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Los Sonetos de amor de Sor Juana
Carina Elián Meirás 20/2/2001


Un hecho muy conocido de la biografìa de Sor Juana fue una especie de examen público al que se la sometió siendo muy joven, un grupo de notables en distintos campos del saber de la Ciudad de México la visitaron, atraídos por la fama que tenía su vasta cultura. Su biógrafo, el padre Diego Calleja, relata así lo que sucedió: "Concurrieron, pues, el día señalado a certamen de curiosa admiración: y atestigua el Señor Marqués, que no cabe en humano juicio creer lo que vio, pues dice: que a manera que un Galeón Real se defenderían de pocas Chalupas que le embistieran, así se desembarazaba Juana Inés de las preguntas, argumentos y réplicas, que tantos, cada uno en su clase, le propusieron" (1).

Una mujer intelectual en la época en que vivió Sor Juana no era sólo una curiosidad, era una transgresión al orden, pero, si bien su inclinación por el estudio le causó problemas, es cierto también que su obra tuvo difusión. Una estudiosa de la monja, Margo Glanz (2), comenta: "Publicar en la época en que vivió Sor Juana era muy difícil, el papel costaba caro y los trámites burocráticos necesarios para emprender la publicación, muy complicados". A pesar de esos inconvenientes la escritora vio publicada su primer obra en 1689. Sus textos aparecieron primero en México en ediciones sueltas y luego en España cuidadosamente editados.

En su libro Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fé(3), Octavio Paz señala que la única posibilidad que tenían las mujeres "... de prenetrar en el mundo cerrado de la cultura masculina era deslizarse por la puerta entreabierta de la corte y la iglesia". Sor Juana tuvo la habilidad suficiente para manejarse en estos dos ámbitos. Cuando era muy joven fue dama en la corte de la marquesa de Mancera, virreina de Nuevo México, luego ingresó al convento, donde no dejó de tener relaciones con la nobleza.

Esa relación influyó en su vida y en su obra. A manera de queja Sor Juana declara en la Carta a Sor Filotea: "Demás, que yo nunca he escrito cosa alguna por mi voluntad, sino por ruegos y preceptos ajenos; de tal manera, que no me acuerdo haber escrito por mi gusto sino es un papelillo que llaman El Sueño". Si bien esta afirmación tiene que ver con el tono de modestia que utiliza en la Carta..., ya que se está dirigiendo a una autoridad de la Iglesia (Sor Filotea fue un seudónimo utilizado por el obispo de Puebla), no es menos cierto que muchos de sus sonetos fueron escritos para personalidades de la corte.

En este sentido, los sonetos de amor de la poetiza podrían haberse hecho con la intención expresa de dirigirse a la corte, pero detrás del tema amoroso se ocultan otras cuestiones. Esta parte de su obra siempre generó polémica, ya que resulta muy extraño que una monja escriba poemas de amor. Muchas veces se les atribuyó un origen real, pero lo cierto es que no se sabe con certeza ningún dato autobiográfico sobre posibles relaciones amorosas de la religiosa.

Por otra parte, Octavio Paz afirma en el libro que antes cité que gran parte de la literatura amorosa de esa época fue realizada por clérigos. Algunos se basaban en experiencias personales, pero otros no.

Corte e Iglesia, las instituciones más importantes de la colonia, no eran ajenas una a la otra. Otra estudiosa de Sor Juana, María Rosa Fort (4), dice en un artículo: "La relación variada y polifacética entre estas dos intituciones generó a su vez un intercambio igualmente simétrico y sostenido en el campo discursivo que controlaban permitiendo una transposición de códigos de uno y otro lado de su tenue línea divisoria". En literatura este intercambio permitía una transposición de códigos de lo sagrado a lo profano.

En los veintún sonetos de amor de Sor Juana reflexiona sobre distintas circunstancias amorosas.

En el siguiente soneto:

Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo


la voz poética utiliza varios sustantivos ficción, hechizo, ilusión para calificar a su amor.

Una voz poética femenina reflexiona sobre la desigualdad del amor, en este soneto:

Que no me quiera Fabio, al verse amado,
es dolor sin igual en mí sentido;
mas que me quiera Silvio, aborrecido
es menor mal, más no menos enfado


En otro texto la voz poética analiza la lucha que el amor establece con la razón:

Dime vencedor Rapaz,
vencido de mi constancia,
¿Qué ha sacado tu arrogancia
de alterar mi firme paz?
Que aunque de vencer capaz
es la punta de tu arpón,
¿qué importa el tiro violento,
si a pesar del vencimiento
queda viva la razón?


Estos poemas parecen estar lejos de la emoción amorosa y cerca de una profunda reflexión, es una voz poética que tiene algo de pedagógico, que analiza los sentimientos y busca extraer alguna enseñanza.

En la Carta a Sor Filotea, la monja dice refiriéndose a la cocina: "Pues ¿qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar...".

El mundo para Sor Juana es un gran libro, un gran laboratorio donde su mente científica quiere encontrar explicaciones. Los sonetos de amor son un medio para satisfacer su necesidad de conocimiento. Por eso, Sor Juana se ubica en un sitio ajeno al engaño del amor y con gesto pragmático se inclina por la razón:

Verde embeleso de la vida humana,
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros, vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entreambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.



1 Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía o autobiografía?, México, 1995. Ed. Grijalbo.
2 Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía ...
3 Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fé, México, 1982, Fondo de Cultura Económica, 4 "Juego de voces: Los sonetos de amor y discreción de Sor Juana Inés de la Cruz", Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, núm. 34, Lima, 1991.


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