679 516 personas reciben el boletín, 14 años brindando el mejor servicio

"El arte de escribir historias está en saber sacar de lo poco que se ha comprendido de la vida todo lo demás".

Ítalo Calvino (1923-1985), escritor italiano

La Hemingwrite: la máquina de escribir del siglo XXI


¿Se puede enseñar a escribir? Claramente sí se puede enseñar a trazar y enlazar letras para conformar palabras, pero la pregunta es ¿se puede enseñar a hacer literatura? 

Hay quienes creen que es un camino personal e insondable, y por tanto una destreza que no se puede transmitir. Así pareciera sugerirlo la humorada de W. Somerset Maugham (1874-1965), narrador y dramaturgo inglés:

“Hay tres reglas para escribir una novela. Lamentablemente, nadie sabe cuáles son”. 

O la ridiculización de Camilo José Cela en Café de artistas, donde el autor parece reírse de las supuestas fórmulas fijas para producir literatura. En una escena, le recomienda un editor a un autor: 

“Y si usted quiere le que encargue una novela, ya sabe: planteamiento, nudo y desenlace. Verbigracia: una joven huérfana trabaja como una negra para poder sacar adelante a sus once hermanitos, que también son huérfanos y están algo delicados. Para darle mayores visos de realidad, podemos decir que trabaja en el instituto nacional de previsión, en la sección de seguros para madres lactantes. Bueno. La joven, que se llama, por ejemplo, Esmeralda de Valle-Florido, o Graciela de Prado-Tierno, o algún otro nombre cualquiera, el caso es que sea bello y simbólico, conoce un día, en una cafetería americana, ¡hay que ser modernos!, a un joven apuesto, de mirar profundo, que se llama, por ejemplo, Carlos o Alberto. No se le ocurra ponerle Estanislao, comprenda que no hace bien”.

Pero más parecen ser quienes creen que sí se puede enseñar a escribir, y con ellos están, naturalmente, todos los profesores de talleres literarios y todos los autores de manuales sobre el tema. Y escritores célebres, como queda explicitado en sendos catálogos de Juan Carlos Onetti y Augusto Monterroso (al margen en destacados).

Esas recomendaciones profesionales suelen reiterarse y giran en torno a la eficacia de un buen inicio, como esta de Juan Bosch:

“Comenzar bien un cuento y llevarlo hacia su final sin una digresión, sin una debilidad, sin un desvío: he ahí en pocas palabras el núcleo de la técnica del cuento. Quien sepa hacer eso tiene el oficio de cuentista, conoce la "tekné" del género. El oficio es la parte formal de la tarea, pero quien no domine ese lado formal no llegará a ser buen cuentista. Sólo el que lo domine podrá transformar el cuento, mejorarlo con una nueva modalidad, iluminarlo con el toque de su personalidad creadora. Ese oficio es necesario para el que cuenta cuentos en un mercado árabe y para el que los escribe en una biblioteca de París. No hay manera de conocerlo sin ejercerlo”.

O la ventaja de particularizar la narración de modo que los personajes, los elementos, los hechos se vuelvan singulares:

“Si te limitas a evocar una silla, evocas un concepto vago. Si dices que está manchada de azafrán, de pronto la silla aparece, se vuelve visible”, sostenía el escritor británico V. S. Naipaul.

Pero a la vez con mesura en la caracterización de las cosas de modo de no emplear palabras innecesarias. Decía Horacio Quiroga:

“No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él sólo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo”.

Y Alejo Carpentier, también en particular sobre los adjetivos:

“Cuando el Dios del Génesis, luego de poner luminarias en la haz del abismo, procede a la división de las aguas, este acto de dividir las aguas se hace imagen grandiosa mediante palabras concretas, que conservan todo su potencial poético desde que fueran pronunciadas por vez primera. (...) Así el refrán, frase que expone una esencia de sabiduría popular de experiencia colectiva, elimina casi siempre el adjetivo de sus cláusulas: 'Dime con quién andas...', 'Tanto va el cántaro a la fuente...', 'El muerto al hoyo...', etc. Y es que, por instinto, quienes elaboran una materia verbal destinada a perdurar, desconfían del adjetivo, porque cada época tiene sus adjetivos perecederos, como tiene sus modas, sus faldas largas o cortas, sus chistes o leontinas. (...) Y la verdad es que todos los grandes estilos se caracterizan por una suma parquedad en el uso del adjetivo. Y cuando se valen de él, usan los adjetivos más concretos, simples, directos, definidores de calidad, consistencia, estado, materia y ánimo, tan preferidos por quienes redactaron la Biblia como por quien escribió el Quijote”.

Pero entre todos los consejos de escritores célebres, respecto de lo que más hay coincidencia es acerca de la necesidad de constancia en el trabajo de escribir: “El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”, decía la Premio Nobel Doris Lessing. Y como ella muchos autores (como Augusto Monterroso, Simone de Beauvoir y Francisco Umbral, respectivamente) conscientes de que los frutos obtenidos han venido de la siembra disciplinada:

"No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción".

"Escribir es un oficio que se aprende escribiendo".

"El talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia".

¿Qué creen ustedes? Quienes escriben ¿de dónde han obtenido recursos (narrativos, estilísticos) para hacerlo? ¿Procede todo de un don innato o es una destreza que se puede despertar, desarrollar y hacer lucir? ¿Sirven los talleres de escritura? ¿Sirven las guías y los consejos para escritores? ¿Siguen ustedes alguna recomendación en particular?

Lo conversamos en el blog. No olviden llevarse de regalo (apenas unos renglones más abajo) el libro de esta vez: las cartas (con recomendaciones) a un joven poeta de un poeta grande, Rilke. 

Decálogo para escribir 1

"Decálogo más uno para escritores principiantes", por Juan Carlos Onetti, que empieza así:

I. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.



Decálogo para escribir 2

"Decálogo del escritor", por Augusto Monterroso. Y este empieza así:

Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.

Libros recomendados del mes

Religiones, Autoayuda y Crecimiento

Libro Ser o no ser... creyente

Ser o no ser... creyente
Autor: Boanerges Rubalcava

Todos creemos en algo. Los “creyentes” creen en Dios, y los seculares no lo aceptan. La existencia de una Inteligencia Suprema puede probarse mediante el razonamiento y así lo racionalmente probado no puede ser irracionalmente negado.

Al probar la existencia de Dios es lógico pensar en la vida después de la vida, y esa Inteligencia Suprema puede mostrarse a la razón del hombre. Las religiones que no tienen esta revelación deben categorizarse como invenciones humanas. La religión que acepta que Dios se les ha revelado es la judeocristiana. El cristianismo no es más que el advenimiento al mundo del mesías esperado por los hebreos.

El “Cristianismo de Cristo” son Sus enseñanzas tal cual se encuentran en el Nuevo Testamento y sus características fundamentales, la Expiación de Cristo, Su Resurrección y el Amor. Para ser cristiano deben aceptarse estas tres verdades. Sus seguidores las aceptan y cumplen Sus mandamientos. Él nos dijo que debemos amarnos e incluso poner “la otra mejilla”. Esto es la esencia de su evangelio. Bajo esta luz, el presente libro analiza temas como el aborto, la homosexualidad, el matrimonio, el perdón, el adulterio, la pobreza y el hedonismo. 

¡Bájese aquí un capítulo gratis!

Boanerges Rubalcava nació en México. Hizo sus estudios profesionales para obtener el título de médico cirujano en la ciudad de México, donde también obtuvo el grado de doctor en Ciencias. Tiene múltiples trabajos publicados en las revistas líderes mundiales de su especialidad, así como múltiples presentaciones en congresos mundiales. Sus trabajos sobre el estudio y función de las membranas plasmáticas y sobre el aporte de evidencias para el sitio postulado como esencial en la transmisión de las señales en los sistemas biológicos fueron pioneros y han sido citados en multitud de importantes proyectos dirigidos a la elucidación de fenómenos en la función celular. Es casado y padre de seis hijos. 

desde US$ 7

COMPRAR

Formatos: Pdf, ePub, Papel

Novelas

Libro Cuando los ángeles dejan de serlo

Cuando los ángeles dejan de serlo
Autor: Mara Urnoba

Arlen Braxton es una joven periodista que trabaja para El Expreso. Un día, su jefe le encarga un reportaje sobre una conocida restauradora que oculta un secreto.

Entonces descubre, con la ayuda de un fotógrafo ruso, que todo es una trampa: su jefe pretende vengarse de la restauradora. Arlen se deja arrastrar por los sentimientos sin ser consciente del peligro que la acecha y de que el secreto que oculta esa mujer le podría haber cambiado la vida a ella también.  

Los acontecimientos desbordan a los personajes a través de los recuerdos de seres queridos y que esconden amores imposibles, odios y venganzas que los llevan a convertirse en seres monstruosos. Una novela de intriga, con dosis de novela negra, ambientada en Barcelona en diferentes períodos históricos del siglo XX y en la actual crisis económica.

Mara Urnoba es licenciada en Periodismo por la Universidad de Barcelona. Vive en Marruecos desde 1998, está casada y tiene dos hijos. Se dedica a la enseñanza.

desde US$ 5

COMPRAR

Formatos: Pdf, ePub, Papel

Correspondencia, Biografías y Autobiografías

Libro Cartas a un joven poeta

Cartas a un joven poeta
Autor: Rainer Maria Rilke

Es la obra más conocida de Rainer Maria Rilke.

Son las cartas que le mandó, entre 1903 y 1908, a un joven poeta (Franz Xaver Kappus) que le había pedido ayuda en la ardua tarea de escribir. En ellas, Rilke le comunica su visión del mundo y aborda lo que le parece más significativo y potente de los recursos creativos, con una importancia fundamental de la mirada interior.

¡GRATIS!

DESCARGAR

Formatos: Pdf, ePub

Contáctenos para saber más

(Si usted no desea recibir este boletín o quiere cambiar los datos con los que se suscribió, siga las siguientes instrucciones: Para desuscribirse del boletín, haga clic aquí / Para cambiar los datos de su suscripción a nuestro Club de Lectores, haga clic aquí).