranormal. Poco después de culminar su bachillerato en el colegio Nuestra Sra. del Fátima, Esmeralda contrajo matrimonio con un médico, de cuyo hogar poco duradero nació su primer hijo. Luego de su divorcio, a los veinticuatro años, fue llamada a laborar en la ciudad de Caracas, donde practicó gran parte de los conocimientos en materia de seguros que su padre, desde los dieciséis años, le había inculcado.

En la ciudad de Caracas, Esmeralda llegó a desarrollarse como ajustador de pérdidas de seguros y auditora para todo el ámbito del territorio nacional. Como consecuencia de la muerte de su papá, decide después de diez años regresar al lado de su madre a la ciudad de Maracaibo. Egresó de la Universidad del Zulia como licenciada en Contaduría Publica y actualmente cursa diplomado de Gerencia Tributaria y otros cursos de especialización, mientras opta por cursar el año entrante la Maestría en Gerencia en Finanzas en la misma Universidad.

Actualmente cuenta con 45 años, es madre de dos hijos -Fernando Luis y Luis Alberto-, el primero ya graduado de ingeniero y el segundo de ellos con apenas doce años, en séptimo grado. A ellos ha trasmitido las enseñanzas filosóficas que desde muy temprana edad acostumbró a interpretar.
 

El libro de regalo

El enfermo imaginario

La brillante caracterización de un hipocondríaco. Nos muestra la divertida historia de un supuesto enfermo. Esta obra excelente ha pasado también a la fama debido al ataque que Moliere sufrió en escena el día de su estreno, a raíz del cual falleció diez horas después.
 

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¿Y qué pasó con el último Club de lectura? ¿Nadie, n-a-d-i-e, es capaz de opinar sobre el gran cuento "La figura en el tapiz", que es entretenido, se lee rápido y, para colmo, habla sobre lo que a la mayoría de los que estamos aquí más nos gusta: el juego literario?

Qué barbaridad. ¿Será que tenemos que volver a los clásicos canónicos superestablecidos? Si es así, aquí tienen: vamos con las andanzas del Quijote, primera y segunda parte. Y no queremos menos de 20 comentarios de lectura... ¡sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría ya lo leyó!

El libro está disponible aquí en sus dos partes:

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Parte I

El ingenioso hidalgo don Quito de la Mancha. Parte II

     "Opinan, Sancho; señal de que están leyendo" ;) Los comentarios sobre este libro, aquí.  
 

"Sobre esta aptitud del hombre para experimentar los sentimientos que experimenta otro, está fundada la forma de actividad que se llama arte. Pero el arte propiamente dicho no empieza hasta que aquel experimenta una emoción y, queriendo comunicarla a otros, recurre para ello a signos exteriores. Tomemos un ejemplo bien sencillo. Un niño ha tenido miedo de encontrarse con un lobo y explica su encuentro; y para evocar en sus oyentes la emoción que ha experimentado, les describe los objetos que le rodeaban, la selva, el estado de descuido en que se hallaba su espíritu, luego la aparición del lobo, sus movimientos, la distancia que les separaba, etcétera. Todo esto es arte, si el niño, contando su aventura, pasa de nuevo por los sentimientos que experimentó, y si sus oyentes, subyugados por el sonido de su voz, sus ademanes y sus imágenes, experimentan sensación análoga. Incluso si el niño no ha visto jamás un lobo, pero tiene miedo de encontrarlo, y deseando comunicar a otros el miedo que ha sentido, inventa el encuentro con un lobo, y lo cuenta de modo que comunique a sus oyentes el miedo que siente, todo esto será también arte. Arte hay en que un hombre, habiendo experimentado miedo o deseo, en realidad o imaginativamente, exponga sus sentimientos en la tela o en el mármol, de modo que los haga experimentar por otros. Hay arte si un hombre siente o cree sentir emociones de alegría, de tristeza, desesperación, valor o abatimiento, así como la transmisión de una de esas emociones a otros, si expresa todo esto por medio de sonidos que permitan a otros sentir lo que sintió.

Los sentimientos que el artista comunica a otros pueden ser de distinta especie, fuertes o débiles, importantes o insignificantes, buenos o malos; pueden ser de patriotismo, de resignación, de piedad; pueden expresarse por medio de un drama, de una novela, de una pintura, de un baile, de un paisaje, de una fábula. Toda obra que los expresa así es obra de arte.

Desde que los espectadores o los oyentes experimentan los sentimientos que el autor expresa, hay obra de arte.

Evocar en sí mismo un sentimiento ya experimentado y comunicarlo a otros por medio de líneas, colores, imágenes verbales, tal es el objeto propio del arte. Esta es una forma de la actividad humana, que consiste en transmitir a otro los sentimientos de un hombre, conciente y voluntariamente por medio de ciertos signos exteriores. Los metafísicos se engañan viendo en el arte la manifestación de una idea misteriosa de la Belleza o de Dios; el arte tampoco es, como pretenden los tratadistas de estética fisiólogos, un juego en el que el hombre gasta su exceso de energía; tampoco es la expresión de las emociones humanas por signos exteriores; no es tampoco una producción de objetos agradables; menos aún es un placer: es un medio de fraternidad entre los hombres que les une en un mismo sentimiento, y por lo tanto, es indispensable para la vida de la humanidad y para su progreso en el camino de la dicha."
 

*León Tolstoi (1828-1910) fue destacado escritor ruso, autor de obras extraordinarias como Ana Karenina y La guerra y la paz. 

 

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