El estreno del primer film alemán sobre Adolf Hitler fue un éxito de taquilla, a la vez que un disparador de debates. El guión está basado en el libro de memorias de Traudl Junge, Hasta la última hora, la que fue la secretaria del Führer en aquellos días. La película muestra el último mes de Hitler, dentro del que incluye el episodio del casamiento con su amante, Eva Braun, y algunas escenas que presentan una cara suya más "humana". En este punto y en que el Holocausto apenas se menciona, se centran los cuestionamientos al film.
El productor de la realización, Bernd Eichinger, sostuvo: "Mi desafío era hacer algo que hasta ahora nadie se había animado a hacer, que es darle una personalidad de tres dimensiones a la gente que era protagonista central del régimen nazi (...), romper los tabúes y la demonización”.
Por su parte, el director Oliver Hirschbiegel afirmó: "Sólo puede haber explicaciones parciales [del nazismo]. Primero tiene que haber preguntas. Los alemanes, y probablemente no sólo los alemanes, tienen una propensión a guardar ese capítulo de la historia en un cajón. Y ahí está el error”.
La prensa se pronunció, en su mayoría, en contra. El prestigioso diario Der Spiegel la criticó con firmeza: “Su necesaria renuncia ante toda calidez, épica e interpretación hace de El hundimiento una película en definitiva superflua. Para la banal comprensión de que el ser humano puede ser malvado no era necesaria una película de 13 millones de euros, que es casi tan inofensiva y superficial como una telenovela”. Otro medio, Der Tagesspiegel no se quedó atrás: “El público alemán verá una película que es demasiado larga, ridícula y completamente banal. Eichinger y su director la han convertido involuntariamente en la peor comedia del año”. Y el semanario Die Zeitasegura que ver a Hitler en situaciones íntimas no logrará que el público pueda entenderlo mejor. “Sigue siendo monstruoso e incomprensible. Este film es una suerte de experimento, pero, ¿para qué fin?”.
En cuanto a la autobiografía de Hitler, Mi lucha, su venta -al igual que todo lo que se considera propaganda nazi- ha sido prohibida en toda Alemania hace ya muchos años. Con el surgimiento de Internet y la posiblidad de comprar libros en el extranjero, muchos residentes encargaron copias en las librerías
Amazon y
Barnes&Noble. Pero, mientras que Amazon, una vez notado el fenómeno, se apresuró a impedir la compra, Barnes&Noble lo siguió vendiendo hasta hace poco. Al anunciar que dejaría de exhibir el libro, aclaró "nuestro punto de vista respecto a la censura no ha cambiado; consideramos que la censura crea más problemas que los que soluciona".
Por su parte, las librerías digitales que siguen vendiendo el libro, suelen incluir de forma bien visible una nota del tipo "Con la venta de este material no se está intentando promover de ninguna manera ideas xenófobas o que atenten contra la honra, moral y buen nombre de ninguna persona en particular ni grupo de personas en general". La advertencia necesaria para desligarse de la propuesta discriminatoria y hasta incitante al delito que contiene el libro.
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