Novedades y artículos

El apasionante argumento de 20.000 leguas de viaje en submarino
B. J. González 17/12/2003


A mediados del siglo XIX, en los puertos de todo el mundo se corrían rumores de que algunos marinos habían visto gigantescos animales que parecían tener una fuerza y una velocidad increíbles. Esas historias causaron gran conmoción en la opinión pública que ansiaba saber si era posible que en el mar vivieran seres de tales características. Sin embargo, entre la comunidad científica había serias dudas, porque se desconocía la existencia en el planeta de seres mayores o más fuertes que las ballenas.

Bajo el patrocinio del gobierno estadounidense, se preparó el navío de guerra "Abraham Lincoln" al mando de un experimentado capitán y se eligieron varios especialistas para que asesoraran en las futuras operaciones de investigación, persecución y caza. Entre ellos estaban el profesor Aronnax, un afamado científico francés, su sirviente llamado Consejo y un hábil arponero canadiense de nombre Ned Land.

Después de navegar durante varios meses sin encontrar indicios del "monstruo", el capitán y los tripulantes, desalentados, se preparaban para regresar a puerto. Fue entonces que fue avistado a corta distancia y empezó la cacería. Le lanzaron arpones sin éxito y después cañonazos con igual resultado. El "monstruo" no reaccionó ante el ataque, pero más tarde, durante la noche, embistió al "Abraham Lincoln", lo que dejó inutilizado su sistema de navegación y soltó el navío a la deriva. Durante la colisión, gran parte de la tripulación cayó al mar pero el profesor, su sirviente y el arponero fueron salvados en forma milagrosa por el monstruo, que no era tal, sino un submarino con la forma de un pez de 150 metros de largo y disponía a bordo de la más alta tecnología para la época. Ya a bordo, su comandante, el capitán Nemo, notificó a los náufragos que tendrían que formar parte de la tripulación y nunca podrían volver a sus hogares. La razón era que la existencia del Nautilus jamás debía ser conocida. El capitán ocultaba un terrible resentimiento que lo había obligado a romper todos los lazos con la humanidad y él y sus hombres habían decidido vivir para siempre en el mar... y del mar. Muy lejos de sus congéneres.

Así, contra su voluntad, los tres náufragos debieron recorrer todos los mares del mundo durante meses, maravillándose de todo lo que pudieron ver mientras duró el extraordinario viaje de veinte mil leguas bajo el mar. No sólo de los adelantos técnicos que tenía a bordo el Nautilus, sino de lo que hacían el capitán Nemo y sus hombres para sobrevivir en un medio tan hostil como es el fondo del mar.

Cuando un día el Nautilus emergió cerca de una isla situada frente a las costas noruegas, el profesor y sus dos amigos pusieron en práctica un plan que ya tenían a punto para escapar. Y fueron ayudados por algo inesperado: la tripulación se dio cuenta demasiado tarde de que el Nautilus era arrastrado por un poderoso remolino conocido como Maelstrom, de la que ninguna nave había escapado jamás. Y por supuesto tampoco el Nautilus, aunque los prisioneros sí lograron llegar a salvo a la isla. Así terminaron su extraordinario viaje los tres náufragos, quienes jamás supieron si el Nautilus pudo sortear el gigantesco remolino y si el capitán Nemo vive aún dentro de su hermosa nave en forma de pez espada…


Atención, fanáticos de Gabriel García Márquez LibrosEnRed
Carta abierta de Michael Moore al presidente de Estados Unidos George W. Bush Michael Moore
Letter to George W. Bush Michael Moore
Conmovedor testimonio sobre Juan Pablo II Monseñor Jorge Biturro
Diez mandamientos sobre el arte de escribir Friedrich Nietzsche

Click aquí para ver el índice de notas


¿Alguna vez has pensado en utilizar tu experiencia personal como inspiración para la escritura? No subestimes el poder de tus vivencias en la...