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Boletín de LibrosEnRed Nº 77
 29 de junio de 2007
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"Narrar no sólo es significativo porque nos permite asumir o dibujar un destino ajeno, que a la vez nos educa. Es significativo porque ese destino ajeno, gracias a la fuerza de la llama que lo consume, nos transfiere el calor que jamás obtenemos de nuestro propio destino." 
Walter Benjamin (1892 -1940), filósofo y crítico literario judeo-alemán

En este número:

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¡Sí, usted puede abrir su propia librería!

No es que sea una novedad dentro de nuestros servicios, pero llegan muchas consultas a nuestro formulario de contactos sobre la posibilidad de vender los libros de LibrosEnRed y quisimos dejar en claro que sí, se puede, y que, además, ¡da muchos beneficios!

Usted puede ponerse un kiosco digital de libros de forma fácil y accesible. No necesita nada, ni siquiera tener un sitio en on line (aunque puede tenerlo también, por supuesto) y a cambio estará en condiciones de ganar el 10% del precio neto de venta por cada compra (usted elige, entre todos los títulos de nuestro catálogo, los que quiere exponer: los que le interesen más, los que son más afines con su grupo de conocidos, los más vendidos en nuestro sitio, etc.). 

Y, además, si tiene un sitio, un newsletter o si se desempeña como webmaster, también puede formar parte del Programa de Afiliados.

Esto tampoco tiene costo alguno, pero sí -nuevamente- un buen potencial de ganancias. Nosotros le asignaremos estas comisiones en caso de:

  • generar contrataciones de servicios de edición: comisión de un 5% del monto total (¡piense que por una única transacción podría obtener hasta casi US$ 70!)

  • generar ventas de libros y audiolibros: comisión de un 10% del precio neto de venta

  • generar visitas en nuestro sitio: comisión de un centavo de dólar por cada una.

Puede reenviar a nuestro sitio (a la página que desee, la de boletines, la de artículos, la de determinada colección) a través de banners o links que nosotros mismos le proveeremos. Como Afiliado, dispondrá de una clave de acceso para ingresar al Área Administrativa de la Editorial con el objeto de controlar, en todo momento, el total de las comisiones obtenidas.

Les recordamos los enlaces en donde estas propuestas -y la forma sencilla de ponerlas en práctica- se describen en detalle:


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Y, por cualquier consulta, también puede contactarnos a través del formulario de contactos.


Hasta el mes que viene,

Editorial LibrosEnRed

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     Autocontrol. El plus del control interno en la organización de hoy

     Jean Selger

     Negocios, Empresa y Economía


La octava maravilla en el universo de los negocios ha estado latente desde el principio de los principios lucrativos. Pero hacía falta que alguien la movilizara como un poderoso dispositivo intencional.

Autodominio es uno de los diez sinónimos de autocontrol que se incluyen en el texto para enriquecer la teoría. Pero es imperativo escribir en casi todas las hojas y en varios de sus párrafos la palabra autocontrol, porque es la que condensa la naturaleza del libro.

¿Cuántos trabajadores o empleados de una empresa tienen autocontrol de su tarea? ¿Cuántas organizaciones ostentan control interno con autocontrol? La autoverificación no es precisamente una disciplina implantada en la mente de los trabajadores e indudablemente no es una expresión que esté circunscrita en las teorías organizacionales.

¿Por qué un trabajador no tiene autocontrol? Porque desde su ingreso a la compañía le enseñan de todo menos que su trabajo debe ser autoexaminado. Pero el quid del asunto tampoco se halla en esto, puesto que desde chicos nos han controlado todo y pocos rompimos el statu quo. ¿Por qué una empresa no es autocontrolada? Porque los inversionistas, los empresarios y los directivos desconocen las bondades económicas del autocontrol. También porque tendemos a la falta de disciplina.

Autocontrol. El plus del control interno en la organización de hoy despliega un concepto fundamental poco explorado en los negocios, pero que merece aceptación global. Es un libro simplísimo con un enfoque de aprender a escribir haciendo rayas en un cuaderno; de agradable lectura, dúctil y fácil comprensión. Propone y recomienda una conducta eterna, aplicable todos los días, en cualquier oficio, para toda la gente, en cualquier entidad. Todo empresario se beneficiará sin restar su flujo de caja. Es gratis, porque el autocontrol puede instalarse en la mente de todos los empleados. Solo se requiere una decisión persuasiva, una fina estrategia y que el acompañamiento sea un ritual consuetudinario.

Jean Selger es contador público, tecnólogo en Costos y Auditoría y diplomado en Alta Gerencia. Cuenta con una experiencia de 20 años en auditoría y revisoría fiscal, y de cinco años en gerencia de empresas. Consultor, evaluador, emprendedor y liquidador de empresas, es también investigador, autodidacta y escritor de artículos y ensayos sobre todos estos temas.

Cofundador de cuatro sociedades a las cuales ya no pertenece por transferencia de sus derechos, es también asesor integral -temático y metodológico- de trabajos de grado en varias universidades, en las facultades de Contaduría Pública y Administración de Negocios.

Además de este libro, ya tiene lista una novela para editar y un libro sobre auditoría de gestión, completísimo curso integral sobre auditoría de gestión organizacional, también exclusivo en su género.


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     Un día, muchos pasajeros


     José Francisco García Mazcorro
    
     Relatos


Un día más de trabajo en la vida de un taxista, en la inmensa ciudad de Monterrey, en México.

Escrita con el objetivo de brindar un panorama general acerca de la vida humana a principios del siglo XXI, nos enseña también una manera de ver la vida desde una perspectiva filosófica, para adentrarnos profundamente en el acertijo invencible de comprender la realidad. El autor ofrece un excelente trabajo de descripción al detallar las diferentes características que moldean y dan origen a esta nueva y modernizada época, brindando al lector la posibilidad de mirar hacia dentro de las sociedades, de nuestra civilización, y de nosotros mismos.

José Francisco García Mazcorro nació al sureste de México, en el estado de Yucatán, pero creció en la ciudad de Monterrey, al noreste. Comenzó a trabajar a los quince años en una fábrica de focos. Estudió Medicina Veterinaria de 2000 a 2005, en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Su pasión por escribir nació, dice, de su placer por leer. Aunque no es escritor por formación, sabe bien de la importancia y la trascendencia que el escribir conlleva. Como alguna vez dijo: "no esperen encontrar en lo que escribo solo más de lo mismo, sino algo diferente, siempre nuevo, siempre diferente".

Actualmente, se encuentra involucrado en diferentes proyectos literarios. Lo mejor que obtuvo de su educación, admite, fue iluminar a la razón. Sus escritos se caracterizan por una visión filosófica de la vida y la existencia, así como por una profunda determinación de despojar al ser humano de su aura de superioridad.
 

Los libros de regalo


Enrique VI, una de las tan celebradas tragedias de William Shakespeare basadas en hechos históricos.

Luego de la muerte en prisión de su primo Ricardo II, Enrique IV decide liderar una cruzada a Jerusalén; pero antes debe enfrentarse con una rebelión en su propio territorio, comandada por Enrique Percy (Hotspur), hijo del conde de Northumberland. En un momento de dificultades para el Rey, se da un inolvidable contraste entre su hijo Enrique, que pasa el tiempo de manera libertina con Falstaff -uno de los personajes más fascinantes de la literatura universal- en la taberna de la Cabeza del cerdo, y la valentía de Hotspur.

La presente edición cuenta con traducción, introducción y notas de Miguel Cané.
 
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                                                                           Colección: Teatro

 
 


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3. Foros
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El 21 de junio marcó el cambio de estación para cada hemisferio. Los del sur, recibimos el invierno; los del norte, habrán disfrutado (o, tal vez, padecido) el calor veraniego. Por estos meses, será así: los sudamericanos superpondremos abrigos arriba nuestro, mientras que los habitantes de los países septentrionales gozarán de paseos al aire libre, de días largos y quizá hasta de vacaciones.

Esto nos hizo pensar en esos acontecimientos que, en vez de resultar iguales para todos, reparten consecuencias distintas en su entorno. Por ejemplo: si alguien se va a vivir afuera, por una oportunidad de trabajo o estudio, es posible que sus amigos, su pareja o su familia no lo festejen como una noticia del todo buena (aunque se alegren por él).

Otro ejemplo: si un amigo o amiga se casa, seguramente estaremos contentos; pero si con ese amigo o amiga se ha vivido una especie de fantasía secreta, probablemente prefiramos no ser invitados a la celebración. Algo del estilo pasa con cada partido de fútbol -ahora que estamos en clima de campeonato por la Copa América. En un partido, suele ganar un equipo y perder otro: los seguidores del ganador se pondrán exultantes; los "hinchas" del otro bando, andarán por el piso de desanimados.

No se trata de la envidia, del malestar porque al otro le va bien, sino de lamentar -en algún punto- un hecho que para el otro es buena noticia, pero no para nosotros, y confirmar, así, que el mundo se vive desde muy diversas perspectivas.

¿Se le ocurre alguna situación de este tipo? ¿Ha pasado por una experiencia que implicó un bien para usted pero un mal para otra persona, o a la inversa? ¿Hizo algo para atenuar su malestar (o el del otro)? Cuéntenoslo aquí
 

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"Laurence Sterne, en Tristam Shandy, afirma '... ningún autor que comprenda los justos límites del decoro y de la buena educación presumiría de pensar en todo: el respeto más verdadero que puede profesarse a la comprensión del lector es compartir este asunto amigablemente, y dejar algo para que él, por su parte, al igual que uno mismo, despliegue su imaginación. Por lo que a mí respecta, jamás ceso de ofrecerle invitaciones en este sentido, y hago todo lo que está a mi alcance para mantener su imaginación tan ocupada como la mía propia". La concepción de Sterne de un texto literario es la de algo parecido a un terreno en el cual lector y autor participan de un juego de la imaginación. Si al lector se le diera la historia completa y no se le dejara hacer nada, entonces su imaginación nunca entraría en competición, siendo el resultado el aburrimiento, que inevitablemente aparece cuando un fruto se arranca y se marchita ante nosotros. Un texto literario debe por tanto concebirse de tal modo que comprometa la imaginación del lector, pues la lectura únicamente se convierte en un placer cuando es activa y creativa. En este proceso de creatividad, puede que el texto se quede corto o bien que vaya demasiado lejos, de modo que podemos decir que el aburrimiento y el agotamiento forman los límites más allá de los cuales el lector abandonará el terreno del juego." 
 

*Wolfgang Iser (Alemania, 1926-2007) fue un teórico de la literatura. Estudió en la Universidad de Leipzig, Tübingen y Heidelberg. Trabajó en la Universidad de Glasgow. Es reconocido, junto a Hans Robert Jauss, como fundador de la Escuela de Constanza de recepción estética, que buscó describir la relación del lector con el texto y el autor. En esta cita que aquí incluimos, Iser describe, precisamente, cómo el diálogo entre el lector y el texto tiene lugar.

 

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El...

      | 1º de junio de 1874 nació el más anticonvencional de los escritores argentinos: Macedonio Fernández, autor de, entre otras obras, No toda es vigilia la de ojos abiertos, Papeles de recienvenido, Continuación de la nada y Museo de la novela eterna. Exploró con humor punzante, escéptico, renovador y lógica absurda, pero no tanto, temas cotidianos y metafísicos.

Admirado por Borges (quien decía "lo imité hasta la trascripción, hasta el apasionado y devoto plagio"), formó parte de la generación martinfierrista. Murió en 1952. Compartiremos aquí fragmentos célebres y frases imperdibles:

"El salón estaba tan vacío que una ausencia más no cabía."

"El principio del discurso es su parte más difícil y desconfío de aquellos que comienzan por él"; y lo que puede tomarse por su reverso: "Huyo de asistir al final de mis escritos por lo que antes de ello los termino".

"Se estaba produciendo una lluvia de día domingo con completa equivocación porque estábamos en martes, día de semana seco por excelencia."

"Basta que algo no se entienda para que tenga mucho sentido, lo muy claro es sospechoso; casi todo lo que no dijo nada se redactó perfecto."


Fragmento de "El Recienvenido":

¡Fue tan fortísimo el golpe que no hay memoria en la localidad de que en los últimos cuarenta años se haya registrado temperatura tan elevada en la región golpeada! (Otra cosa que los más ancianos del país no recuerdan es que yo haya sido visto con dinero algún día en ese mismo intervalo; pero eso lo diré más adelante, cuando otro hecho excepcional requiera el énfasis de una referencia a cosa no acaecida en cuarenta años.) Esos intervalos de 40 años tan cómodos se encuentran en cualquier localidad (...)".


Fragmento de "El accidente de Recienvenido":

—Me di contra la vereda.

—¿En defensa propia? —indagó el agente.

—No, en ofensa propia: yo mismo me he descargado la vereda en la frente.

—La cornisa de la vereda —apuntó un reportero— le cayó sobre el rostro a nivel de la tercera circunvolución izquierda, asiento de la palabra...

—Y del periodismo —insinuó el accidentado.

—Que ha recobrado en este momento. —Y sigue redactando el periodista:—El artesonado de la acera...

—No se culpe a nadie, propongo...

—No, eso es para suicidarse.

—De mi pronta mejoría, quería decir. Ruego al señor reportero que figure algo en la noticia de "decúbito dorsal".

—No hay necesidad: los operarios tipógrafos lo ponen siempre. O si no, ponen:"base del cráneo".

—¿Se me dirá si me puedo levantar sin deslucir la noticia de un suicidio?

—¿Iban mal sus negocios?

—Nada de eso: la única dificultad ha sido el cordón de la vereda.

—¿Puedo anotar oposición de familia a su noviazgo?

Otro insiste en que había mediado agresión y le ruega aclare si se interponía "un viejo resentimiento".

—Alguien, un desconocido desde mucho tiempo atrás para usted, avanzó resueltamente y desenfundando un cordón de la vereda Colt-Browning se lo disparó.

En fin, Recienvenido empieza a sulfurarse y los increpa:

—Yo estaba aquí antes que ustedes y mis informes son más anticipados! Voy a darles un resumen publicable:

"Yo caí: fui derribado por el golpe de la orilla de la vereda; sin embargo, no necesitaba ya serlo, pues mi cabeza salió a recibir el golpe yéndose al suelo."


Fragmento de "Aniversario de Recienvenido":

"No sé si por algunos excesos de conducta o por observancias poco estrictas en mi régimen de vida cumpliré en breve cincuenta años. No lo he efectuado antes porque cada vez que impacienté el tiempo, adelantando algún acontecimiento, me cambiaron uno bueno por uno malo. La elección de un día invariable de cumpleaños me ha permitido conocerlo tan bien que aun con los ojos vedados cumpliría mi aniversario.

Alguien dirá: ¡Pero, Recienvenido, otra vez de cumpleaños! ¡Vd. no se corrige!; ¡La experiencia no le sirve de nada! ¡A su edad cumpliendo años!

Yo efectivamente entre amigos no lo haría. Mas en las biografías nada más exigido.

Otros juzgarán que el anuncio de mi próximo aniversario va encaminando a incitar a los cronistas sociales para recordarme con encomios. "Nadie como el Sr. R. ha cumplido tan pronto los cincuenta años"; o bien: "A pesar de que esto le sucedía por primera vez cumplió su medio siglo el apreciado caballero como si [83] siempre lo hubiera hecho". Alguien con algún desdén: "Con la higiene y la ciencia moderna, quién no tiene hoy cincuenta años". "A su edad no tenía mucho que elegir".

En fin lo cierto es que nunca he cumplido tantos años en un solo día.

Nací el 1º de octubre de 1875 y desde este desarreglo empezó para mí un continuo vivir. La autenticidad de mi condición de solterón en ese momento fue indiscutida, pero yo le añadí el malhumor que la distingue, pidiendo inmediatamente en el idioma que no tiene filólogos el Libro de Quejas. Cuando me lo facilitaron tres meses después en una sacristía, me había olvidado de los motivos de protesta fuera de que no habían dejado espacio en el sucio, malhadado y gran tomo los que se habían quejado primero. Puse mi nombre y la fatuidad de tenerlo me distrajo de reflexionar que aquél era el "Libro de Quejas", de la vida."

     

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