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Boletín de LibrosEnRed Nº 58
 25 de noviembre de 2005
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"Aunque no lo parezca, escribir es un arte;
ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio,
o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje;
para esta lucha ejercítate de día y de noche."

Augusto Monterroso (1921-2003), guatemalteco (por elección)



En este número:

01


¿Cuándo se puede decir que una obra está terminada?

Todos los autores se plantean, en algún momento, esta pregunta. De hecho, uno tan experimentado como Paul Valéry, sostenía que un artista nunca termina realmente su trabajo: simplemente, lo abandona.

Alfonso Reyes, por su parte, era consciente de lo que pasaba si no se imponía a sí mismo un cierre: "Lo malo de no hacer imprimir las obras es que se va la vida en rehacerlas".

Por eso a veces, para terminar el proceso de escritura, es bueno contar con una mirada externa. Con alguien que, alejado de la circunstancia creativa, pueda fijar un ojo entrenado sobre aspectos relacionados con la corrección ortográfica o el funcionamiento general del texto. Alguien que pueda evaluar si la obra se ajusta a las expectativas del autor y que pueda definir cuáles son sus puntos fuertes, aquellos que deberían destacarse en una eventual promoción. En pocas palabras, un lector experto que se convierta en cómplice de nuestro texto para ayudarnos a sacar lo mejor de él.

LibrosEnRed ofrece diversos servicios para acompañar a los autores en esta etapa. A continuación, encontrará la descripción detallada de lo que cada uno puede aportarle:

  • Corrección de estilo (ortotipográfica y gramatical)

    A pesar de lo que sugiere la forma más común de llamarlo –corrección de estilo-, este servicio no apunta en absoluto a modificar la singularidad expresiva del autor.

    De lo que se trata es de corregir los aspectos ortográficos, tipográficos y gramaticales de un original, antes de que pase a diagramación (errores de tildación, de mayúsculas, de concordancia, de puntuación, entre otros). El resultado será un texto adecuado a la normativa española, lo que garantiza que lo que el autor había deseado escribir sea entendido, efectivamente, de esa manera.

  • Editing

    El trabajo de editing implica un tratamiento más intenso sobre el texto, con el objetivo de adecuarlo a la intención comunicativa de su autor.

    Como resultado del proceso, el autor se asegurará de que el texto responde a las expectativas que tenía antes de escribirlo: que se dirija de forma adecuada a un público específico, que lo haga en el tono esperable, que esté bien organizado, que pueda mantener la atención del lector a lo largo de todas sus páginas, que sea ameno de leer, que sean correctas todas sus referencias.
     

  • Informe de obra

    El informe de obra consiste en un reporte elaborado por un lector profesional, a partir de las conclusiones a las que arribó luego de la lectura minuciosa de la obra.

    Se trata de un análisis pormenorizado que, a partir de una intensa experiencia de lectura, refiere los aciertos encontrados en el texto y aquellos aspectos de la estructura, el tono, el diseño de personajes, el ritmo, el manejo del lenguaje, etc. que, eventualmente, podrían mejorarse.

    El informe incluye, además, sugerencias para mejorar la construcción de la obra e incrementar sus posibilidades de aceptación. En los casos en que se considere necesario, se sugerirá la contratación del servicio de corrección o editing.

    El autor será guiado para mejorar su obra de modo tal de convertirla en el libro ideal para el lector al que se dirige. Contará, además, con mejores argumentos para encarar la promoción de su obra (como saber qué destacar como puntos salientes, con qué libro anterior y conocido emparentarla o qué tipo de experiencia de lectura anticiparle al lector).


Cotización y desarrollo de cada proceso


En todos los casos, la cotización dependerá de la cantidad de palabras y del nivel de dificultad de la obra (según la especificidad del tema, lo complejo del vocabulario, la diversidad de elementos que incluya, etc.).

Para efectuar un presupuesto será necesario, entonces, que el interesado remita el original como archivo adjunto a un correo electrónico. En un plazo de aproximadamente tres días hábiles, le responderemos con la cotización por el servicio y la indicación de cuáles serían los plazos.

Recibiremos sus pedidos de presupuestos y cualquier consulta en relación con estos servicios a través del formulario de mensajes (seleccione el tema "Servicios a escritores").


Vamos al Acertijo de este mes:

"ESTORNUDO. Después de decir: '¡Salud!', trabarse en una discusión acerca del origen de esta costumbre.

EXCEPCIÓN. Decir que confirma la regla. No arriesgarse a explicar cómo.

FATALIDAD. Palabra exclusivamente romántica. Hombre fatal: dícese del que tiene ojos penetrantes.

GOLONDRINAS. No llamarlas jamás de otro modo que 'mensajeras de primavera'. Como se ignora de dónde vienen, hay que decir que arriban 'de las comarcas lejanas' (poético).

HORMIGAS. Bonito ejemplo para citar delante de un despilfarrador. Proporcionaron la idea de las cajas de ahorro.

¿Qué obra es esta, tan llena de definiciones e instrucciones de uso? ¿Quién es su autor?
 

Si imagina por quién preguntamos y por cuál de sus obras, envíe su respuesta -directamente en el asunto del correo electrónico- a [email protected]. Si tiene dudas, espere la próxima pista el lunes 7 de noviembre, aquí.

Estará participando por dos ejemplares digitales a su elección.

Hasta el mes que viene,

Editorial LibrosEnRed

 

02


El superclásico. Boca y River: historia y secretos de una pasión


tapa   

   Colección: Deportes

   Autor: Hugo Martínez de León

         

Nada menos que Eduardo Galeano ha comentado esta obra y en términos más que elogiosos:

"Aviso a los fanáticos, advertencia a los violentos: aléjense de este libro.

En estas páginas, se cuenta la historia de un largo duelo que se inicia en la ribera del Riachuelo. Desde hace un siglo ese duelo parte en dos la ciudad de Buenos Aires. El Dios de una mitad, es el Diablo de la otra mitad y viceversa. Quienes confirman su amor a un club por el odio al otro se sentirán defraudados: esta historia revela que, en el fondo, se trata de un juego de espejos".

El superclásico... trata la eterna rivalidad River-Boca en el marco histórico de la evolución del fútbol. Se trata de un libro que trasciende las fronteras argentinas para inscribirse en la historia de este deporte a nivel mundial.

Hugo Martínez de León, su autor, es tanto escritor de ficción como periodista. Publicó libros de cuentos, novelas (por El baile y la procesión resultó finalista del concurso Tigre Juan, de Oviedo, España) y obras de investigación periodística.


Cómo alcanzar el éxito verdadero

tapa   

   Colección: Religiones, Autoayuda y Crecimiento

   Autor: Sixto Vázquez Narva
              


Cómo alcanzar el éxito verdadero es un libro que une lo práctico y rutinario con lo ideal y deleitable. En un despliegue de bondad, nos muestra cómo lograr el bienestar temporal en todas las parcelas de la vida, y nos señala el camino hacia la felicidad permanente fundada en principios divinos de fácil asimilación.

En un lenguaje claro y directo, y como buen filósofo, teólogo, consejero, conferencista y escritor desde 1983, Sixto Vázquez Narva, de arraigo peruano-ruso, nos muestra que entre los muchos libros que se han escrito para orientar al ser humano hacia una vida de éxito, ninguno es tan feliz y afortunado como este, porque revela de modo irrebatible que la vida de cada ser humano es un éxito auténtico desde su concepción en el vientre materno; y porque sus principios trascienden los tiempos y las culturas, las fronteras y los estratos sociales, y nos trasponen fácilmente a los mismos umbrales de la eternidad.

Todo aquel que anhela una vida repleta de realizaciones, ganancias y coronas, aquí tiene la fórmula precisa y concisa para convertir esos anhelos en un eterno deleite repleto de felicidad espiritual y saciedad intelectual; además de un exquisito fortalecimiento matrimonial y abundante prosperidad material aquí y ahora. Es decir, una vida entera convertida en éxito auténtico y al más alto nivel.
 

Peregrinos de la nueva era

tapa                                                                  

   Colección: Religiones, Autoayuda y Crecimiento

   Autor: Isaac Fernández de la Villa
               


Peregrinos de la nueva era busca ofrecer una comprensión alternativa sobre uno mismo y sobre el entorno que se esconde detrás de los sufrimientos y las experiencias angustiosas.

La historia presenta un joven que, tras su despertar espiritual, se ve capaz de comprender los sufrimientos interiores arrastrados desde su niñez. Usando viejos cuadros que él pintó, nos cuenta su historia desde un nuevo punto de vista trascendente, sacando conclusiones y valores cargados de gran sabiduría.

¿Existe la reencarnación, las leyes de causa y efecto? ¿Nada es malo o bueno? ¿el pensamiento determina el valor de los acontecimientos? ¿Tenemos otra evolución aparte de la física? ¿Podemos dejar de sufrir en nuestro interior? Todas estas cuestiones y muchas más se plantean a través de la narración del protagonista, que no da por sentado la verdad de nada, sin investigar libre y objetivamente el asunto en cuestión.

Son reflexiones sin desperdicio que derrumban muros construidos por el condicionamiento social en que vivimos. Se trata de una obra valiosa que nos ayuda a librarnos de viejos patrones y ser libres de nuevo de nuestros pensamientos y creencias.

Referencias curiosas a frases de grandes personajes de la historia y nuevas interpretaciones de las antiguas escrituras, amenizan la mente del investigador o del buscador de la verdad.
 
Isaac Fernández de la Villa experimentó personalmente las consecuencias sociales de los cambios producidos por la transición política de aquel país. El contacto con las creencias implantadas desde antaño no le fue válido para satisfacer preguntas trascendentes. Sin embargo, observó la felicidad que la fe en algo superior proporcionaba a aquellos que la tenían, de lo que dedujo que no es tan importante el grado de verdad sobre lo que se cree como el grado en que se siente la creencia.

Tras sus estudios de Química, comenzó una investigación Teosófica en busca de la verdad. Taoísmo, Alquimia, Hinduismo, Budismo, Espiritismo, Cristianismo, Ocultismo, Condicionamiento mental, Filosofías Herméticas, el Astral, Sanación... Se tituló como monitor de taichí, y también trabaja con Reiki y Energía Magnificada. Comenzó el camino para dejar todo sufrimiento, por insignificante que pueda ser considerado, apoyado por el razonamiento, la comprensión y la intuición.
 

El clásico de regalo

Lo inconsciente es uno de los textos clave del fundador del psicoanálisis. Freud desarrolla en él el concepto que probablemente constituya el aporte fundamental de su trabajo: lo inconsciente, es decir, aquella instancia mental a la que la conciencia no llega, pero que opera de forma decisiva en nuestras percepciones y nuestras formas de pensar y vivir.

tapa

  

  Autor: Freud

  Colección: Psicología, Psiquiatría y Psicoanálisis

 


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Encuesta para los lectores
03


En narrativa, pocos personajes resultan tan fascinantes como los malos de la historia, sobre todo cuando su vileza excede los límites humanos o reconocibles.

La pregunta de hoy apunta a ellos: para usted, ¿quiénes son los personajes más malos de la literatura? ¿cuál es su villano preferido?

  • Sauron, el ojo sin párpado imaginado por Tolkien

  • Mr. Hyde, la contracara del afable Dr. Jeckyll

  • el Fausto de Goethe

  • el sanguinario conde Drácula

  • Barbazul, del relato recogido por Charles Perrault (basado, al parecer, en la historia real de Gilles de Rais, un francés del siglo XV, de quien se decía que tenía una barba de “tinte azulado”).  

Lo invitamos a votar haciendo clic aquí.
 

"Escribiendo ciencia ficción", última entrega, por Isaac Asimov*
04


...

"2) Usted tendrá que ejercitarse en el oficio

La instrucción decisiva la da la misma práctica de escribir. Y usted no debe esperar a que su preparación esté terminada. El acto de escribir es en sí mismo parte de la preparación.

Usted no podrá entender completamente lo que hacen los buenos escritores hasta que no lo haya intentado. Aprenderá mucho cuando vea que su historia se le está deshaciendo en las manos o que está empezando a formar un todo. Escriba a partir del primer momento, entonces, y siga escribiendo.

3) Usted tendrá que ser paciente

Como escribir es en sí mismo un modo de aprender, no piense que va a poder vender la primera historia que escriba. (Sí, ya sé que Bob Heinlein lo hizo, pero él era Bob Heinlein. Usted es solo usted).

Además ¿por qué habría de desalentarlo eso? Cuando completó su primer grado en la escuela ¿no había terminado todo para usted, no? Después vino el segundo, después el tercero, después el cuarto, y así sucesivamente.

Si cada historia que usted escribe es un paso más en su educación literaria, no importa que las editoriales la rechacen. La próxima historia será mejor, y la otra todavía mejor, y eventualmente...

Pero, entonces, ¿por qué molestarse en presentar las historias a las editoriales?

Si no lo hace ¿qué modo tiene de saber cuándo se gradúa? Después de todo, usted no sabe qué historia va a poder vender. Podría ser la primera. Casi seguro que no será, pero podría ser.

Naturalmente, aun después de haber vendido su primera historia, puede ser que usted no logre colocar las doce siguientes, pero habiéndolo logrado una vez, es bastante probable que pueda hacerlo de nuevo, si persevera.

Pero, ¿qué pasa si usted escribe y escribe y no logra mejorar, y lo único que consigue son papeletas con notas de rechazo? Una vez más, puede ser que usted no sea un escritor y tenga que conformarse con un puesto inferior, como el de presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos.

4) Usted tiene que ser razonable

Escribir es una de las tareas más maravillosas y satisfactorias que existen en el mundo, pero tiene unos pocos defectos insignificantes. Por ejemplo: que un escritor no puede casi nunca ganarse la vida con ella.

¡Ah sí! Algunos escritores ganan mucho dinero; son aquellos cuyos nombres todos conocemos. Pero por cada escritor que gana a montones, hay miles que tiemblan cuando llega la cuenta del alquiler. No debería ser así, pero es.

Tome mi caso: tres años después de haber vendido mi primera historia, llegué al estadio en que uno vende todo lo que escribe, es decir me convertí en un escritor exitoso. Sin embargo, pasaron diecisiete años más hasta que pude ganar como escritor lo suficiente para llevar una vida confortable.

Así que, mientras trata de convertirse en escritor, cerciórese de que tiene otro medio de ganarse la vida decentemente; y no abandone ese trabajo hasta que haya vendido su primer texto."

Fin (y manos a la obra)


*Prolífico autor, Isaac Asimov nació en Rusia (en 1922) y de muy niño emigró, con su familia, a los Estados Unidos. Se doctoró en Bioquímica, pero -a partir de 1958- se dedicó exclusivamente a la escritura de libros de ciencia ficción. Murió en 1992, con cerca de 500 títulos publicados.

 

05


Lugar: Moscú, naturalmente.

Fecha: julio de 1934.

Participantes: nada menos que el gran escritor H. G. Wells y el ya entonces controvertido político Josef Stalin.

Resultado: imperdible.


Wells: Le estoy muy agradecido, Sr. Stalin, por darme la oportunidad de conversar con Ud. Hace poco estuve en los Estados Unidos. Tuve una larga entrevista con el presidente Roosevelt, y en ella traté de averiguar, por cuáles ideas se deja guiar él. Ahora vengo con Ud. para preguntarle qué hace para cambiar el mundo.

Stalin: No tanto.

Wells: Viajo por el mundo como hombre sencillo, y como hombre sencillo observo lo que sucede a mi alrededor.

Stalin: Hombres de la vida pública de su importancia, no son "gente sencilla". Naturalmente, sólo la historia pronuncia el juicio definitivo acerca de la importancia que tal o cual hombre haya tenido efectivamente; pero en todo caso, Ud. no contempla el mundo con los ojos del "hombre sencillo".

Wells: No finjo modestia. Lo que quiero decir es, que trato de ver el mundo con los ojos del hombre sencillo, y no con los de un político de partido o de un alto funcionario de administración. Mi visita a los Estado Unidos me ha dado más de un estímulo para nuevas reflexiones. El viejo mundo financiero allí se está derrumbando; la vida económica del país va siendo reorganizada según nuevos principios. Lenin dijo: "Debemos aprender a manejar nuestros asuntos, debemos aprender de los capitalistas". Hoy, los capitalistas deben aprender de ustedes, y asimilar el espíritu del socialismo. Me parece que los Estados Unidos se encuentran en un profundo proceso de reorganización, está naciendo una economía planificada, una economía socialista. Ud. y Roosevelt parten de posiciones diferentes. ¿Pero acaso no existen, a pesar de eso, puntos de contacto entre lo que se piensa en Washington y lo que se piensa en Moscú? ¿No existe un cierto parentesco entre las respectivas ideas y necesidades? Las mismas cosas me llamaron la atención en Washington como ahora aquí: se constituyen oficinas, se crea una serie de nuevos órganos reguladores del Estado, se organiza el servicio estatal que hace tiempo hacía falta. Lo que se necesita allí como aquí es la posibilidad de intervenir con medidas directivas.

Stalin: Los Estados Unidos persiguen un fin diferente al nuestro en la URSS. El fin que persiguen los Estados Unidos se ha dado como resultado de los problemas económicos, de la crisis económica. Los americanos quieren encontrar una salida a la crisis con medidas del capitalismo privado, sin cambiar la base económica. Intentan limitar a un mínimo el daño, las pérdidas que resultan del sistema económico actual. Con nosotros, en cambio, la vieja base económica ha sido, como Ud. sabe, destruida, y en su lugar fue creada una base económica nueva, completamente diferente. Aunque los americanos, a los que alude, alcanzaran su meta en parte, es decir, si lograsen limitar las pérdidas a un mínimo, no eliminarían las raíces de la anarquía inherente al sistema capitalista.

Protegen el sistema económico que origina, forzosa e inevitablemente, anarquía de la producción. Para ellos no se trata, por lo tanto, de una reorganización de la sociedad, de abolir el viejo sistema social, del cual nacen la anarquía y las crisis, sino, a lo sumo, de restringir determinadas desventajas, de restringir determinados abusos. Subjetivamente, los americanos tal vez tengan la opinión de estar reorganizando la sociedad; pero objetivamente protegen la base actual de la sociedad. Por eso, objetivamente no habrá ninguna reorganización de la sociedad. Y tampoco una economía planificada. ¿Qué es la economía planificada? ¡Veamos algunas de sus cualidades! La economía planificada tiene como meta abolir la desocupación. Supongamos que manteniendo el sistema capitalista, fuese posible limitar la desocupación a un cierto mínimo. Con seguridad, ningún capitalista aprobaría la eliminación total de la desocupación, la abolición del ejército de reserva de desocupados que está destinado a ejercer presión sobre el mercado de trabajo, y constituye una garantía de mano de obra barata. Ahí tiene Ud. una de las contradicciones de la "economía planificada" de la sociedad burguesa.

¡Sigamos! "Economía planificada" significa impulsar la producción en aquellas ramas industriales, cuyos bienes son de especial importancia para la masa del pueblo. Pero Ud. sabe que, en el capitalismo, la ampliación de la producción se lleva a cabo de acuerdo a reglas totalmente diferentes, que el capital afluye a aquellos sectores económicos, en los que el pago de utilidades sea mayor. Nunca podrá Ud. inducir a un capitalista a que se inflija pérdidas a sí mismo, y a que se contente con un pago de utilidades más bajo, para satisfacer las necesidades del pueblo. Sin que desaparezcan los capitalistas, sin que sea abolido el principio de la propiedad privada de los medios de producción, es imposible edificar una economía planificada.

Wells: Estoy de acuerdo con Ud. en muchos sentidos. Pero quisiera realzar que, al decidirse un país entero por el principio de la economía planificada, al comenzar el gobierno lentamente, paso a paso, a imponer ese principio consecuentemente, al final habrá desaparecido la oligarquía financiera, y se habrá alcanzado el socialismo, en el sentido anglosajón de la palabra. El efecto que parte de las ideas "New-Deal" de Roosevelt es extraordinariamente fuerte para mí, esas ideas son socialistas. Me parece que en vez de acentuar el contraste entre ambos mundos, deberíamos aspirar a encontrar un lenguaje común para todas las fuerzas constructivas.

Stalin: Al hablar de la imposibilidad de realizar los principios de la economía planificada, manteniendo al mismo tiempo la base económica del capitalismo, no quiero, en lo más mínimo, rebajas las excepcionales facultades personales de Roosevelt, su iniciativa, su valor y su fuerza de decisión. Indudablemente, Roosevelt es, entre todos los líderes del mundo capitalista de hoy, uno de los personajes más vigorosos y sobresalientes. Por eso quisiera volver a acentuar una vez más, que mi convicción acerca de la imposibilidad de la economía planificada bajo condiciones capitalistas no significa que ponga en duda las facultades personales, el talento y el valor del presidente Roosevelt. Pero si las circunstancias no lo permiten, el líder más dotado de clarividencia no puede alcanzar el objetivo del cual Ud. habla. En un sentido puramente teórico, por supuesto no queda excluida la posibilidad de acercarse, bajo las condiciones del capitalismo, paulatina y gradualmente a la meta que Ud. llama "socialismo en el sentido anglosajón de la palabra". Pero ¿qué clase de socialismo será ese? A lo sumo refrenaría a los representantes individuales más desvergonzados del capital y aplicaría el principio de la intervención en la economía nacional en un campo algo más amplio. Todo muy bien. Pero tan pronto Roosevelt o cualquier otro líder del mundo burgués de hoy, quiera is más allá, y quiera seriamente atacar las bases del capitalismo, irremediablemente sufrirá un fracaso rotundo. Los bancos, la industria, las grandes empresas, las grandes grajas agrícolas no le pertenecen a Roosevelt. Sin excepción son propiedad privada. El ferrocarril, la flota mercante, todo esto está en manos de propietarios privados. Y, finalmente, aún el ejército de obreros calificados, de ingenieros, de técnicos no está bajo el mando de Roosevelt, sino bajo el mando de propietarios privados: toda esta gente, sin excepción, trabaja para propietarios privados. Tampoco nos debemos olvidar de la función del Estado en el mundo burgués. El Estado es una institución que organiza la defensa del país y mantiene el "orden"; es una máquina para la recaudación de impuestos. El Estado capitalista no tiene mucho que ver con la economía en el sentido propio de la palabra; esta no se encuentra en manos del Estado. Al contrario, el Estado está en manos de la economía capitalista. Justamente por eso, Roosevelt, a pesar de toda su energía, me temo que no logrará el fin señalado por Ud., siempre suponiendo que esté, efectivamente, persiguiendo tal fin. Tal vez sea posible, dentro de algunas generaciones, aproximarse un poco más a esa meta; personalmente, sin embargo, creo que ni siquiera eso es muy probable.

Wells: Quizá esté yo más convencido de una interpretación económica de la política que Ud. Los inventos y la ciencia moderna han producido poderosas fuerzas que impulsan hacia una mejor organización, un mejor funcionamiento de la sociedad, es decir, al socialismo. Organización y regulación de la actividad individual se han convertido, por encima de toda teoría social, en necesidades mecánicas. Si empezamos por el control estatal de los bancos, y, en un segundo paso, ampliamos el control hasta incluir la industria pesada, luego la industria entera, el comercio, etc., entonces este control, que lo abarca todo, equivaldrá a la propiedad estatal de todas las ramas de la economía nacional. Este será el proceso de socialización. Socialismo e individualismo no son contrarios como blanco y negro. Hay muchas gradaciones. Existe un individualismo que raya en el bandolerismo, y existen una disciplina y una organización, que son equivalentes al socialismo. La introducción de la economía planificada depende, en gran parte, de los organizadores de la economía, de la inteligencia técnica bien formada, que poco a poco puede ser ganada para los principios de organización socialista. Esto es lo que importa. Pues organización viene antes que socialismo. Es el factor más importantes. Sin organización, la idea del socialismo queda siendo una simple idea.

Stalin: Entre el individuo y el colectivo, entre los intereses del individuo y los de la comunidad, no existen antagonismos incompatibles, o por lo menos no deberían de existir. No deberían de existir, ya que el colectivismo, el socialismo no niega los intereses individuales, sino que, al contrario, los une con los intereses del colectivo. El socialismo no puede separarse de los intereses individuales. Sólo la sociedad socialista puede satisfacer al máximo estos intereses personales. Más aún: sólo la sociedad socialista puede intervenir con decisión a favor de los intereses del individuo. En este sentido, no existen antagonismos incompatibles entre "individualismo" y socialismo. Pero ¿podemos negar los antagonismos entre las clases, entre la clase poseedora, la clase de los capitalistas; y la clase trabajadora, el proletariado? De un lado tenemos la clase poseedora, a la cual le pertenecen los bancos, las fábricas, las minas, los medios de transporte, las plantaciones en las colonias. Esa gente no ve más que su propio interés: quiere lucros. No se somete a la voluntad del colectivo; intenta subordinar todo lo colectivo a su voluntad. Por otro lado, tenemos a la clase de los pobres, la clase explotada, a la cual no le pertenecen ni fábricas, ni empresas, ni bancos, que, para poder vivir, está forzada a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, y que carece de la posibilidad de satisfacer sus necesidades más elementales. ¿Cómo armonizar intereses y aspiraciones tan contrarios? A mi parecer, Roosevelt no logró encontrar el camino hacia la reconciliación de estos intereses. Eso es también imposible, como lo demuestra la experiencia. Por supuesto Ud. conoce la situación en los Estados Unidos mejor que yo, pues nunca he estado allí y me informo acerca de las condiciones americanas, principalmente por medio de la literatura. Pero tengo alguna experiencia en la lucha por el socialismo, y esta experiencia me dice, que Roosevelt, si realmente tratara de servir a los intereses de la clase obrera a costa de la clase capitalista, será substituido, de parte de esa clase capitalista, por otro presidente. Los capitalistas dirán: los presidentes van y vienen, mas nosotros no nos vamos, si tal o cual presidente no representa nuestros intereses, nos buscaremos otros. ¿Qué puede, a fin de cuentas, oponer el presidente a la voluntad de la clase capitalista?

Wells: Me opongo a esa simplificada subdivisión de la humanidad en pobres y ricos. Desde luego que existe una categoría de gente, que sólo persigue afanosamente el lucro propio. Pero ¿acaso no se le ve a esta gente como a una plaga, en el oeste tanto como aquí? ¿No existe mucha gente en el oeste, para la cual el beneficio no es ninguna meta en sí, que dispone de ciertos medios financieros, que quiere invertir y costear el sustento de estas inversiones, sin que vean en esto su meta principal? Ven en las inversiones una necesidad desagradable. ¿Acaso no existen muchos ingenieros capaces, que cumplen con su deber, organizadores de la economía, que encuentran el acicate para su actividad en otra cosa que no sea el lucro? A mi parecer existe una clase numéricamente fuerte de gente capacitada, que admite que el sistema actual es insatisfactorio, y que jugará un papel importante aún en la sociedad capitalista del futuro. Durante los últimos años he pugnado mucho, he pensado mucho acerca de la necesidad de hacer propaganda por el socialismo y el cosmopolitismo en amplios círculos de los ingenieros, los pilotos, los empleados técnico-militares. Carece de sentido querer acercarse a esos círculos con una propaganda de una simple lucha de clases. Esa gente comprende, en qué estado se encuentra el mundo. Comprende que es un maldito caos, pero el simple antagonismo de la lucha de clases de Ud., lo toma como algo disparatado.

Stalin: Ud. se contrapone a la subdivisión simplificada de la humanidad en pobres y ricos. Naturalmente, existe una capa media; existe la inteligencia técnica a la que se refirió, y existen personas muy buenas y muy honestas en ella. También existen, en ella, personas deshonestas y malas. Generalmente Ud. encuentra aquí todo tipo de gente. Pero antes que nada la humanidad se divide en pobres y ricos, en poseedores y explotados, y apartar la vista de esta división fundamental, significa apartar la vista del hecho fundamental. Yo no niego la existencia de capas medias, intermedias, que se puedan poner del lado de una, o de otra de las dos clases combatientes, o que se mantengan en una posición neutral en esta lucha. Pero repito, apartar la vista de esta división fundamental de la sociedad, o de la lucha fundamental entre las dos clases principales significa cerrar los ojos ante los hechos. Esta lucha se está librando y se seguirá librando. Cómo termine la lucha, depende del proletariado, de la clase obrera.

Wells: Pero ¿no existe mucha gente, que no es pobre, y sin embargo trabaja, trabaja productivamente?

Stalin: Naturalmente que hay pequeños propietarios de tierra, artesanos, pequeños comerciantes; pero el destino de un país no depende de esa gente, sino de las masas trabajadoras que producen todo aquello que la sociedad necesita.

Wells: Pero tendrá que reconocer que existen géneros de capitalistas que difieren mucho entre sí. Hay capitalistas que sólo piensan en el lucro, sólo piensan en hacerse ricos; pero también hay quienes están dispuestos a hacer sacrificios. Tome por ejemplo al viejo Morgan. Sólo pensaba en el lucro; era sencillamente un parásito de la sociedad; sólo acumulaba posesiones. Pero tome a Rockefeller. Era un organizador brillante; ha demostrado de manera ejemplar cómo se debe organizar la explotación del petróleo. O tome a Ford. Desde luego que Ford busca el beneficio propio. ¿Pero no es también un organizador apasionado de la racionalización en la producción, del cual Ud. aprende? Quiero señalar que en los últimos tiempos se ha producido un cambio importante en la actitud de los países de habla inglesa con respecto a la URSS. La causa de esto hay que buscarla en la posición de Japón y en los acontecimientos en Alemania. Pero al lado de eso existen otras razones que no tiene su origen en la política internacional. Existe una causa más profunda, y está, justamente, en que mucha gente se va dando cuenta de que el sistema basado en el lucro privado se está derrumbando. Bajo estas circunstancias me parece que no debemos poner el antagonismo entre ambos mundos en primer plano, sino que nos deberíamos esforzar por unificar todas las corrientes constructivas, todas las fuerzas constructivas, en la medida de lo posible, en una línea. Tengo la impresión, de que mi posición es más izquierdista que la suya, Sr. Stalin, creo que el viejo sistema está más cercano a su fin de lo que Ud. cree.

Stalin: Al hablar de capitalistas, que sólo buscan el lucro, sólo buscan la riqueza, no estoy queriendo decir que esa gente no tenga ningún valor y que no sirva para nada más. Muchos de ellos disponen, sin duda, de grandes capacidades organizativas, que no pretendería negar ni soñando. No es poco lo que los hombres de la Unión Soviética aprendemos de los capitalistas. Y Morgan, al cual caracteriza de modo tan desventajoso, fue indudablemente, un organizador bueno ya capaz. Pero si habla de gente resuelta a crear un mundo nuevo, por cierto que no la encontrará en las filas de aquellos que sirven fielmente a la causa del lucro. Nosotros y ellos estamos en dos polos opuestos. Ud. ha mencionado a Ford. Desde luego que es un organizador capaz de la producción. ¿Pero no conoce su actitud para con la clase obrera? ¿No sabe a cuántos obreros lanza a la calle? El capitalista está encadenado al lucro, y ningún poder del mundo lo puede arrancar de allí. El capitalismo no es eliminado por los organizadores de la producción, por la inteligencia técnica, sino por la clase obrera, porque las capas que mencionamos no tienen un papel autónomo. El ingeniero, el organizador de la producción, no trabaja como él quiere, sino como debe, trabaja de una manera que sirve a los intereses de su patrón. Desde luego que hay excepciones; hay hombres en esa capa que han despertado del delirio capitalista. En determinadas condiciones, la inteligencia técnica puede lograr milagros y prestar grandes servicios a la humanidad. Pero también puede causar grandes daños. No es poca la experiencia que tenemos los hombres de la Unión Soviética con la inteligencia técnica. Después de la Revolución de Octubre, una determinada parte de la inteligencia técnica se negó a colaborar en la construcción de la nueva sociedad; se resistía a este trabajo de construcción y lo saboteaba. Hicimos todo lo que pudimos para integrar a la intelectualidad técnica a este trabajo constructivo; lo intentamos de una manera y de otra. Pasó mucho tiempo antes de que nuestros intelectuales preparados se encontraran dispuestos a apoyar el nuevo sistema activamente. Hoy, lo mejor de esta intelectualidad técnica está en la línea más avanzada de aquellos que construyen la sociedad socialista. Partiendo de estas experiencias, estamos muy lejos de subestimar tanto los buenos como los malos lados de esta intelectualidad; sabemos que, de un lado, puede causa daño, del otro, puede lograr "milagros". Naturalmente, las cosas serían diferentes, si fuese posible arrancar a la intelectualidad, de un solo golpe, del mundo capitalista. Pero eso es utópico.

¿Hay entre la intelectualidad técnica, muchos que osarían romper con el mundo burgués e intervenir a favor de la edificación de una nueva sociedad? ¿Cree Ud. que haya mucha gente de ese tipo, digamos, en Inglaterra o en Francia? No, son sólo pocos, los que estarían dispuestos a separarse de sus patronos y empezar con la construcción de un nuevo mundo. Además, ¿podemos ignorar el hecho que, para cambiar el mundo, se tiene que estar en posesión del poder político? Me parece, Sr. Wells, que subestima mucho la cuestión del poder político, que esta pregunta, en su concepción, no está considerada en absoluto. ¿Qué puede hacer esa gente, aún con las mejores intenciones del mundo, si no está en condiciones de plantearse la pregunta del poder, y no está, ella misma, en posesión del poder? En el mejor de los casos, puede apoyar a la clase que tome el poder, pero no puede cambiar el mundo por su propia fuerza. Eso sólo lo puede hacer una clase mayoritaria, que se pone en el lugar de la clase capitalista, y se convierte, en vez de ésta, en dirigente. Esta clase, es la clase obrera. Desde luego que hay que aceptar la ayuda de la intelectualidad técnica; y, en sentido inverso, hay que ayudarle a ella. Pero no se debe creer, que la intelectualidad técnica fuese capaz de jugar un papel histórico autónomo. La transformación del mundo es un proceso grande, complicado y penoso. Esta gran tarea exige una gran clase. Sólo grandes barcos emprenden largos viajes.

... continuará en la próxima entrega de este boletín

 

05


El...


     
7 de noviembre de 1913 nace el escritor francés Albert Camus, Premio Nobel de Literatura 1957. Sus obras son claras representaciones del clima existencialista, y tratan sobre el sentimiento de absurdo acerca del destino humano. El extranjero (1942), Los justos (1949) y La peste (1947) son algunas de sus obras.

       8 de noviembre de 1674 muere John Milton, poeta y novelista inglés.

       11 de noviembre de 1928 nace el escritor mexicano, Carlos Fuentes, Premio Cervantes en 1987. Integrante de la generación del boom, está considerado como uno de los principales exponentes de la narrativa mexicana contemporánea. Algunas de sus obras son La región más transparente (1958), La muerte de Artemio Cruz (1962) y Cambio de Piel (1967).

De él citaremos algunas opiniones sobre la escritura y sobre la literatura latinoamericana:

"Todos los que escriben una novela saben que deben atravesar el problema proustiano de saber de algún modo lo que van a escribir, y al mismo tiempo sentirse sorprendidos de lo que se sale en realidad. Proust sólo escribía cuando había vivido lo que iba a escribir, y sin embargo debía escribir como si no supiera nada de eso... y eso es algo extraordinario. En cierto modo todos estamos embarcados en la misma aventura: la de saber lo que vamos a decir, tener el control sobre el material, conservando al mismo tiempo ese margen de libertad que es descubrimiento, sorpresa y un prerrequisito de la libertad del lector."

"Uno de los factores culturales básicos de Latinoamérica es que es una rama excéntrica de la cultura occidental. Es occidental y no lo es. De modo que sentimos que tenemos que conocer la cultura de Occidente mejor que un francés o un inglés, y que al mismo tiempo debemos conocer nuestra propia cultura. (...) Nosotros tenemos que conocer a Quetzacoatl y a Descartes. Ellos creen que con Descartes basta. Así, para Europa, Latinoamérica es un recordatorio constante de su obligación de universalidad. Por lo tanto, un escritor como Borges es típicamente latinoamericano. El hecho de que sea tan europeo sólo indica que es argentino."

"... no creo que la literatura pueda contentarse con ser una máscara o un espejo de la realidad. Creo que la literatura crea la realidad o no es literatura".

"A los 50, descubro que hay una larga fila de personajes y formas que exigen palabras y esperan junto a mi ventana. Me gustaría poder capturarlos a todos, pero no me alcanzará el tiempo (...) Cuando ya ha pasado la mitad de la vida, creo que uno debe ver el rostro de la muerte para poder empezar a escribir seriamente. Hay gente que ve el fin rápidamente, como Rimbaud. Cuando uno empieza a verlo, siente que debe rescatar esas cosas. La muerte es el gran Mecenas, la muerte es el gran ángel de la escritura. Uno debe escribir porque no va a vivir más.


       12 de noviembre de 1648 nació Sor Juana Inés de la Cruz, poetisa y religiosa mexicana, muy citada por el género femenino a causa de sus famosas "Redondillas", que comienzan:

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

 

       13 de noviembre de 1850 nace Louis Robert Stevenson, novelista escocés, autor de las célebres novelas El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde y La isla del tesoro.

       14 de noviembre de 1910 muere León Tolstoi, novelista ruso. En 1968 muere Ramón Menéndez Pidal, filólogo e historiador español. Fue, además, poeta, narrador y ensayista.

       16 de noviembre de 1922 nace José Saramago, escritor portugués.

       17 de noviembre de 1895 muere el escritor francés, Alejandro Dumas (h), autor del teatro de inspiración social. La dama de las camelias (de 1848) fue su gran éxito.

       22 de noviembre de 1916 se suicidó Jack London. Su primer gran éxito lo había publicado en 1903: El llamado de la selva. Su medio centenar de obras fueron traducidas a todos los idiomas del mundo y más tarde se convirtieron en películas.

       25 de noviembre de 1562 nace el escritor español Félix Lope de Vega, dramaturgo y poeta, autor de Fuenteovejuna.

       26 de noviembre de 1912 nace el dramaturgo francés de origen rumano Eugene Ionesco, el máximo representante del teatro del absurdo. Entre sus obras, se destacan La cantante calva (1950), El rey se muere (1962) y La sed y el hambre (1964).

       30 de noviembre de 1835 nace Samuel Clemens ("Mark Twain"), escritor estadounidense, autor de dos textos fundantes de la literatura norteamericana: Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Muere, en 1900, Oscar Wilde, escritor irlandés.


      
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