En este número:

1. Editorial: Literatura que se vende ¿versus literatura de calidad?

2. Recomendados del mes y clásico de regalo

3. Foro: ¿Cuáles son los títulos para estas vacaciones?

4. Consejos para escribir de Anton Chejov

5. Efemérides

6. Direcciones

7. Suscripciones

A partir de algo que parecía tan corriente como la publicación de siete temas en nuestro foro que trataban sobre Harry Potter, se generó -no obstante- toda una polémica.

Algunos participantes creyeron que el espacio fue desmedido y también agregaron que los libros de esta saga les parecían literatura menor y, por lo tanto, relegable en un foro literario que se preciara de tal. Otros (el Moderador incluido) sostuvieron que debe haber lugar para todos los gustos, que un foro es un medio democrático con vida propia y que la cantidad de temas respondía a la cantidad de fanáticos.

Muchos más quedaron al margen y se expidieron solamente acerca de lo que era la idea original de las consignas: cuál es el mejor personaje de esta serie o cuál constituiría su mejor final. Pero, pasados los días, nos pareció que sería bueno que el debate acerca de cuál es la misión de un foro para lectores y, sobre todo, acerca de si el valor en la literatura es una cuestión de gustos o si, por el contrario, responde a un parámetro objetivo y consensuable, tuviera más participantes.

Son varias las preguntas relacionadas con este tema. ¿Hay algo que pueda llamarse, con todas las letras, mala literatura? En este ámbito, ¿todo vale (como sugiere el dicho "y el resto es literatura") o es un espacio organizado con obras más valorables y menos valorables, desde un punto de vista siempre objetivo? En todo caso, ¿quién tiene -si es que alguien- la autoridad para opinar? ¿Los lectores asiduos? ¿Los críticos o académicos? ¿Los periodistas? ¿Otros narradores?

Lo comercial tiene mala fama y suele asociarse la 'baja' literatura con aquella que vende. Esto dejaría fuera del paraíso de los buenos libros a títulos como Cien años de soledad o Lolita, de Nabokov, grandes best (y long) sellers. Es decir que por lo menos se puede afirmar que a veces, calidad (al menos, según el consenso sobre estos libros) y ventas (según la rapidez con que llenaron las arcas editoriales) van de la mano.

Pero ¿qué pasa con Isabel Allende, a quien muchos juzgan una imitadora Gabriel García Márquez? Podría decirse que mientras García Márquez inició un nuevo modo de hacer literatura (y no necesariamente para la elite, como vimos más arriba), Allende repite la fórmula del realismo mágico latinoamericano. Usa ingredientes parecidos y una receta también parecida. Y gusta muchísimo. ¿Qué se puede pensar, entonces, sobre esto? ¿Que, tal vez, hay algo para reconocerle a los libros "seguidores"; por ejemplo, que captan lectores que, de otro modo (si no se enteraran de estos títulos por la enorme visibilidad mediática que los ilumina), no leerían en absoluto?

Tal vez haya que pensar con más matices. En vez de usar la categoría global de "buena" o "mala" literatura, se puede valorar si el libro está bien escrito o no; si es atrapante o no; si renueva o no el lenguaje, que son todas cuestiones más mensurables y concretas.

Pero los interrogantes siguen vigentes: ¿qué creemos que debe ser la literatura? ¿Tiene por función ser agradable (el extremo de esta cualidad podría ser "sedante") o si tiene por función romper con la convenciones y renovar nuestras ideas (como sostenían los formalistas rusos: el arte existe para desautomatizarnos, para despabilar nuestra percepción adormecida por la vida cotidiana). El extremo, en este caso, es no dirigirse a nadie, es apuntar a romper con todo lo conocido, y esto incluye los lectores. 

El peligro, en el primer escenario, puede ser, entonces, la trivialización, la homogeneidad en todo y la sumisión a lo que ya funciona, sin atreverse a nada nuevo. En el otro, la literatura que no apela a nadie, que no seduce, que no tiene quien la lea. ¿Para qué está la literatura? ¿Para nuestro ocio o para despertarnos, movilizarnos y mostrarnos algo nuevo? 

Una tercera postura, que ni ensalza el best-seller ni reniega de él, la propone Andrés Ibañez, en el Diario ABC (http://www.literonauta.com/solano/re/37.html):

"En todas las épocas ha existido literatura de entretenimiento, que ha ido desde la basura deleznable hasta obras maestras como La isla del tesoro o La piedra lunar, pero la literatura de entretenimiento de nuestra época ha descendido, en general, hasta unos niveles de exigencia verdaderamente ínfimos. Porque comparados con los best sellers de hoy en día, los de los 60 o los 70 (obras como El padrino, de Mario Puzo, Tiburón, de Peter Benchley, o Misery, de Stephen King, dejando aparte a los grandes autores como Nabokov, Updike, Mailer o García Márquez). De modo que el problema quizá no sea exactamente la literatura de consumo, sino su decadencia. No que haya tanta literatura de consumo, sino que la literatura de consumo sea tan mala."

¿Qué opina usted sobre este tema? ¿Qué espera usted de la literatura? ¿Qué le parece que debe generar? ¿Cómo le parece que se puede juzgar un libro? ¿Quién puede hacerlo? Únase al debate aquí.

Hasta el mes que viene,

Editorial LibrosEnRed

     A la luna, a ti, mi cielo, y a mis queridas estrellas

     Jean Selger

     Literatura Romántica

El libro...
El amor que soñaste...
Una sentida copla al amor imposible, una balada a los juegos del destino, un hermoso himno al más glorioso sueño, un canto a la vida y al amor que te emocionará.

Un maestro de escuela, casado y padre de dos hijos, se ve inmerso en una grave crisis matrimonial. Hundido en un profundo pozo que percibe sin salida, se enamora perdidamente de una mujer casada, madre de uno de sus alumnos. Pero él es un hombre con unos principios morales muy estrictos y se encuentra con un conflicto terrible, ante un amor sin salida, sin posible declaración. Y decide escribir, dar curso a sus sentimientos en la redacción de un diario.

Un paseo por la forma de entender la vida de un hombre, un exhaustivo estudio del alma femenina, un apasionado manual sobre el difícil arte de amar. La literatura se conjura con las emociones y en clave de prosa poética el autor nos convida a reflexionar sobre muchas cuestiones de actualidad en las relaciones de pareja.

"En el candor de lo bello debes hallar tu ideal, en el portal del amor encontrarás la razón y en lo más profundo de tu corazón un hermoso mundo te estará esperando. Andando por la senda de las ilusiones, sin venda que oculte el objeto de tus más puras pasiones, darás con el tan desdeñoso secreto que la felicidad esconde. La verdad debe estar en ti, en lo que sientas."

Miquel Beltrán i Carreté ha ejercido, durante 18 años, como profesor en el ciclo de Educación Infantil, en una localidad de la costa catalana, cerca de Barcelona. Paralelamente a su trabajo, ha ido desarrollando durante esos años otros oficios: titiretero, narrador e "inventor" de cuentos, payaso, guionista, director y productor teatral, actor y escritor.

No reconoce ninguna vocación literaria: "Siempre que escribo lo hago por necesidad, para transmitir algo que creo es importante comunicar". Su libro La escuela de la alegría obtuvo en el año 2002 una Mención Honorífica en el prestigioso premio "Joan Profitós", de Ensayo Pedagógico. Es también autor de cuentos para niños y de artículos varios en el campo educativo.

A la luna, a ti, mi cielo, y a mis queridas estrellas nació como una preciosa declaración de amor. En sus páginas, el autor pretendía introducir, anunciar, dar comienzo, desarrollar y liquidar, la hermosa y profunda descripción de un enamoramiento platónico que, en la imposibilidad de su consumación, surgió de la limpia nada para erigirse en una bellísima historia que debió regresar a una sórdida nada: "En sus páginas iba a contar una historia y acabé metiendo mi vida", confiesa.

Pero aquello que debía ser una bella y extensa carta dirigida a una mujer acabó siendo un profundo y exhaustivo tratado sobre los sentimientos, una sucesión de escenas y pensamientos que, huyendo a menudo del hilo argumental, pretenden ofrecer una senda donde la reflexión curse su camino hacia las conclusiones.

Visite la página del autor en http://www.alalunaatimicielo.com

     Señales

     Mauricio Acosta Uribe
    
     Novelas

Una historia de voluntad, superación y coraje contada con humor negro y de manera amena, dinámica y emotiva.

Señales logrará seducir al lector de principio a fin. Es un relato de supervivencia, que cuenta en un lenguaje simple la historia de Poncho -un joven de clase media sin mayores virtudes ni atributos- y sus planes para conquistar un país extranjero, con el que ha soñado desde niño. A lo largo y ancho de este relato, su vida se entrelaza con los más diversos personajes, quienes poco a poco lo obligan a enfrentarse con una realidad que le es adversa.

La novela narra cómo Poncho se va convirtiendo en un ser utilizado y sin nombre, víctima del engaño de quienes creía sus amigos, hasta consumirse en la más absoluta pobreza. Convertido en prisionero y condenado a sobrevivir en una situación que lo arrastra día a día, se dirige hacia un profundo abismo. ¿Cómo logrará sobreponerse, enfrentarse a los obstáculos y a sus recién ganados enemigos para salir de este circulo de privaciones, angustia y hambre y levantarse, vencedor, sobre sus cenizas? Esa es la historia, que es a la vez una lección de vida.
 
Mauricio Acosta Uribe nació en Bogotá, Colombia, en 1959. Ingeniero Civil de profesión, es alto ejecutivo de la industria de la construcción en Miami, Florida, donde se encuentra radicado desde el año 2000. Casado hace 25 años, es también padre de tres hijas. Aunque ha escrito varios cuentos y ensayos, esta es la primera novela que publica. Actualmente trabaja en su segunda novela, que espera presentar a finales del año 2007.
 

Los libros de regalo

Fábulas morales, la obra más famosa de Samaniego.

Son fábulas escritas para divertir e instruir a través de moralejas, que están formadas por una colección de 137 apólogos que reciben las influencias de Esopo, Fedro, La Fontaine y John Gay.                                                
 

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En las vacaciones de invierno o de verano (según el hemisferio de que se trate), ¿qué aprovecharon para leer? ¿Qué novelón nos recomiendan? ¿Qué nuevo ensayo? ¿Qué libro de cuentos? O, por el contrario, ¿qué título nos aconsejarían descartar? ¿Con qué libro vale más la pena ahorrarse el dinero y dejarlo, bien acostadito como estaba, en la mesa de la librería?

Recomendemos libros, y des-recomendémoslos, aquí. 
 

Consejos para escribir


"Cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo."

"No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento."

"Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.
Es extraño: ahora tengo la manía de la brevedad: nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve."

"Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento."

"Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera."

"Te aconsejo: 1) ninguna monserga de carácter político, social, económico; 2) objetividad absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4) máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6) espontaneidad."

"Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir."

"Nada es más fácil que describir autoridades antipáticas. Al lector le gusta, pero sólo al más insoportable, al más mediocre de los lectores. Dios te guarde de los lugares comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad."

"Escribir para los críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.
No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo."
 

*Anton Chejov (1860-1904) dramaturgo y cuentista ruso, uno de los más sobresalientes representantes de la escuela realista. Consejos extraídos de Sin trama y sin final: 99 consejos para escritores, Piero Brunello.  

 

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