El padre de Kirsha es el Gran Emperador de Sión, un imperio compuesto por doce poderosas naciones. La joven vivía en un castillo construido por su padre, solo para ella. Un día, una diabólica y astuta mujer la engañó, haciéndole desobedecer las leyes de su padre, y por eso tuvo que ser exiliada a un lugar lejano llamado "Reino del Exterior". Allí vivió como una plebeya, donde tanto la cruel Baronesa Lucífera como sus dos hijas le hacían la vida miserable. Pero su padre nunca la abandonó. Como prueba de su amor le dejó una particular compañía, un cuarteto de Malak, seres angélicos que la custodiaban y le servían de mensajeros al emperador. Hasta que alguien cambió su historia para siempre.