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"La música, los estados de
felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el
tiempo,
ciertos crepúsculos y ciertos
lugares, quieren decirnos algo,
o algo dijeron que no hubiéramos
debido perder, o están por decir algo;
esta inminencia de una revelación,
que no se produce, es, quizá, el hecho estético."
Jorge Luis Borges (1899-1986),
escritor argentino
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En
este número:
1. Editorial: las eras de
Internet
2. Recomendados del mes y
clásico de regalo
3. Foro:
cambios de paradigma
4. Carta sobre cronopios, de
Julio Cortázar
5.
Efemérides: declaraciones de
Juan Carlos Onetti
6. Direcciones
7. Suscripciones
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Es cierto que Internet como
fenómeno masivo tiene
menos de 15 años. No obstante lo cual, su corta vida ya
puede
dividirse en eras, recortadas por profundos cambios de
rumbo. Por ejemplo, en la primera era, la 1.0, los sitios
eran estáticos y la
información, unidireccional: la comunicación seguía el
modelo del monólogo (una persona, digamos, el responsable
del sitio, hablaba a varios).
En la era 2.0 (que ya progresa hacia lo que se
menciona como web 3.0, la web semántica e
inteligente), en cambio, imperan la interactividad y el
dinamismo. La comunicación se convirtió en un
diálogo en el que todos participan casi con los
mismos derechos. La información se imparte desde múltiples
fuentes y se va retroalimentando sin demasiado control.
Soportes para compartir videos o fotos como
flickr y
youtube, y la
posibilidad de comentar debajo casi cualquier texto
publicado en la web (una nota en sitios de diarios o la
descripción de los libros, como en
LibrosEnRed) lo demuestran.
La
producción conjunta de contenidos (tal como muestran los
proyectos más exitosos o representativos de esta etapa, como Wikipedia -recopilación comunitaria
de artículos sobre los temas más variados- o
Gestiarium -la enciclopedia
que recopila todos los gestos del mundo-) devino en modelo
de creación de conocimiento. Antes lo valioso era la información
del sitio y ahora lo valioso es el contenido
del usuario (su aporte de
datos, recomendaciones, preferencias, opiniones) y la
posibilidad de que otros agreguen elementos o modifiquen
esos contenidos.
Pero la otra tendencia imparable en los últimos años
son las redes sociales, promovidas por empresas que
pueden valer miles de
millones de dólares aunque no todas ganen mucho
dinero todavía. facebook,
Hi5,
Sónico o
linkedIn (para
el ámbito profesional) son algunas de los emprendimientos que
comprendieron el espíritu de los tiempos y se dieron cuenta
de que ya había llegado la hora de explotar la potencialidad
de contactos que ofrece la web (más de una década atrás, en
1995, se había lanzado Classmates.com, sitio para
reencontrar compañeros de clase por el ciberespacio, pero
entonces eran tan pocos los usuarios de Internet que no tenía gracia para nadie).
Los sitios de redes sociales son hoy
los de mayor popularidad porque hay tantos conectados que
por fin tiene sentido buscar gente. Y compartir
experiencias, novedades, fotos, opiniones, videos: además de
contactarse, los usuarios de redes exhiben sus perfiles,
preferencias, actividades. Y los de sus amigos.
Estos sitios identificaron bien
necesidades actuales de la gente y de ahí su éxito. Sirven
para reactivar la vida social y para reencontrarse con personas
que uno tenía anuladas para siempre (¿cómo dar con alguien
que no se ve desde la escuela primaria?, el esfuerzo de
encontrar a esa persona por los medios físicos, tradicionales, no se
justifica). Permiten curiosear en la vida de los otros, un
placer muy humano. Son un canal para mostrar las propias novedades a varios
a la vez (las fotos de nuestros hijos o mascotas).
Pero las redes pueden resultar también
algo invasivas. De hecho, dejan margen a gente que
nos puede resultar invasiva, pero que de este modo es más
difícil de evitar. Uno se ve expuesto a que otro usuario
exhiba información de uno (una foto o datos varios) sin
autorización. Además, las redes consumen mucho
tiempo de los usuarios en algo que no termina siendo, la
mayoría de las veces, más que contacto
superficial. Y promueven que muchos muestren una imagen
alterada de sí, que fabriquen una personalidad para Internet.
Las preguntas en torno a este fenómeno
son varias: ¿cómo viven el fenómeno de las
redes sociales? ¿Quiénes están en facebook, Sonico o
My Space? ¿Qué foros frecuentan? ¿Alguno tiene un avatar en
Second Life?
Y ¿confían en contenidos generados
por otros usuarios? ¿Los aportan ustedes? ¿Cuánta
importancia otorgan a comentarios y recomendaciones de
personas que se han tomado la molestia de opinar en la web
pero que ustedes no conocen personalmente?
Para responder a estas preguntas, lo invitamos al
foro.
¡Hasta la próxima!
Editorial LibrosEnRed
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La
asombrosa historia de las palabras
Ángel
Rubén Cohen Elorza
Historia
Este libro muestra el origen y la historia de muchas
palabras de uso común en nuestro idioma, así como el de
otras tantas importadas de diversos lenguajes. El estilo
ameno y coloquial asombrará al lector, además de aclararle
el origen de muchos de los vocablos que usa a diario.
¿Sabía usted que la palabra jamás en realidad
significa siempre? ¿Que la expresión ojalá es
una invocación al dios de los musulmanes? ¿Que limosnero
es aquel que da, y no el que recibe? ¿Por qué llamamos
corbata a ese pedazo de tela que la sociedad nos obliga
a amarrarnos sofocantemente en el cuello? ¿Sabía usted
que las palabras poseen un origen y una historia fascinante,
increíble y sorprendente?
Las palabras por sí solas nos cuentan un suceso, una
experiencia o toda una biografía. Porque la palabra es
más que un simple sonido, es la unidad de nuestro lenguaje,
el punto de partida de nuestra cultura y el fundamento de
las distintas sociedades que habitan este planeta.
La asombrosa historia de las palabras no es
un diccionario enciclopédico de pesada erudición, sino una
selección de las palabras que usamos a diario y de las que
desconocemos su razón de ser dentro de nuestro vocabulario
cotidiano, escrita de manera amena y humorística para
entretener al lector y para que este, a su vez, entretenga a
sus amigos y familiares usando como tema de conversación
cualquier cosa que en ese momento vea o escuche. Es una obra
para disfrutar y comentar. Un conocimiento para compartir
que cambiará para siempre su concepción del lenguaje.
Ángel Rubén Cohen Elorza nació Tapachula,
Chiapas. Se recibió de licenciado en Administración en la
Universidad Nacional Autónoma de México en 1976. Colaboró
varios años en la Dirección de Radio, Televisión y
Cinematografía como subdirector de investigación y
evaluación. Escribió guiones para radio y televisión en
diversas instituciones, como como MEXFAM, BANPESCA y el
Colegio de Arquitectos de México; además, es autor de obras
de teatro experimental.
El pánico del escorpión
Eduard Muntada Batalla
Novelas
Es sabido que un escorpión rodeado de fuego se quita la vida
clavándose el aguijón que tiene al extremo de la cola. A este
acto se lo podría llamar suicidio, pero otro punto de vista más
analítico es que, al verse en peligro, el pánico le hace contraer
su cola de rosario al punto de clavarse su mortal aguijón en la
espalda. El escorpión no decide matarse, sino que sufre un
accidente.
Los personajes de este libro, inmersos en una guerra fraticida, se
comportan de manera parecida a los escorpiones: matan y se matan.
La irracionalidad del momento los precipita a límites de conducta
insospechados en situaciones normales. Esta novela habla del
comportamiento humano en situaciones límite.
En algunos personajes, el miedo actúa como un revulsivo que hace
aflorar deseos reprimidos que jamás se habrían manifestado; a
otros, esta situación extrema les hace sacar la bestia feroz que
llevan dentro. Esta obra es dinámica; no hay un exceso de
reflexiones filosóficas ni descripciones largas. A pesar de su
trasfondo bélico, no le falta humor ni una carga de sensualidad
para aumentar su atractivo. La trama podría llevarse perfectamente
al cine.
Eduard Muntada Batalla es
artista, pintor y diseñador gráfico. A lo largo de su vida
profesional, fue alternando esas diversas actividades. Actualmente
es el director de arte de Newton 21 (una agencia europea de
comunicación). Realizó varias exposiciones de pintura, y su obra
está en colecciones particulares de varios países de Europa. Su
trayectoria como diseñador gráfico estuvo centrada, en su mayor
parte, en la comunicación médica.
A lo largo de su vida profesional como pintor y diseñador, siempre
tuvo la necesidad de escribir. Piensa que la sensibilidad para el
arte posiblemente se dé en todos los campos. Después de ocho
largos años de recoger datos y escribir fragmentos, finalmente
terminó su libro, escrito con sinceridad y pasión.
Ver los
comentarios
de los lectores debajo de la descripción.
El
clásico
de regalo
Cartas
Cartas de Sor
Juana Inés de la Cruz -que resultaron
altamente polémicas en su momento-, en las que revela sus ideas
sobre el rol de la mujer, el arte y los dogmas religiosos.
Se trata de una joya para los interesados en la obra de Sor
Juana, en la conformación de la literatura hispanoamericana y
hasta en los posibles orígenes del feminismo. La primera es la
"Carta atenagórica", de 1690, una reflexión sobre un sermón del
padre Antonio Vieira en el que analiza el amor de Cristo.
Se supone que el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz
escribió la contestación a esta carta en 1691, con el seudónimo
sor Filotea de la Cruz. La segunda y última carta de la
presente obra es, entonces, la respuesta de Sor Juana al obispo de
Puebla, que es conocida como "Respuesta de la poetisa a la muy
ilustre Sor Filotea de la Cruz".
¿Usted
también escribe? Poesía, ensayo, relatos, novelas...
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Internet cambió nuestras vidas. No solo porque ahora
es rarísimo que alguien envíe una carta en papel. No
solo porque podemos estar en la punta de la cordillera
de los Andes y mandarnos mensajes de texto con nuestros
amigos. No solo porque el fenómeno
Twitter invade la
literatura y ya están armando una versión en tweets
(es decir, en microcapítulos de hasta 140 caracteres) de
todos los clásicos de la literatura.
No solo por eso, o mejor dicho, por todo eso y por algo
más profundo que subyace a estas novedades. Esta revolución
tecnológica profundiza un proceso (si creemos que en
realidad cierta predisposición cultural nos habilitó a
avanzar en esta línea de invenciones, y no al revés) de
ruptura de la linealidad (ya presente en el arte
vanguardista del siglo pasado), de instauración de lo
simultáneo y lo global (en oposición a la bipolaridad
que nos venía del mundo de la Guerra Fría) y de uso de
un modo de pensamiento sistémico e integrativo.
Tenemos experiencias intensas que pasan solo por la web
(por lo pronto, gran parte de los contactos laborales y
sociales son virtuales). Y todo los cambios
que antes se daban de generación en generación son hoy
en día permanentes.
Ustedes,
¿sienten distancias importantes los más grandes con los
jóvenes? ¿Qué modificaciones (desde las más triviales a
las más profundas) creen que ha traído el nuevo
paradigma? ¿Cambiará la literatura? ¿Cómo (por
ejemplo los grandes novelones de 600 páginas, típicos
del siglo XIX, pasarán a ser una excentricidad ¿imperará
el micro relato?)?
Para opinar, lo invitamos al
foro.
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4.
Carta sobre cronopios. Julio Cortázar* |
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París, 8 de febrero de 1972
Queridos Marina y Paco:
Y así es como viajan los cronopios. Un día alguien avisa que
hay un paquete en la aduana. Uno va a la aduana y de golpe las
dificultades crecen, hay que llenar formularios, explicar que
no está enfermo de cólera (el paquete ¿pero quien lo prueba,
si para empezar nadie sabe lo que contiene el paquete?). Para
probar que no hay cólera ni una bomba habría que abrir el
paquete, pero el paquete no puede ser abierto hasta que se
haya comprobado que no tiene microbios de cólera o medio kilo
de dinamita. Todo el mundo grita, llora, insulta, vuelva
mañana, no vuelva nunca, esto no es vida. Se buscan
influencias, pero Pompidou tiene una reunión de gabinete y no
puede ir a la aduana a abrir personalmente el paquete, de
manera que tengo que volverme a casa y poner varias almohadas
sobre mi cabeza y una bolsa de hielo por encima de todo. Pasan
ocho días, papeles van y vienen, explique por qué recibe un
paquete de Suecia/No tengo la menor idea/Si no tiene la menor
idea, imposible entregarle el paquete/En ese caso me dirigiré
a las Naciones Unidas y a la Shell Max, esto no va a quedar
así/Pague cinco francos y llene esta planilla.
Entonces Pablo Neruda me telefonea para decirme que en
Estocolmo le regalaron un cronopio negro. Está tan contento
Pablo, tan feliz con su cronopio. Yo empiezo a preguntarme si
el paquete, pero la cuestión del cólera sigue en pie y yo no
soy ni premio Nobel ni embajador, de manera que vuelva mañana
y traiga cinco certificados de domicilio, identidad, buena
salud, moralidad y solvencia. El comisario del distrito me
tiene lástima: le haremos un solo certificado con todos los
datos juntos y agregaremos al pie: Messieurs les douaniers,
assez de connerier, ouvrez d'une bonne fois le colis, nom de
Dieu, merde alors.
Y lo abrieron, mis queridos, y el cronopio verde estaba ahí y
se moría de risa mirándome, y yo lo tomé en mis brazos e
inmediatamente se hizo pis en mi pulóver de cachemira,
cronopio desgraciado, y por si fuera poco mi amiga Ugné, que
estaba conmigo, se enamoró instantáneamente del cronopio y el
de ella, y así es como el cronopio está en su casa,
aterrorizando a todo el mundo y absolutamente feliz, y yo
todavía más.
Esto, tal vez, les explicará el retraso con el que les
escribo, porque así es como viajan los cronopios y ya pueden
verse los resultados. Gracias, muchas gracias, los tres lo
decimos al mismo tiempo, Ugné, el cronopio y yo. Al cronopio
le gusta París, está sumamente verde y cambia continuamente de
lugar. Imposible invitar chicas jóvenes y bonitas porque
inmediatamente se instala en sus rodillas y es un espectáculo
envidiable y odioso, uno se siente completamente desplazado
por el cronopio y él lo sabe y se arrodilla al cuello de la
chica y le dice cosas en el oído y la chica se pone muy roja y
la reunión toma un aire que recuerda los peores capítulos de
Sade. Después el cronopio se apodera del diván más confortable
y duerme panza arriba y con un aire de gran felicidad, puesto
que ha conseguido destruir todos los principios morales que
sostenían la casa. Ni ustedes ni yo somos culpables, los
cronopios ya viven por su cuenta, no queda más remedio que
resignarse. Para peor uno ama al cronopio, lo cuida y lo
acaricia, es el colmo.
He creído de mi deber enviarles este sucinto informe. Me
pregunto qué estará pasando en la casa de Neruda, pero no creo
que me atreva a preguntárselo.
Los quiero mucho.
*Extraído de La fascinación de las palabras, de Omar Prego
Gadea
1997, Alfaguara©. Carta del escritor argentino
Julio Cortázar
(1914-1984).
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El...
| 1º julio
de se cumplen 100 años del nacimiento del
narrador uruguayo Juan Carlos Onetti (1909-1994),
considerado por
Julio Cortázar
como el más grande novelista latinoamericano.
Las siguientes
declaraciones en la célebre publicación montevideana
Marcha:
"Durar frente a un
tema, al fragmento de vida que hemos elegido como materia
de nuestro trabajo, hasta extraer, de él o de nosotros, la
esencia única y exacta. Durar frente a la vida,
sosteniendo un estado de espíritu que nada tenga que ver
con lo vano e inútil, lo fácil, las peñas literarias, los
mutuos elogios, la hojarasca de mesa de café. Durar en una
ciega, gozosa y absurda fe en el arte, como en una tarea
sin sentido explicable, pero que debe ser aceptada
virilmente, porque sí, como se acepta el destino. Todo lo
demás es duración física, un poco fatigosa, virtud común a
las tortugas, las encinas y los errores."
"Hay solo un camino. El que hubo siempre. Que el creador
de verdad tenga la fuerza de vivir solitario y mire dentro
suyo. Que comprenda que no tenemos huellas para seguir,
que el camino habrá de hacérselo cada uno, tenaz y
alegremente, cortando la sombra del monte y los
arbustos enanos."
| 2 de julio
de 1877 nace el escritor suizo de origen alemán
Hermann
Hesse, premio Nobel de Literatura 1946, autor de
El lobo
estepario, Siddharta, Juego de abalorios,
Narciso y Goldmundo y Demián.
| 3 de julio
de 1810 nació el escritor y filólogo venezolano Rafael
María Baralt, autor de Historia antigua y moderna
de Venezuela. Como filólogo, destaca su Diccionario
matriz de la lengua castellana (1854) y Diccionario
de galicismos (1855). Fue el primer latinoamericano en
ocupar un sillón en la Real Academia Española (en 1853).
Murió en Madrid, España, en 1860.
Ese mismo día, en
1883 nació también el escritor checo
Franz Kafka, autor de
El
castillo, El proceso y
La metamorfosis.
| 6 de julio
1962 muere el escritor estadounidense
William Faulkner,
premio Nobel de Literatura en 1949.
| 10
de julio de
1871 nace el escritor francés
Marcel Proust.
| 12
de julio de
1904 nace el poeta chileno
Pablo Neruda, cuyo verdadero
nombre fue Neftalí Ricardo Reyes. Entre sus obras se
encuentran Crepusculario, 20 poemas de amor y una
canción desesperada y Odas elementales; fue ganador del
Premio Nobel de Literatura en 1971.
| 15
de julio de
1904 muere el escritor ruso Anton Chejov, novelista y
dramaturgo, renovador del teatro moderno con sus comedias
El tío Vania, El jardín de los cerezos,
Las tres
hermanas y La gaviota.
| 21
de julio de
1898 nace
Ernest Hemingway, novelista estadounidense.
| 22
de julio de
1972 muere Max Aub, escritor español.
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