¿La lectura tipográfica goza todavía de buena salud? ¿Los pronósticos de
los apocalípticos están a punto de cumplirse? ¿El libro electrónico es una
panacea o una chicana mediática? ¿Está el libro asediado por las pantallas
interactivas o se trata simplemente de un fenómeno experimental y de escasa
recepción? ¿Se le ha declarado la guerra al libro?
En 1900, los bibliotecarios escribían con la mayor seriedad del mundo
que el automóvil iba a matar al libro porque la gente se iría al campo en
lugar de leer cuando tuviera un rato libre. Las premoniciones de defunción del
libro continuaron cada vez que un avance tecnológico tuvo lugar, como en el
caso del cine, la televisión, los juegos electrónicos, internet. Con el
advenimiento del libro electrónico, las voces del apocalipsis han vuelto a
resurgir.
No obstante, esta nueva creación humana parece no amenazar el futuro de la
literatura que ha salido airosa tras cada nuevo invento. El libro es un recurso
simbólico que ha sobrevivido por ser un campo paralelo a las nuevas maneras de
manejo de la información e independiente a todas ellas. Hay más ofertas en el
campo literario sin que ello implique que un programa de escritura creativa
permita realizar lo que con brillantez nos ofrecieron Borges, Arlt o Cortázar.
Lamentablemente, por el momento, no hay programas que encierren musas
inspiradoras.
En nuestra adolescencia, muchos de nosotros descubrimos junto a Rayuela una
nueva forma de leer. Julio Cortázar en su deseo de crear una metanovela y dar
mayor participación al lector inventó un hipertexto. Para Rayuela creó
unidades de lectura independientes de combinación aleatoria, convirtiéndolas
en puertos de atraque cuyo itinerario de navegación tienen que determinar los
lectores. Además de leer había que decidir el orden en que la historia
fluiría hasta nosotros.
Sin embargo, la primera experiencia como "lectores
interactivos" quizás haya que buscarla en aquella famosa colección
de libros preadolescentes, los entrañables y siempre presentes Elige tu
propia aventura. Esta posibilidad de interacción y recorrido también la
ofrece el mundo del cine con películas como El mundo según Wayne
1 y 2, de Spheeris, P. y Surjik, S. , respectivamente. La elección entre
diversas opciones para los argumentos, incluidos los finales es una oferta
tecnológica que se abre con la llegada de los multimedia.
La cara inversa del libro electrónico es que nos permite hacer frente al
desafío más complejo de nuestra época: el exceso de información. La mejor
biblioteca no sirve para nada si no está organizada de modo que permita al
lector, o al investigador, hacer uso de los conocimientos a su disposición. En
esencia, el mentado saber no es más que una organización de los datos, cuya
particular configuración puede crear nuevas ideas y relaciones.
La edición electrónica permite presentar esos datos según un esquema muy
semejante al funcionamiento de nuestra mente, hasta ahora limitado en el tiempo
y en el espacio por las características de la edición sobre papel. Multimedia
significa integración de lenguajes diversos (texto, sonido, imágenes,
imágenes en movimiento) en su sólo soporte. Sus contenidos se estructuran en
forma arbórea como hipertexto. La decisión de acceder o no a estos contenidos,
múltiples en cuanto a su composición, y el orden en que se realiza corresponde
al lector.
En este sentido provocan interactividad. El modelo de texto con múltiple
acceso y primitivas capacidades multimedia se había divulgado mucho antes con
las enciclopedias y diccionarios, que han sido los primeros productos en
incorporarse a esta oferta.
Nada sin embargo, parece amenazar a la Galaxia Guttemberg. Las invocaciones a
su muerte son variadas, pero siempre está viva la sombra del poder de los
libros en la historia del hombre: El Capital de Marx, movió montañas sociales,
las palabras de El Quijote llevan más de tres siglos dando de comer a la
imaginación de seres humanos, las palabras de la Declaración de los Derechos
del Hombre, cambiaron la faz del mundo en el siglo XVII. Y los vaticinios
entonces, son las únicas palabras que se lleva el viento. Las palabras del
libro están bien sujetas a la historia de la humanidad.