Álvaro Domínguez es un adolescente retraído e introspectivo, que parece enamorado de una compañera de clase llamada Lorena Cuartero. Su atracción inicial por ella cuando se conocen evoluciona hacia tendencias obsesivas cuando cesa la relación. Años después, se reencuentran en la situación más inimaginable posible y la repartición de intereses y dependencias cambia.

Álvaro, adolescente retraído e instrospectivo y con un entorno familiar complicado, se enamora de una compañera de clase llamada Lorena Cuartero, cuya complicación es aún mayor que la suya y que le rehúye cuando se entera de sus sentimientos hacia ella. Él entra en una dinámica obsesiva que se agudiza al separarse. Años después, se reencuentran en la situación más heterodoxa posible, teniendo él todas las facilidades para poseer sexualmente a Lorena. Sin embargo, él tiende cada vez más a desmitificarla según se ven, y observa que era mucho más importante de lo que pensaba para ella; se entremezclan así engaños y traiciones que llevarán a un desenlace complejo e inesperado. 

Ricardo Méndez es profesor y alto cargo universitario, abogado de prestigio, tertuliano en los medios, hombre sin remordimientos ni escrúpulos, y quizá la persona con más poder, desde la sombra, de toda la educación superior española. Además de todo eso, es responsable de diversos delitos y de dos suicidios.

En su vida se había enamorado, ni siquiera de una mujer, pero la llegada de una joven profesora de visita en Madrid, Adriana Pacheco, lo hace romper la estadística de una forma radical. Ella, guapa y diferente, sí posee las virtudes morales de las que carece Ricardo. En principio ella se resiste, pero con el paso de los días acaba sucumbiendo ante su labia y poder. Él se obsesiona más y más con sus reticencias.

Ella ha de volver a México, él le propone quedarse, Adriana le dice de irse a hacer las Américas, y ante la disyuntiva se produce una serie de acontecimientos encadenados e inesperados que provocarán a Ricardo una especie de locura.