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"¿El proceso de escribir es
difícil?
Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y
natural con que es hecha una flor."
Clarice Lispector (1927-1977),
escritora brasileña
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En
este número:
1. Editorial:
Jo, jo, jo. Navidad en todos lados
2. Recomendados del mes
(dos buenas novelas para leer en estos días de fiestas)
y... tres audiocuentos de Navidad ¡de regalo!
3. Foro:
La figura de
Dios ¿necesidad humana o realidad trascendente?
4. Distintos procedimientos de
composición según
Guy de Maupassant
5.
Efemérides bajo la lupa:
Rubén Darío persigue una forma
6. Direcciones
7. Suscripciones
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La fecha estresa desde el minuto en que inauguramos la
hoja de diciembre en el calendario. A lo largo de las
semanas previas, nos lleva al límite de nuestra
capacidad física y mental con todas las obligaciones que
implica. Suele motivar, para colmo, peleas familiares y
melancolías agudas. Pero lo cierto, al final, es que cuando el 24 a la noche llega, nos encuentra sonrientes,
sorprendentemente frescos y abiertos a disfrutar con la
mejor disposición del tipo de festejo que nos haya
tocado en suerte.
En la sección del
foro, los invitamos a pensar
qué queda
de religioso en la Navidad. O, para ir más lejos, qué
queda de religioso en nosotros mismos. Pero aquí en el
editorial quisimos
llamarlos a contarnos algo más pintoresco. Todos
conocemos gente de otros lugares y sabemos que las
tradiciones de celebración varían según el clima, los
ritos locales, el idioma... Y nos dio ganas de
recopilar muchos, muchos relatos de cómo ustedes, los
lectores, pasan las fiestas en sus respectivos entornos
(en sus casas, familias, pueblos, comunidades, regiones,
países).
¿Qué hacen para el 24 y para el 25? ¿Cuál es el menú?
¿Cantan villancicos? ¿A qué hora abren los obsequios?
Arman un arbolito -natural o artificial- y lo decoran
con adornos? ¿Algún barrigón de la familia se disfraza
de Papá Noel (o de Santa Claus o de San Nicolás)? Nos
dijeron que en el noroeste de España, por ejemplo, quien
reparte regalos y alegrías es el Olentzero, un carbonero regordete
y probablemente vasco. ¿Es así? ¿Hay otras figuras de
relevo dando vueltas que no conozcamos?
Y ¿qué hacen para Año Nuevo? ¿Ingieren a toda
velocidad 12 uvas junto con las últimas 12
campanadas de la medianoche? ¿Cuál fue la vez que mejor la pasaron, esa Navidad que
repetirían? ¿Y la peor? Hay anécdotas terribles (que a
esta altura podemos recordar con gracia) con familiares
impresentables y contratiempos dignos de una ley de
Murphy.
Nos encantaría que entre tantas actividades de fin de
año pudieran
parar un ratito y contarnos cómo festeja Navidad cada uno
y qué significan estas fiestas para ustedes. Para
hacerlo, escriban
aquí.
Por último, antes de despedirnos (¡hasta el año que viene!) les
recordamos que hay tres regalos para ustedes -de paso,
pueden opinar también acerca del relato de Navidad que
prefieren- en forma de audiocuentos, con la excusa de la
Navidad y con la temática de esta fiesta. Dos para adultos
y uno para niños.
¡Que disfruten mucho las fiestas y comiencen de la mejor
forma el 2008!
Editorial
LibrosEnRed
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El jugador de ajedrez
Olga Romay Pereira
Novela histórica
El obispo Juan Martínez ejerce de Señor Feudal; su
hermana y su hombre de confianza viven una historia de
amor a sus espaldas.
Basada en las Crónicas de Alfonso XI, la historia
relata cómo el obispo Juan Martínez se hace con el poder
de la prelatura de Lugo a mediados del siglo XIV,
después de que el pueblo echase a pedradas a su antecesor.
Permaneció 25 años al frente del obispado, aunque en dos
ocasiones tuvo que abandonar temporalmente el cargo.
Finalmente, fue expulsado por el rey Alfonso XI, quien lo
desterró de España, después de aparecer asesinado en su
casa un enviado del monarca. El Obispo narra su historia
en primera persona, desde el destierro. La
narración se intercala con la de su propia hermana, que se
convierte en coprotagonista, junto con el hombre de
confianza de ambos. Sus historias entrelazan su vida
pública, la política, el poder, junto con sus respectivas
historias de amor.
Nacida en Lugo, España,
Olga Romay Pereira
es licenciada por la Universidad Complutense de Madrid en
Ciencias Económicas y Empresariales. Actualmente ejerce
como profesora titular de Formación y Orientación Laboral
de enseñanza secundaria en un instituto público de San
Fernando de Henares, Madrid. Ha vivido en Lugo, Madrid,
Boston, Lima y Santiago de Compostela. Es casada y con dos
hijos.
Tiene dos novelas escritas: Mareas negras,
ambientada en las Rías Bajas, lugar muy conocido y querido
por ella, y la presente El jugador de ajedrez, que
quedó finalista en el año 1997 del premio
Torrente Ballester.
Exitus
Antonio Pavón
Novelas
Una novela sobre las pequeñas y las grandes infamias.
Sobre el poder sanador de la belleza y la fealdad
paralizante del poder.
Cinco amigos y un perro hacen una marcha a pie por la
sierra. Van a Frade, el pueblo donde uno de ellos pasó
la infancia. Esta excursión marca el final de sus
estudios y el inicio de una nueva etapa. Por el camino
hablan y sueñan. Recitan poemas y cuentan historias. Y
también conocen a Valerio el sillero, a Plácida, la
tata de los ojos color de miel, a Graciano, el sacristán
de Frade y a Tito, el ex alcohólico que regenta una
taberna.
Diez años más tarde, sobre el telón de fondo de la
imparable ascensión de los Nuevos Amos (NNAA), los cinco
amigos y el perro se reúnen para celebrar la recién
adquirida condición de diputado de Acevedo. Y para
aclarar quién provocó el accidente que pudo costarle la
vida a otro de los excursionistas. Esta vez es, sobre
todo, el diputado electo quien habla y lo hace de la
Cofradía de la Santa Sopa, del Seminario de
Actualización Política (SAP) y de las veladas del
Tararí.
Antonio Pavón
es licenciado en Filología Moderna por la Universidad
de Sevilla y actualmente imparte clases de francés
en un instituto de enseñanza secundaria en la misma
ciudad. En el ámbito literario, ha publicado poemas y
relatos en revistas locales.
Los audiocuentos de regalo
Cuento
de Navidad
Un extraño relato de
Navidad. Como es usual en
Guy de Maupassant, este
cuento nos sumerge en la atrapante atmósfera de lo
fantástico. Una pieza breve, original y memorable.
Nochebuena
del jugador, de
Emilia Pardo Bazán
Este
cuento forma parte del libro Cuentos de Navidad y
Reyes, de 1902. El narrador es un jugador
empedernido que sabe que está llevando a su familia a la
quiebra y necesita una solución para su vicio secreto. La
Nochebuena le deparará una sorpresa.
Y para los más chicos,
El gigante egoísta.
Un cuento con el ingenio
habitual de
Oscar Wilde, que los más
pequeños podrán disfrutar especialmente. Un gigante malvado
no permite que los niños jueguen en su jardín y construye un
muro alrededor, por lo que la primavera no quiere pasar por
ahí. El gigante no comprende por qué el invierno es tan
largo, hasta que un hecho inesperado lo sorprende.
... ¡que
los disfruten!
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Sonará obvio, pero entre tanta
promoción de regalos para hacer; tanto esfuerzo por
coordinar los festejos con todos; tanto estrés inherente
a que el año se termina, uno tiende a olvidarlo: Navidad es una fiesta
religiosa. Es una celebración que supone el
nacimiento humano de un dios: que una divinidad
tomó forma de hombre para acercarse a su criaturas. Pero ¿cuántos de nosotros
vivimos estos días con actitud espiritual? ¿Cuántos de
nosotros creemos que de verdad Dios se encarnó
hace más de 2000 años para salvarnos? ¿Cuántos de
nosotros creemos realmente en Dios?
Mónica literatura se preguntaba en un foro "¿Por qué la religión?"
e iniciaba así una discusión interesante. ¿De qué se trata
ser creyente? ¿Cuánto tienen que ver religión y fe? La
idea de Dios ¿se
explica por su existencia misma o por la necesidad
humana de una figura sobrenatural, paternal, poderosa
que otorgue sentido a las cosas que nosotros no podemos
entender?
La religión no ha tenido buena prensa últimamente (en
sentido laxo: digamos que desde la Edad Media a esta
parte que vino perdiendo espacios de influencia) y eso
se ve reflejado en los mensajes ya publicados. ¿Qué
piensan ustedes? ¿Creen que la religión es valiosa en
tanto institución para normativizar la moral o como
instancia para compartir lo espiritual? ¿O creen que es
sobre todo un espacio de poder, causa de gran parte de
los conflictos sociales (tesis
que compartiría nuestro libro
Monoteísmo. Causas y efectos, una
respuesta al fundamentalismo religioso).
Muchos participantes coincidieron en esta necesidad
de creer en algo.
Solaris lo planteó con
claridez imbatible: "Ante la ausencia de explicaciones más
razonables, la mente primitiva necesitó recurrir a la
creencia en lo sobrenatural para dominar cognitivamente
el entorno". Rodrigogom, por su parte, parece estar de acuerdo con
Nietzsche en aquello
de que "El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su
imagen y semejanza" (y no a la inversa).
¿Qué piensan ustedes?
¿Creen o no creen en Dios (o dios)? Si Dios
existe, ¿se lo puede demostrar, como
procuraron San Anselmo o Tomás de Aquino? ¿O lo divino
excede por definición lo racional? Y si
no existe un dios,
¿en qué nos podemos apoyar? ¿El amor, el conocimiento,
la tolerancia...? Los invitamos a opinar
aquí.
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"El novelista que transforma la verdad constante,
brutal y desagradable, para lograr una aventura excepcional y
seductora, debe, sin preocuparse demasiado por la
verosimilitud, manejar a su antojo los acontecimientos,
prepararlos y arreglarlos para complacer al lector,
emocionarle o enternecerle. El plan de su novela no es más que
una serie de combinaciones ingeniosas que conducen con
habilidad al desenlace. Los incidentes se disponen y dirigen
hacia el punto culminante, y el resultado final, que es un
acontecimiento capital y decisivo, debe satisfacer todas las
curiosidades excitadas al principio, poniendo un limite al
interés y acabando de una manera tan completa la historia
relatada, que ya no se desee saber qué les ocurrirá en el
futuro a los personajes más sobresalientes.
En cambio, el novelista que pretende darnos una imagen
exacta de la vida debe evitar cuidadosamente cualquier
encadenamiento de hechos que pudiera parecer excepcional.
Su finalidad no estriba en contarnos una historia, divertirnos
o entristecernos, sino en forzarnos a pensar, a comprender el
sentido profundo y oculto de los sucesos. A fuerza de observar
y meditar, mira el universo, las cosas, los hechos y los
hombres de cierto modo que le es peculiar y que se deriva del
conjunto de sus observaciones meditadas. Esta es la visión
personal del mundo que intenta comunicarnos reproduciéndola en
un libro. Para conmovernos, como le ha conmovido a él mismo el
espectáculo de la vida, debe reproducirla ante nuestros ojos
con escrupulosa semejanza. Por lo tanto, deberá componer su
obra de una matera tan hábil, tan disimulada y en apariencia
tan sencilla, que sea imposible adivinar e indicar el plan,
descubrir sus intenciones.
En lugar de tramar una aventura y desarrollarla de modo que
resulte interesante hasta el desenlace, tomará al personaje en
determinado período de sus existencia y lo conducirá, mediante
transiciones naturales, hasta el siguiente período. Así dará a
conocer cómo se modifican los caracteres bajo la influencia de
las circunstancias inmediatas, cómo se desarrollan los
sentimientos y las pasiones, cómo se ama, cómo se odia, cómo
se combate en todos los medios sociales, cómo luchan los
intereses de familia y los intereses políticos.
Por lo tanto, la habilidad de su plan no consistirá en la
emoción o el hechizo, en un comienzo atractivo o en una
catástrofe emocionante, sino en la hábil agrupación de
pequeños hechos constantes, de donde se desprenderá el sentido
definitivo de la obra. Si hace caber en trescientas
páginas diez años de una vida para demostrarnos cuál ha sido,
en medio de todos los seres que la han rodeado, su
significación particular y muy característica, deberá saber
eliminar, entre los innumerables y menudos hechos cotidianos,
todos los que le resulten inútiles, y destacar de una manera
especial todos aquellos que pasarían inadvertidos para
observadores poco perspicaces y que proporcionan al libro su
interés y su valor de conjunto
Se comprende que semejante manera de componer, tan diferente
del antiguo procedimiento visible a todos los ojos,
desconcierte con frecuencia a los críticos, y que éstos no
descubran todos los hilos, tan tenues, tan secretos, casi
invisibles, empleados por ciertos artistas modernos en lugar
de la trama única cuyo nombre era intriga.
En resumidas cuentas, si el novelista de ayer escogía y
relataba las crisis de la vida, los estados agudos del alma y
del corazón, el actual novelista escribe la historia del
corazón, del alma y de la inteligencia en estado normal. Para
producir el estado que persigue, es decir, la emoción de la
simple realidad, y para hacer resaltar la enseñanza artística
que pretende descubrir, o sea la revelación de lo que es
verdaderamente a sus ojos el hombre contemporáneo, deberá
emplear tan sólo hechos de una verdad irrecusable y constante.
Pero, al situarnos en el mismo punto de vista de esos
artistas, debemos discutir e impugnar su teoría, que parece
poder resumirse con estas palabras: «Nada más que la verdad
y toda la verdad.»
Siendo su propósito hacer resaltar la filosofía de ciertos
hechos constantes y corrientes, deberán modificar con
frecuencia los acontecimientos en provecho de la verosimilitud
y en menoscabo de la verdad, ya que
Lo verdadero puede, a veces, no ser verosímil."
*Guy
de Maupassant
(escritor francés, 1850-1893) estudió Leyes en Ruán y
París, pero la guerra franco-prusiana lo condujo a abandonar
sus estudios y comenzar una carrera como funcionario público.
Los consejos de
Gustave Flaubert lo
convencieron de dedicarse a la literatura. Su estilo es bello
y preciso, y refleja preocupación por el detalle, a la vez que
una visión pesimista y angustiosa de la vida.
En la sección
de recomendados va un
audiocuento de regalo.
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El...
| 24
de diciembre de 1881 nace el escritor
español Juan Ramón Jiménez.
| 26
de diciembre de 1989 muere Samuel
Beckett, poeta, novelista y destacado dramaturgo del
teatro del absurdo. De origen irlandés, en 1969 fue
galardonado con el Premio Nobel.
| 29
de diciembre de 1934 se estrena, en Madrid, la obra
dramática
Yerma, de
Federico García Lorca.
| 30
de diciembre de 1936 muere el filósofo y escritor español
Miguel de Unamuno.
| 31
de diciembre de 1878 nace el escritor uruguayo Horacio
Quiroga, cuentista y poeta modernista. Influenciado por
Edgar Allan Poe,
Chéjov y
Maupassant, escribió relatos de
terror y locura (en la mayoría de los casos, naturaleza
exuberante), como se puede leer en Cuentos de la selva
(1918), Anaconda (1921) y Los desterrados (1925).
| 2
de enero de 1865 nace
Ruyard Kipling, novelista y poeta
inglés. Nació en Bombay (1865-1936), y fue autor de
relatos de ambientación asiática (El libro de la jungla,
Kim). Se lo recuerda como el cantor del imperialismo anglosajón.
Obtuvo el Premio Nobel en 1907.
| 5
de enero de 1930 nace Juan Goytisolo, escritor español, y
en 1931, Umberto Eco, semiólogo y escritor
italiano.
| 7
de enero de 1986 muere
Juan Rulfo, escritor mexicano.
| 9
de enero de 1906 nace Simone de Beauvior, escritora
francesa. De familia burguesa, rompió con las tradiciones
y adscribió al movimiento filosófico existencialista. Fue
pareja de Jean Paul Sartre, con quien fundó la revista
Les Temps Modernes.
| 14
de enero de 1896 nace John Dos Passos, novelista
estadounidense. Entre sus obras más recordadas -que
experimentaban con la técnica del montaje- están la
trilogía USA y Manhattan Transfer.
| 18
de enero de 1867 nace Rubén Darío, poeta y escritor
nicaragüense. Desempeñó corresponsalías de diarios y
empleos diplomáticos en El salvador, Chile, Argentina,
España, Estados Unidos y Francia. Entre sus obras se
destacan Cantos de vida y esperanza y Prosas
profanas. Encarna el movimiento modernista en
América Latina. Su obra se caracterizó por
la renovación del lenguaje poético, por las innovaciones
temáticas, el esteticismo y el exotismo.
A principios
del siglo pasado, Darío publicó el poema "Yo
persigo una forma". Hablábamos en la sección del
foro acerca de que,
casi por definición, el ser humano vive con una sensación de desconcierto latente respecto de la realidad,
siempre buscando sentidos. En Darío, esto tiene que ver también
con un clima de época: la modernización acelerada a nivel
mundial que desacomodaba el orden conocido. Ese desajuste
anímico aparece en estos versos, por eso los reprodujimos
aquí:
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
el abrazo imposible de la Venus de Milo.
Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.
Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;
y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
| 19
de enero de 1809 nace el escritor norteamericano
Edgar Allan Poe, quien aplicó
sistemáticamente en sus cuentos una técnica de la
sensación llevada hasta los límites de lo morboso. Entre sus
obras están Narraciones extraordinarias (1840) y El cuervo (1845).
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