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Boletín de LibrosEnRed Nº 55
 24 de agosto de 2005
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"Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto;
porque el espectador lo perdona todo menos el sopor."
 Voltaire (1694-1778), filósofo francés


En este número:

01

 

¿Estaba buscando material de lectura para practicar su inglés? ¿Hacerle un regalo a un amigo angloparlante? ¿Le interesa comparar la versión española de algún clásico, con la inglesa original?

Si es así, visite nuestra nueva colección: Books in English. Allí encontrará libros de variada temática, escritos por autores que ya son merecidamente clásicos. O que, si todavía no lo son, pertenecen a lo más interesante de la narrativa y el pensamiento actuales.

Para festejar el lanzamiento, van dos libros de regalo: Moby Dick or The Whale y The War of the Worlds. No deje de buscarlos en la sección libros de regalo, más abajo.

Además, les recordamos a quienes tengan un libro para editar o ya son autores de la editorial pero sólo publicaron su obra en español, que a partir de ahora pueden acceder, a través de esta colección, al atractivo mercado de libros en lengua inglesa. Consúltennos sobre todos los servicios y descuentos que podemos ofrecerle. Vea nuestras propuestas haciendo clic aquí.


Vamos al Acertijo de este mes, pero antes una advertencia. Con un 95% de aciertos en las últimas preguntas, nos sentimos impulsados a aumentar el desafío. P
or eso, esta vez, no sólo deberán dar con el autor, sino además responder sobre un título suyo en particular: 

¿Qué autor dijo, y en relación con qué libro escrito por él, "lo escribí y aprendí a leer"?

Una ayuda más: nada menos que autores como Gabriel García Márquez, Ricardo Piglia y Juan Carlos Onetti lo han considerado un maestro.

En cuanto al libro en cuestión, no sólo fue aquel que le enseñó a leer, sino el que más esfuerzo le ha demandado (lo escribió nada menos que cinco veces). Hablando sobre ese proceso de escritura, el autor decía en un reportaje:

“La cualidad que debe tener un artista para juzgar su trabajo es objetividad, más la honestidad y el valor suficientes como para no engañarse. Como ninguno de mis libros ha satisfecho mi propio estándar, debo juzgarlos sobre la base de aquel que me ha causado más pesar y angustia, como la madre que ama más al hijo ladrón o asesino que al hijo sacerdote.”
 

  Si imagina de quién y de qué título se trata, envíen su respuesta -directamente en el asunto del correo electrónico- a [email protected]. Si tienen dudas, esperen la próxima pista el lunes 1º de agosto, aquí.

Estará participando por dos ejemplares digitales a su elección.

Hasta el mes que viene,

Editorial LibrosEnRed

 

02


Informar emociones. El lenguaje periodístico en la cobertura de catástrofes

tapa   

   Colección: Comunicación

   Autor: José Manuel Noguera Vivo

         

Esta obra recoge un minucioso análisis sobre los recursos léxicos, estilísticos y temáticos que usa la prensa escrita para informar... y emocionar.


Cualquier periodista desempeña normalmente su ejercicio profesional en tres niveles: el contextual, el textual y el estilístico. Tras seleccionar una noticia y no otra, y ordenar los datos de una manera específica y no de cualquier otro modo, el informador en el nivel estilístico selecciona unas palabras, elige unas expresiones y rechaza otras. La cobertura periodística de catástrofes tiene un lenguaje propio, lenguaje que tiene la finalidad de emocionar al lector. Y esas emociones se despiertan gracias a la combinación de diversos recursos léxicos, estilísticos y temáticos.

José Manuel Noguera Vivo es licenciado en Periodismo y especialista en Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación Multimedia, por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). Ha sido profesor de Periodismo Especializado y Estrategia Multimedia en la Universidad Americana de Acapulco (México). Es autor del artículo "La bitácora como paradigma de comunicación en Internet", publicado por la Revista Interamericana de Nuevas Tecnologías de la Información, editada en Bogotá (Colombia). También ha trabajado en prensa escrita, radio y televisión.

Informar emociones... es un texto especialmente recomendable para estudiantes de Comunicación, docentes y periodistas.


Nuestros años diez. La asociación pro-indígena, el levantamiento de Rumi Maqui y el incaísmo modernista

tapa   

   Colección: Insumisos Latinoamericanos

   Autor: Carlos Arroyo Reyes
              


Nuestros años diez... trata sobre el indigenismo, los levantamientos indígenas y el incaísmo modernista en el Perú de la década de 1910. Es decir, uno de los más intensos períodos de la historia peruana.

Pero deliberadamente focaliza en el aspecto indígena de la cuestión. Por eso, se centra en la acción de la Asociación Pro-Indígena, el levantamiento de Rumi Maqui y el impulso del incaísmo modernista, y no se detiene en otros puntos que ya han sido prolijamente estudiados. Además, aunque destaca el rol cumplido por Pedro S. Zulen, Teodomiro Gutiérrez Cuevas y Abraham Valdelomar, reivindica también a una serie de personajes que se les condenó a ser los eternos convidados de piedra de la historia del Perú.

Carlos Arroyo Reyes (Perú, 1954) es licenciado en Derecho y Ciencias Sociales, y ejerce el periodismo desde 1984. Ha escrito ya varios libros, pero probablemente este sea el más imprescindible para especialistas en historia peruana y estudiosos de las ciencias sociales en general.


Y sumamos un recomendado en inglés:
Jesus loves you. I don't

tapa                                                                  

   Colección: Books in English

   Autor: J D Roman
               


When performing a presentation, a lecture, even during an informal conversation, how witty and smart we can look, spicing our sentences with some accurate famous quotation.

Here are 1.500 of them. Whether we decide to provoke, to generate some debate, to enlighten some concept, or just to get some smiles from our audience, those famous quotations can come in very handy. This book should be used as a permanent tool, especially if we are in the business of communicating or training.

Los clásicos de regalo

Los presentamos gratis para los miembros del Club de Lectores. Los encontrará en la sección Books in English.

tapa

  

  Autor: H. G. Wells

  Título:  The War of the Worlds

 

tapa

 

  Autor: H. Melville

  Título:  Moby Dick or the Whale

 

   


¿Usted también escribe? Poesía, ensayo, novelas...
Sea parte de nuestro catálogo.

Ingrese aquí para conocer nuestras propuestas de edición.

 

Encuesta para los lectores
03



El avance de la ciencia en las últimas décadas, sumado a la creciente afirmación de los derechos de los homosexuales, trae nuevas cuestiones para debatir en el espacio social.

Mediante distintos recursos (inseminación artificial, alquiler de vientres, donación de óvulos), aquellas parejas integradas por miembros del mismo sexo y para las que la procreación natural no era posible, pueden ahora tener hijos. Una forma de constitución de familia tan novedosa genera, por su puesto, polémicas y replanteos.

Muchos consideran que no es el entorno adecuado para la crianza de un niño. Consideran que la identificación sexual y la maduración de su personalidad necesitan de un modelo femenino y de uno masculino.

Otros, en cambio, piensan que en la medida en que la pareja críe a sus hijos con amor y cuidado, esos niños estarán bien. Y que no hay razones para pensar que el hecho de tener dos madres o dos padres puede comprometer el adecuado desarrollo de la criatura. Que, tomando las palabras del presidente español Rodríguez Zapatero, es hora de que los homosexuales "dejen de ser ciudadanos de segunda", con derechos civiles recortados.

Es un tema complejo. Usted, ¿qué opina sobre el hecho de que una pareja de homosexuales tenga y críe un hijo?

  • Estoy de acuerdo. No veo que ser homosexuales los convierta en peores padres o que su orientación sexual pueda afectar la psiquis de los niños.

  • No estoy de acuerdo. Me parece que le ofrecerán al niño un modelo confuso, que en algún punto los perjudicará.

Lo invitamos a votar sobre este delicado asunto haciendo clic aquí

 

04



"La consideración primordial fue esta: la dimensión. Si una obra literaria es demasiado extensa para ser leída en una sola sesión, debemos resignarnos a quedar privados del efecto, soberanamente decisivo, de la unidad de impresión; porque cuando son necesarias dos sesiones se interponen entre ellas los asuntos del mundo, y todo lo que denominamos el conjunto o la totalidad queda destruido automáticamente. Pero, habida cuenta de que coeteris paribus, ningún poeta puede renunciar a todo lo que contribuye a servir su propósito, queda examinar si acaso hallaremos en la extensión alguna ventaja, cual fuere, que compense la pérdida de unidad aludida. Por el momento, respondo negativamente. Lo que solemos considerar un poema extenso en realidad no es más que una sucesión de poemas cortos, es decir, de efectos poéticos breves. Es inútil sostener que un poema no es tal sino en cuanto eleva el alma y te reporta una excitación intensa: por una necesidad psíquica, todas las excitaciones intensas son de corta duración. Por eso, al menos la mitad del "Paraíso perdido" no es más que pura prosa: hay en él una serie de excitaciones poéticas salpicadas inevitablemente de depresiones. En conjunto, la obra toda, a causa de su extensión excesiva, carece de aquel elemento artístico tan decisivamente importante: totalidad o unidad de efecto.

En lo que se refiere a las dimensiones hay, evidentemente, un límite positivo para todas las obras literarias: el límite de una sola sesión. Ciertamente, en ciertos géneros de prosa, como Robinson Crusoe, no se exige la unidad, por lo que aquel límite puede ser traspasado: sin embargo, nunca será conveniente traspasarlo en un poema. En el mismo límite, la extensión de un poema debe hallarse en relación matemática con el mérito del mismo, esto es, con la elevación o la excitación que comporta; dicho de otro modo, con la cantidad de auténtico efecto poético con que pueda impresionar las almas. Esta regla sólo tiene una condición restrictiva, a saber: que una relativa duración es absolutamente indispensable para causar un efecto, cualquiera que fuere.

Teniendo muy presentes en mi ánimo estas consideraciones, así como aquel grado de excitación que nos situaba por encima del gusto popular y por debajo del gusto crítico, concebí ante todo una idea sobre la extensión idónea para el poema proyectado: unos cien versos aproximadamente. En realidad cuenta exactamente ciento ocho.

Mi pensamiento se fijó seguidamente en la elevación de una impresión o de un efecto que causar. Aquí creo que conviene observar que, a través de este trabajo de construcción, tuve siempre presente la voluntad de lograr una obra universalmente apreciable.

Me alejaría demasiado de mi objeto inmediato presente si me entretuviese en demostrar un punto en que he insistido muchas veces: que lo bello es el único ámbito legítimo de la poesía. Con todo, diré unas palabras para presentar mi verdadero pensamiento, que algunos amigos míos se han apresurado demasiado a disimular. El placer a la vez más intenso, más elevado y más puro no se encuentra -según creo- más que en la contemplación de lo bello. Cuando los hombres hablan de belleza no entienden precisamente una cualidad, como se supone, sino una impresión: en suma, tienen presente la violenta y pura elevación del alma -no del intelecto ni del corazón- que ya he descrito y que resulta de la contemplación de lo bello. Ahora bien, yo considero la belleza como el ámbito de la poesía, porque es una regla evidente del arte que los efectos deben brotar necesariamente de causas directas, que los objetos deben ser alcanzados con los medios más apropiados para ello -ya que ningún hombre ha sido aún bastante necio para negar que la elevación singular de que estoy tratando se halle más fácilmente al alcance de la poesía. En cambio, el objeto verdad, o satisfacción del intelecto, y el objeto pasión, o excitación del corazón, son mucho más fáciles de alcanzar por medio de la prosa aunque, en cierta medida, queden también al alcance de la poesía.

En resumen, la verdad requiere una precisión, y la pasión una familiaridad (los hombres verdaderamente apasionados me comprenderán) radicalmente contrarias a aquella belleza, que no es sino la excitación -debo repetirlo- o el embriagador arrobamiento del alma.

De todo lo dicho hasta el presente no puede en modo alguno deducirse que la pasión ni la verdad no puedan ser introducidas en un poema, incluso con beneficio para este; ya que pueden servir para aclarar o para potenciar el efecto global, como las disonancias por contraste. Pero el auténtico artista se esforzará siempre en reducirlas a un papel propicio al objeto principal que se pretenda, y además en rodearlas, tanto como pueda, de la nube de belleza que es atmósfera y esencia de la poesía. En consecuencia, considerando lo bello como mi terreno propio, me pregunté entonces: ¿cuál es el tono para su manifestación más alta? Este había de ser el tema de mi siguiente meditación. Ahora bien, toda la experiencia humana coincide en que ese tono es el de la tristeza. Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente, a las almas sensibles. Así, pues, la melancolía es el más idóneo de los tonos poéticos.


CONTINUARÁ...


*Edgar Allan Poe fue escritor, poeta y crítico. Se lo suele presentar como el maestro del relato corto, en especial de cuentos de terror y misterio.

Encontrará libros de su autoría, de regalo, en nuestra sección Libros gratis, como Selección de poesías y Siete relatos de horror y suspenso.

 

05

 

1. ¿Qué se entiende por "ceremonial" y qué por "protocolo", específicamente? ¿Se trata de "disciplinas" dirigidas solamente a círculos reducidos (como por ejemplo, el ámbito diplomático) o pueden aplicarse también a espacios más abiertos?

La explicación es simple si comprendemos que toda sociedad para desarrollarse como tal debe someterse a ciertas reglas que permitan la convivencia. Con este fin, todos los grupos han establecido una escala de jerarquías dentro del sistema de relaciones de la comunidad y un conjunto de convenciones para armonizar la interacción. Las formas exteriores –que se pueden calificar como rituales o ceremonias- son pautas de conducta que se reconocen, se acatan y se enseñan desde la infancia para que el individuo se adapte al medio social. La manera de saludar y de comer, el modo de reconocer roles y estatus, son requisitos formales para hacer más agradable la convivencia. Los conocemos como “reglas de urbanidad” o “buenos modales”, y una persona educada los practica a diario con su entorno social.

Cuando la aplicación de estas reglas excede los límites de la vida social, la complejidad de las relaciones humanas (públicas o privadas) requiere un procedimiento sistematizado. Además de la urbanidad y los buenos modales, el orden que regula la dinámica de las relaciones en distintas circunstancias de la vida comunitaria es competencia del Ceremonial.

Aunque es común que los términos se utilicen como sinónimos, llamamos Ceremonial a todo lo relacionado con la práctica de las ceremonias, esas formalidades que se cumplen en cualquier acto público y solemne. Pero cuando queremos especificar cómo son esas formalidades, hablamos de Protocolo; normas que se aplican en el desarrollo de las ceremonias y que constituyen las características particulares de administrar el Ceremonial en cada situación. En otros términos, el Ceremonial es orden, armonía, organización. Si bien la diplomacia aplicó siempre reglas protocolares y tuvo gran influencia en su difusión, la necesidad de regular las relaciones trasciende este ámbito y alcanza, especialmente, a quienes desarrollan alguna función pública o privada.

2. ¿Hasta qué punto influye la imagen personal (la vestimenta, el aspecto cuidado, el uso del lenguaje, los modales) en las relaciones con los otros (laborales o interpersonales)?

En general, nos guiamos por la primera impresión que recibimos. Cuando conocemos una persona, su aspecto, su forma de moverse y de hablar son los elementos que nos permiten formarnos rápidamente un concepto de ella.
 
En un mundo dominado por la imagen, tan sensible al impacto visual, todas las señales visibles provocan en nosotros actitudes propicias o negativas. Tanto en las relaciones sociales como en el ámbito laboral, si alguien se presenta adecuadamente, se expresa con propiedad y practica los modales que el grupo reconoce como correctos, cumplirá los estándares pautados y cubrirá las expectativas para causar una primera impresión favorable. Por supuesto, luego habrá que respaldar esa primera impresión con una serie de cualidades que los demás presuponen, pero una correcta imagen personal puede ser decisiva en el futuro profesional.

3. Hay niveles exclusivos de sociabilidad (por ejemplo, el ámbito diplomático) en los que se desaconseja la relación con determinadas personas si estas dan muestras de desconocer algunos códigos de comportamiento. ¿Cómo afecta el seguimiento de las normas de ceremonial en los negocios? ¿Y cómo, en las relaciones interpersonales?

El ser humano tiene la capacidad de ser instruido, de acumular información, destrezas y habilidades. Puede –inclusive- lograr varios títulos universitarios, pero eso no significa, necesariamente, que sea una persona educada. Lamentablemente, no todo el mundo tiene esa opción; hoy parece importar más la instrucción que la educación y en el mejor de los casos, se confunden los dos conceptos.

Ser educado es haber tenido la oportunidad de aprender las reglas de comportamiento. El fundamento de estas convenciones es la cortesía, un rasgo de sociabilidad, una forma elevada de civilización que frena los excesos y encauza las energías en beneficio del diálogo. De acuerdo con este principio, el proceso de la educación prepara al individuo para poder comprender y evaluar distintas situaciones y obrar adecuadamente.

En las relaciones personales, el individuo puede hacer su propia selección; pero, en la esfera laboral y en los negocios son pocas las oportunidades de elegir y, a la hora de socializar, es necesario interactuar con todo tipo de personas. Conocer los códigos de conducta es un valor agregado en el perfil profesional, y quien se reconoce con esta ventaja debe ser tolerante y no ofenderse ante las faltas ajenas. Por el contrario, debe justificar la ignorancia de quienes no han tenido el privilegio de ser educados y ser conciente de que -aún en las peores circunstancias- él cuenta con más recursos para revertir una situación desfavorable.

4. ¿Qué lecturas pueden hacerse de las formas protocolares que se dan en los encuentros entre políticos o diplomáticos? ¿Se evidencian relaciones de poder a través de ciertas formalidades?

Debemos recordar que la base del Protocolo es la cortesía, una regla universal de la conducta social. Al margen de distintas modalidades que cada cultura impone, la cortesía es un código de comportamiento que marca los límites y representa el primer paso en la escala de valores porque significa respetar la dignidad de los semejantes, condición insoslayable para establecer buenos vínculos.

La interrelación de los funcionarios de cualquier ámbito está teñida por los intereses políticos y en muchas ocasiones algunos hacen prevalecer ciertas prerrogativas asociadas a la autoridad, al dominio y a las influencias. Por eso, la función del Protocolo es moderar los espacios de poder para que cada uno ocupe el lugar que le corresponde por su función o su representatividad. Pero el Protocolo solo establece un marco para las relaciones; en ese contexto se pueden poner de manifiesto los juegos de poder, la competencia, la ambición y muchas otras expresiones de la conducta individual.

5. ¿Varía mucho el protocolo de país en país o podría pensarse que es un sistema de normas esencialmente internacional?

Hoy somos conscientes de que la sistematización y el orden son requisitos indispensables para la convivencia internacional. Así como en el ámbito interno las reglas evitan el caos, del mismo modo, el desenvolvimiento de las relaciones que se generan entre los Estados –en tiempos en que las comunicaciones los acercan cada vez más– demanda un marco organizado aceptado por todos, basado en el respeto mutuo de las leyes y de las convenciones. El mundo occidental se rige por un Protocolo común. Hay una larga tradición compartida en cuanto a ciertos principios relacionados con la buena convivencia, pero también hay pautas acordadas en Congresos Internacionales que los Estados han incorporado a su Ceremonial. Pueden existir algunas diferencias si se trata de monarquías o de repúblicas, pero la filosofía que sustenta el Protocolo es la misma. La globalización también ha acercado a los países de Oriente; si bien representan culturas diferentes y es necesario conocerlas, en los lineamientos generales del Protocolo se comparten los mismos principios.

6. ¿Cuáles son sus próximos proyectos editoriales? ¿Tiene pensado un nuevo libro?

Sí, estoy preparando una guía práctica para ejecutivos. El Manual está estructurado para los estudiantes de Ceremonial o los que trabajan en el área y tienen que organizar actividades protocolares. La guía, en cambio, tendrá información muy concreta sobre la dinámica social en el mundo empresario y será útil a quienes por trabajo o por negocios mantienen una vida de relación muy activa que puede incluir otras culturas.

Igual que el Manual de Ceremonial y Protocolo, este nuevo libro surge por pedido de los alumnos, sobre todo de los que toman clases particulares. Hay una amplia franja de jóvenes en la gerencia media de las empresas que por distintas razones prefieren una atención exclusiva y toman clases individuales. No les interesa una explicación pormenorizada del Protocolo, solo piden respuestas concretas sobre la forma de desenvolverse en los negocios y cómo actuar ante los compromisos sociales.


*Alicia Iruretagoyena es licenciada en Relaciones Públicas y autora de Manual de Ceremonial y Protocolo, una obra de consulta completa y accesible con una explicación detallada de las normas que rigen en los distintos ámbitos y los usos que regulan las relaciones sociales. El lector encontrará una descripción de las reglas desde una doble perspectiva: la del invitado y la del anfitrión.

 

05


El...


      
de agosto de 1819 nace Herman Melville, autor de Moby Dick y del genial relato Bartleby, el escribiente;

       3 de agosto de 1924 fallece Joseph Conrad, escritor británico;

       5 de agosto de 1850 nace el escritor francés Guy de Maupassant;

       10 de agosto de 1912 nace el escritor brasileño Jorge Amado, reconocido especialmente por Gabriela, Clavo y Canela (1958), Doña Flor y sus dos maridos (1966) -llevada exitosamente al cine- y Teresa Batista cansada de guerra (1972);

       12 de agosto de 1964 muere el británico Ian Fleming, creador del célebre personaje James Bond;

       19 de agosto de 1951 nace Javier Marías, escritor español;

       21 de agosto de 1862 nace Emilio Salgari, novelista italiano;

       24 de agosto de 1899 nace Jorge Luis Borges, escritor argentino, premio Cervantes 1979. Ha publicado ensayos, novelas y poesía. Para homenajearlo, transcribiremos algunas respuestas que dio en entrevistas en donde aparecen facetas suyas que no siempre se tienen presente al recordarlo:


PREGUNTA: Algunos lectores han encontrado sus relatos bastante fríos e impersonales, como los de algunos nuevos narradores franceses. ¿Es esa su intención?

RESPUESTA: No. (Con tristeza.) Si ha ocurrido eso, es sólo por torpeza. Porque sentí profundamente esos relatos. Los sentí tan profundamente que los conté... bien, usando símbolos extraños para que la gente no descubriera que son más o menos autobiográficos. Los relatos eran sobre mí, sobre mis experiencias personales. Supongo que es parte del apocamiento inglés, ¿no?


PREGUNTA: ¿Se puede planificar el estudio de la literatura en general, se pueden hacer programas para estudiar?

RESPUESTA: Es una actividad peligrosa, pero necesaria (...). He preferido enseñarles a mis estudiantes no la literatura inglesa –que ignoro– pero sí el amor de ciertos autores, o, mejor aún, de ciertas páginas, o, mejor aún, de ciertas líneas. Y con eso basta, me parece. Uno se enamora de una línea, después de una página, después del autor; bueno, ¿por qué no? Es un hermoso proceso.


PREGUNTA: Borges, ¿usted no comparte las torturas del acto creativo?

RESPUESTA: Montaigne escribió una frase tan eficaz como memorable: “No hago nada sin alegría”. Él se refería a la lectura, a que si encuentra un párrafo tortuoso en un libro, lo abandona, porque eso interrumpe la felicidad. Yo trasladaría la frase de Montaigne, y también una de mi hermana Norah, al acto de escribir. Norah dice que la pintura es el arte de dar alegría. Para mí también la literatura es una forma de la alegría. Por eso me parece que Joyce fracasa con su Ulises. La felicidad no creo que necesite de lo que usted llama tortura.



       26 de agosto de 1914 nace el escritor argentino Julio Cortázar. Es autor de Bestiario (1951), Historias de Cronopios y de Famas (1962) y la novela Rayuela (1963);
    
       29 de agosto de 1874 nace Manuel Machado, poeta español.
    
 

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06
 

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