En este número:

1. Editorial: literatura y fútbol

2. Recomendados del mes y clásico de regalo

3. Consignas para los foros y ganadores de las consignas pasadas:
¿Pueden las mujeres opinar de fútbol? ¿Recibe demasiada trascendencia
la Copa del Mundo? El fútbol, ¿se convirtió en un mero negocio?
/ Literatura y deporte

4. Sobre el arte de escribir: notas de Clarice Lispector

5. Uno de fútbol. Cuento de Bustos Domecq,
seudónimo de la dupla Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
(un relato de la década del 60, en donde ya aparece la sospecha
de que los partidos de fútbol están arreglados)

6. Efemérides con las soluciones de la vez anterior

7. Direcciones para encontrarnos

8. Suscripciones

Seguimos con la atmósfera del Mundial, ese clima en el que solo vemos o hablamos de declaraciones de futbolistas y pases-gol; declaraciones de directores técnicos y gambetas; comentarios de organizadores, y caños que se convierten en tantos. Es que, como resumió el escritor mexicano Juan Villoro, autor del libro Dios es redondo, "sabemos que cada cuatro años llegará una fiesta de orden planetario" y tratamos de disfrutarla al máximo.

Aunque, lamentablemente, de todos los países hispanohablantes, sólo la Argentina pasó a cuartos de final (para enfrentarse, nada menos, que con la local -y poderosa- selección alemana). Ecuador (que resultó un digno representante sudamericano), Costa Rica, El Tri de México, La Albirroja paraguaya y finalmente La Furia fueron cayendo de la competencia en primera ronda o en octavos. 

Pero siempre, en las buenas y en las malas, podemos recogernos en la literatura, que tiene la particularidad de aislarnos del entorno estableciendo vínculos con él. En este caso, puede ser mediante libros o comentarios sobre fútbol, que los hay a montones. El citado Juan Villoro, los argentinos Roberto Fontanarrosa y Juan Sasturain; los textos del uruguayo Eduardo Galeano (dicho sea de paso, la Celeste es una triste ausencia de esta Copa), son muy recomendables.

Temas que la literatura toma del deporte hay varios: la derrota, la decepción, la ilusión, ganar y sentirse parte, son algunos. Las polémicas culturales encuentran, por su parte, puntos de contacto: la discusión entre Hugo Sánchez (a favor de un técnico nacido en el país azteca) y La Volpe (defensor de "la eficiencia" como valor más importante que la nacionalidad), puede relacionarse, por ejemplo, con el debate entre nacionalismo y capital universal que presenta Borges, del que se puede leer un excelente comentario aquí. Decía Borges: "Ser cosmopolita no significa ser indiferente a un país y ser sensible a otros. Significa la generosa ambición de ser sensibles a todos los países y todas las épocas, el deseo de eternidad, el deseo de haber sido muchos...".

Para el inglés Eric Hobsbawn, influyente historiador marxista, el balompié es mucho más que un deporte: "quien vio la "seleção brasileira" no puede negar al fútbol su condición de arte... El arte de jugar fútbol es una contribución brasilera, y es uno de los pocos valores que considero genuinamente universales".

Y hay quienes van más lejos. La declaración del escritor francés Albert Camus, que une fútbol y lo que hacemos de nuestra vida, llega a conmover: "Después de muchos años en que el mundo me ofreció tantos espectáculos, lo que finalmente mejor sé sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".

El fútbol y el resto de las áreas de la vida y la cultura ofrecen mucho material para desarrollar. Los invitamos a seguir pensando y escribiendo sobre estos temas en nuestra sección de Foros.

¿La solución pendiente de efemérides y la resolución de los foros? En los sitios respectivos de este boletín.

Hasta el mes que viene,

Editorial LibrosEnRed

 

     Reiki y otros rayos de toque sanador

     Kathleen Ann Miller
    
     Religiones, Autoayuda y Crecimiento

Explicación de las técnicas para desarrollar habilidades extrasensoriales apegadas a los procesos de sanación, ejemplificada con experiencias místicas. En 1988, Kathleen Milner sufrió dos accidentes que paralizaron su vida. Cuando la medicina tradicional no pudo hacer más por ella, Kathleen recurrió a la medicina alternativa. En 1991, tuvo un encuentro con un altísimo Ser espiritual que la instruyó en nuevos símbolos de Reiki. En este libro, nos enseña cómo sintonizarse con sus capacidades psíquicas y sanadoras en un sistema único para la sanación física y espiritual.
 

     Cuando la higuera esté brotando

     María del Amo

     Religiones, Autoayuda y Crecimiento

Cuando la higuera esté brotando trata de estudiar, profundizar y desvelar los grandes interrogantes relacionados con la venida de Cristo, que han sido y son causa de controversia y confusión hasta nuestros días.

Al cabo de dos mil años de la primera venida de Cristo y hoy más que nunca, conviene aclarar todo lo relacionado con el tema de la segunda venida, para preparar a los suyos y dar luz a los que carecen de ella.

Los temas tratados son centrales y se extienden a denunciar los abusos (el sectarismo) dentro del seno de grupos religiosos, como una forma de proceder de los falsos Cristos que no deja de ser otra forma de manifestación del anticristo; o la absurda y antibíblica idea de que uno puede llamarse cristiano y vivir como quiera.

Es un libro escrito con enorme dinamismo y agilidad, fácil de leer, impactante y sobrecogedor; en pocas palabras, inédito, escrito por alguien verdaderamente acreditado para hacerlo.

Licenciada en Filología Española y estudiosa del mundo de las Sagradas Escrituras, María del Amo se dedica a escribir y a comunicar, de forma intensa y con gran dedicación, impactantes experiencias y revelaciones personales, misterios, cosas ocultas que nadie conoce, valores morales y humanos, sensibilidad, ternura, y la justicia, la verdad, y la realidad más estremecedora y menos conocida.

En sus comentarios bíblicos, abre al lector el alma de los autores de las Sagradas Escrituras y penetra en lo más íntimo y sensible de sus vidas con gran sensibilidad y belleza. Sus cuentos desgranan un mundo cotidiano y, sin embargo, interesante y ejemplar, lleno de color, sonido, sentido y vida... y también de injusticia y maldad, visto desde la sensibilidad del que oye y escudriña en lo profundo de las cosas.
 

     Destinos o caminos

     Germán Lategano

     Poesía

¿Qué quedó en tu corazón cuando en su despedida quedaron tantas poesías sin decir? ¿Cuántas veces al dudar tu alma te has preguntado si aquel amor que comparte en estos momentos tu vida es tu destino o tan solo un camino más que experimentar? ¿Cuántas veces esperaste solo un indicio de aquel amor que esperas? ¿Cuántos caminos hay que recorrer para encontrarse con el destino? Así, entre tantas preguntas que solo respondieron las experiencias de la vida, nace esta obra, escrita con el silencio del alma.
 
Nacido el 31 de octubre de 1977 en la ciudad de Rosario, Argentina, Germán Lategano tiene sus comienzos en el género poético a la edad de 15 años. Finalizó sus obras poéticas a los 25 y decidió ausentarse indefinidamente del género para dedicarse durante el lapso de dos años a la creación de su primer novela Los elegidos, próxima a publicarse. Actualmente nuestro autor reside en los EE.UU, San José (California), trabajando en su próxima obra poética y en su segunda novela.

Conozca más del autor y su obra visitando su sitio en Internet www.lateganogerman.com.ar
 

El clásico de regalo

"Las preocupaciones de un padre de familia", "Informe para una academia", "Una cruza", "El silencio de las sirenas" y el célebre "Ante la ley" se incluyen en este volumen. Conjunto de cuentos típicamente kafkianos, en los que aparece la "máquina burocrática" operando sobre el hombre o la descripción enloquecedora del proceso de "enrarecimiento" que sufren los seres humanos.

     
     Libro: Segunda antología de cuentos

     Colección: Relatos

¿Usted también escribe? Poesía, ensayo, novelas...
Sea parte de nuestro catálogo.

Ingrese aquí para conocer nuestras propuestas de edición.

FORO DE OPINIÓN

En torno al fútbol se dan multitud de debates que recrudecen cuando, gracias al Mundial, el deporte cobra protagonismo absoluto. Por ejemplo:

¿Pueden las mujeres opinar de fútbol? Los cientos de horas de ver, jugar y hablar sobre fútbol, ¿convierten a los hombres en conocedores íntimos de este deporte? El contacto asiduo que suelen mantener desde niños con el fútbol, ¿deja a las mujeres excluidas de hablar con la misma propiedad sobre el tema?

Hoy en día, los resultados ¿dependen, más que de la habilidad de cada selección, de poderes económicos (ver, más abajo, el cuento de Bustos Domecq)? ¿O esta sospecha es una exageración propia de la actitud suspicaz de quienes se explican el mundo solo a través de teorías conspirativas?

Están quienes son contrarios a la relevancia que una Copa del Mundo adquiere. Sostienen que hay decenas de temas más trascendentes que quedan desplazados injustamente de la agenda pública (el hambre de los niños, los desastres ecológicos, la desigualdad de oportunidades, etc.). Critican el patriotismo que emerge en los ciudadanos, por superficial y de coyuntura, se molestan de que el fútbol sea el "mono" tema, consideran que lo que es finalmente un juego nunca puede competir en importancia con asuntos serios. Pero lo cierto es que la emoción que provoca seguir la selección del propio país es genuina y que, tal vez, la felicidad por el triunfo o la tristeza por la derrota sean una catarsis terapéutica para cada hincha. Para usted ¿es el Mundial un evento sobredimensionado?, ¿son las emociones y conductas que genera, menores y descartables?

Estos y otros puntos son fuente constante de polémicas. Lo invitamos a debatirlos en nuestro Foro de opinión.

Además, ¿se animan a proponer un dream team literario?

FORO DE ESCRITORES

Pocos se animaron a participar de los diálogos y la del aviso, ¡no era tan difícil!... En fin, aquí los ganadores.

De la consigna humorística

ganador elegido por la editorial: Xalomón (sin título)
ganador elegido por los visitantes: bib, por PETISOSAMERICANCLUB.

De la consigna de diálogos

ganador elegido por la editorial: por su original forma de presentar el conflicto y sugerir la complejidad de los personajes: zanbar
ganador elegido por los visitantes: B. Miosi

Les estamos escribiendo para que elijan los libros de premio.

Nueva consigna

Sobre el triunfo o la derrota, sobre lo desconcertante de un empate, sobre la vivencia del espectador que queda afuera del escenario, sobre el minuto clave de la definición en una competencia... son muchos los ángulos desde los cuales puede escribirse un relato sobre el deporte, que es, desde siempre, un productivo tema literario. 

Este mes, lo invitamos a escribir un texto en donde algo de todo esto se ponga en juego.

Clic aquí para ingresar a la consigna

"Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba."

"¿El proceso de escribir es difícil? Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y natural con que es hecha una flor."

"No puedo escribir mientras estoy ansiosa, porque hago todo lo posible para que las horas pasen, y escribir es prolongar el tiempo, dividirlo en partículas de segundos, dando a cada una de ellas una vida insustituible."

"Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra."

*Clarice Lispector (1920-1977) nació en Ucrania pero de joven se trasladó a Recife, Brasil. De su producción literaria, caracterizada por el intimismo, se destacan La ciudad sitiada (1949), La bella y la bestia (1979), los cuentos Lazos de familia (1960) y las novelas La imitación de la rosa (1973), Agua viva (1977), La hora de la estrella (1977) y Un soplo de vida (póstuma, 1978). Murió en Río de Janeiro.


 

Esse est percipi

Viejo turista de la zona Núñez y aledaños, no dejé de notar que venía faltando en su lugar de siempre el monumental estadio de River. Consternado, consulté al respecto al amigo y doctor Gervasio Montenegro, miembro de número de la Academia Argentina de Letras. En él hallé el motor que me puso sobre la pista. Su pluma compilaba por aquel entonces una a modo de Historia Panorámica del Periodismo Nacional, obra llena de méritos, en la que se afanaba su secretaria. Las documentaciones de práctica lo habían llevado casualmente a husmear el busilis. Poco antes de adormecerse del todo, me remitió a un amigo común, Tulio Savastano, presidente del club Abasto Juniors, a cuya sede, sita en el edificio Amianto, de avenida Corrientes y Pasteur, me di traslado. Este directivo, pese al régimen doble dieta a que lo tiene sometido su médico y vecino doctor Narbondo, mostrábase aún movedizo y ágil. Un tanto enfarolado por el último triunfo de su equipo sobre el combinado canario, se despachó a sus anchas y me confió, mate va, mate viene, pormenores del bulto que aludían a la cuestión sobre el tapete. Aunque yo me repitiese que Savastano había sido otrora el compinche de mis mocedades de Agüero esquina Humahuaca, la majestad del cargo me imponía y, cosa de romper la tirantez, congratulélo sobre la tramitación del último goal que, a despecho de la intervención oportuna de Zarlenga y Parodi, convirtiera el centro half Renovales, tras aquel pase histórico de Mutante. Sensible a mi adhesión al once del Abasto, el prohombre dio una chupada postrimera a la bombilla exhausta, diciendo filosóficamente, como aquel que sueña en voz alta:

-Y pensar que yo fui el que les inventé esos nombres.

-¿Alias? -pregunté gemebundo-. ¿Musante no se llama Musante? ¿Renovales no es Renovales? ¿Limardo no es el genuino patronímico del ídolo que aclama la afición?

La respuesta me aflojó todos los miembros.

-¿Cómo? ¿Usted cree todavía en la afición y en ídolos? ¿Dónde ha vivido, don Domecq?

En eso entró un ordenanza que parecía un bombero y musitó que Ferrabás quería hablarle al señor.

-¿Ferrabás, el locutor de la voz pastosa? –exclamé-. ¿El animador de la sobremesa cordial de las 13 y 15 y del jabón Profumo? ¿Estos, mis ojos, le verán tal cual es? ¿De veras que se llama Ferrabás?

-Que espere –ordenó el señor Savastano.

-¿Qué espere? ¿No sería más prudente que yo me sacrifique y me retire? –aduje con sincera abnegación.

-Ni se le ocurra –contestó Savastano-. Arturo, dígale a Ferrabás que pase. Tanto da…

Ferrabás hizo con naturalidad su entrada. Yo iba a ofrecerle mi butaca, pero Arturo, el bombero, me disuadió con una de esas miraditas que son como una masa de aire polar. La voz presidencial dictaminó:

-Ferrabás, ya hablé con De Filipo y con Camargo. En la fecha próxima pierde Abasto, por dos a uno. Hay juego recio, pero no vaya a recaer, acuérdese bien, en el pase de Musante a Renovales, que la gente lo sabe de memoria. Yo quiero imaginación, imaginación. ¿Comprendido? Ya puede retirarse.

Junté fuerzas para aventurar la pregunta:

-¿Debo deducir que el score se digita?

Savastano, literalmente, me revolcó en el polvo.

-No hay score ni cuadros ni partidos. Los estadios ya son demoliciones que se caen a pedazos. Hoy todo pasa en la televisión y en la radio. La falsa excitación de los locutores ¿nunca lo llevó a maliciar que todo es patraña? El último partido de fútbol se jugó en esta capital el día 24 de junio del 37. Desde aquel preciso momento, el fútbol, al igual que la vasta gama de los deportes, es un género dramático, a cargo de un solo hombre en una cabina o de actores con camiseta ante el cameraman.

-Señor ¿quién inventó la cosa? –atiné a preguntar.

-Nadie lo sabe. Tanto valdría pesquisar a quienes se le ocurrieron primero las inauguraciones de las escuelas y las visitas fastuosas de testas coronadas. Son cosas que no existen fuera de los estudios de grabación y de las redacciones. Convénzase, Domecq, la publicidad masiva es la contramarca de los tiempos modernos.

-¿Y la conquista del espacio? –gemí.

-Es un programa foráneo, una coproducción yanqui-soviética. Un laudable adelanto, no lo neguemos, del espectáculo cientificista.

-Presidente, usted me mete miedo –mascullé, sin respetar la vía jerárquica-. ¿Entonces en el mundo no pasa nada?

-Muy poco –contestó con su flema inglesa-. Lo que yo no capto es su miedo. El género humano está en casa, repatingado, atento a la pantalla o al locutor, cuando no a la prensa amarilla. ¿Qué más quiere, Domecq? Es la marcha gigante de los siglos, el ritmo del progreso que se impone.

-Y si se rompe la ilusión? –dije con un hilo de voz.

-Qué se va a romper –me tranquilizó.

-Por si acaso seré una tumba –le prometí-. Lo juro por mi adhesión personal, por mi lealtad al equipo, por usted, por Limardo, por Renovales.

-Diga lo que se le dé la gana, nadie le va a creer.

Sonó el teléfono. El presidente portó el tubo al oído y aprovechó la mano libre para indicarme la puerta de salida.

*Este cuento y las crónicas de Bustos Domecq fueron editados por Emecé, en 1963
 

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