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"El único camino fértil es el de la repetición. Beethoven recuperaba temas de
10 años antes,
Bach trabajaba de la misma forma y Verdaguer repetía, copiaba y corregía
sus poesías continuamente."
Antoni Gaudí (1852-1926),
arquitecto español
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En
este número:
1. Editorial
2. Recomendados (incluye libro clásico de
regalo)
3. Encuesta para los lectores (se obsequian
libros)
4.
"Aspectos del cuento" (primera entrega), por
Julio Cortázar
5. Entrevista a nuestros autores: Jogu Berrey
6. Efemérides y noticias
literarias
7. Direcciones para encontrarnos
8. Suscripciones |
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Estimado lector:
Le recordamos que durante este mes de junio
seguimos recibiendo obras para el
Primer Concurso LibrosEnRed
de Narrativa. El miércoles 30 inclusive será el último día para
enviarlas. A partir de entonces, pasaremos las novelas y los libros de cuentos a
manos del distinguido Jurado.
Así que a dar los últimos retoques y mandar los
originales antes de fin de mes. No se pierda la oportunidad de participar del
certamen literario de la editorial
digital más importante en idioma español.
¿Todavía no conoce las bases? Haga clic en esta
página.
¿Quiere avisar a algún conocido o amigo escritor del concurso? Vaya directamente
aquí.
Cada vez son más quienes tienen su página web o están por lanzarla. Para
ellos tenemos una propuesta imperdible: tener su propio
kiosco digital
y ofrecer libros (y cobrar comisiones) sin invertir
absolutamente nada.
Lo más recomendable será, naturalmente, que seleccione dentro de nuestro
catálogo los títulos más relacionados con la temática de su sitio y el interés de
quienes lo frecuentan. Si tiene una página de política, convendrá que presente
los libros de
política, ensayo y teoría social; si tiene un sitio relacionado con la
jardinería, los manuales de cultivo y estudios del medio ambiente. Nuestro
catálogo incluye
muchas y variadas colecciones en las que seguramente encontrará los contenidos de su
web.
La creación del kiosco es personal y
sencillísima. Y si usted ya es autor de LibrosEnRed, ¡puede vender, a través de
esta modalidad, sus propios títulos!
Felicitaciones a Benjamín
Sánchez (de Perú), ganador del último acertijo. La respuesta correcta era Juan Carlos Onetti,
escritor de desoladas historias en la ficticia ciudad de Santa María (vea, sobre
esto, el apartado tercero).
El acertijo de este mes pregunta:
¿Qué dos hermanos,
relacionados con el mundo literario, fueron separados (primero ideológica, y
después físicamente) por una guerra?
¿Cómo se llamaron y de qué guerra se trata?
Si se imagina la respuesta, envíenla -directamente en el
asunto del correo electrónico- a
[email protected].
Si tienen dudas, esperen la próxima pista el lunes 28 de junio, aquí.
Hasta el boletín que viene,
Editorial LibrosEnRed
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Atocha 17:15
Colección:
Relatos
Autor:
Ignacio Ayerbe (autor y
comp.)
Veinte historias. Cien personajes. Un solo lugar a una hora concreta. La
estación de trenes de Atocha es el lugar en el que transcurre este puñado
de relatos distintos, a las cinco y quince minutos de una
tarde cualquiera.
Miembros de Escuela de Escritores han producido los textos
que este libro reúne. Son historias que dan vueltas entre los trenes, sus
personajes, el amor, el misterio, la alegría o la soledad, con una sola idea conductora: la de la estación de Atocha de Madrid.
Engaños, amores, soledad, vida, misterio o muerte se
entrecruzan hasta dar una imagen de la vida tal cual es.
Cartas del
buen amor
Colección:
Novelas
Autor:
Joan E. Llin
¿Puede un hombre amar a varias mujeres? ¿Puede
una mujer enamorada de su marido negarle su sexualidad, para darla a otros
hombres? ¿Puede acabar siendo un peligroso inconveniente, para la estabilidad
emocional y los vínculos de pareja, "contarlo todo"? ¿Qué es y
qué implica el "compromiso" en una relación?
Este libro explora los intrincados caminos de las relaciones amorosas. Y propone
que hasta los tabúes más recalcitrantes y las muchas sorpresas que depare la carrera
de la vida pueden superarse. El buen amor (mejor, sí, con sexo), es el
reconstituyente para hacer más llevaderas las empinadas cuestas de la
transición.
Contiene páginas de contenido erótico.
¿Yoruba es santería?
Colección:
Religiones,
Autoayuda y Crecimiento
Autor:
Javier Águila
Morales
La santería es un culto afrocaribeño, mezcla de elementos místico–religiosos:
Yorùbá es su origen. ¿Es entonces Yorùbá lo mismo que santería?
Este libro
presenta los cambios significativos que sufrió la religión de los yorùbá en el
Nuevo Mundo, que resultaron en la aparición de lo que se conoce como
santería. Se tratarán temas esenciales como las deidades yorùbá, métodos
adivinatorios, la importancia del "ebó" –sacrificio religioso–, la moral yorùbá
y el sentido existencial para el creyente, además de una comparación entre
ambos cultos. También se incluyen los nombres científicos de las "ewé"
–hierbas– que se emplean en los rituales y refranes de la santería.
Javier Águila Morales (España) se diplomó en
Trabajo Social en la Universidad de Barcelona. En su corta vida vivió
temporadas en Cuba. Movido por su gran interés en conocer otras culturas, viajó
por muchos países. Como escritor e investigador, se destaca por sus profundos y
a la vez didácticos análisis.
El clásico de regalo
Relato breve (y divertidísimo) en el que Wilde se burla de la idiosincrasia de los ingleses y los
norteamericanos a través de la frustración de un fantasma que ya no consigue
asustar.
En un castillo típicamente europeo, en donde habita (y aterroriza) un fantasma desde hace
siglos, se instala una familia norteamericana. Del todo
pragmática e incrédula, ninguno de sus integrantes reacciona como es de esperar ante sus apariciones.
El fantasma entra en la más desconsolada depresión y pide colaboración a una niña para que lo ayude a
morir.
El fantasma de
Canterville
Colección:
Biblioteca Clásica
Autor:
Oscar Wilde
¿Usted también escribe? Nosotros lo
editamos.
Ingrese
aquí para conocer nuestras propuestas de
edición.
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El dúo
literario preferido resultó ser el que conforman Sherlock Holmes
y su incondicional colaborador Watson. Para todos los que lo votaron, vayan de
regalo los tres últimos títulos que hemos publicado de sus aventuras:
El signo de los cuatro,
Más
aventuras de Sherlock Holmes y
El
sabueso de Baskerville.
La encuesta de este mes trata de los lugares imaginarios, creados por la
fantasía de los grandes autores, que sin ocupar espacio físico, son más conocidos
e incluso tal vez más reales que muchos de los sitios del mundo empírico. De
existencia eterna y a la vez incomprobable, los podemos ver con la misma
nitidez con que percibimos nuestro entorno.
En la mayoría de los casos, estos lugares ficticios son sede de distintas
historias. A veces sustentan una saga entera e incluso llegan a ser el
escenario de una obra total (es el caso de Tolkien).
A usted, ¿qué lugar imaginario lo ha seducido más? ¿Cuál visitaría, si pudiera
transgredir las fronteras de la realidad?
Macondo, sede habitada por generaciones de Buendías en Cien años de
soledad, que aparece por primera vez en la novela La
hojarasca, de Gabriel García Márquez
Yoknapatawpha, el condado ficticio ideado por Faulkner (fuente de inspiración de García Márquez,
según el mismo reconoce)
La Tierra Media, el mundo de El Señor de los Anillos, de Tolkien
El asteroide B 612, hogar-planeta del Principito, imaginado por Antoine
de Saint-Exupéry
Camelot, capital del reino de Arturo (y lugar donde se encontraba su
famosa Mesa Redonda), tierra de bosques encantados y castillos misteriosos.
Cuéntenos qué lugar de fantasía desearía conocer haciendo clic
aquí.
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"... la novela gana siempre por puntos,
mientras que el cuento debe ganar por knock-out."
Puesto que voy a ocuparme de algunos aspectos del cuento como género
literario, y es posible que algunas de mis ideas sorprendan o choquen a quienes
las lean, me parece de una elemental honradez definir el tipo de narración que
me interesa, señalando mi especial manera de entender el mundo.
Casi todos los cuentos que he escrito pertenecen al género llamado fantástico
por falta de mejor nombre, y se oponen a ese falso realismo que consiste
en creer que todas las cosas pueden describirse y explicarse como lo daba por
sentado el optimismo filosófico y científico del siglo XVIII, es decir, dentro
de un mundo regido más o menos armoniosamente por un sistema de leyes, de
principios, de relaciones de causa y efecto, de psicologías definidas, de
geografía bien cartografiadas. En mi caso, la sospecha de otro orden más
secreto y menos comunicable, y el fecundo descubrimiento de Alfred Jarry,
para quien el verdadero estudio de la realidad no residía en las leyes sino en
las excepciones a esas leyes, han sido algunos de los principios orientadores
de mi búsqueda personal de una literatura al margen de todo realismo demasiado
ingenuo. Por eso, si en las ideas que siguen encuentran ustedes una
predilección por todo lo que en el cuento es excepcional, trátese de los temas
o incluso de las formas expresivas, creo que esta presentación de mi propia
manera de entender el mundo explicará mi toma de posición y mi enfoque del
problema. En último extremo podrá decirse que solo he hablado del cuento tal y
como yo lo practico. Y sin embargo, no creo que sea así. Tengo la certidumbre
de que existen ciertas constantes, ciertos valores que se aplican a todos los
cuentos, fantásticos o realistas, dramáticos o humorísticos. Y pienso que tal
vez sea posible mostrar aquí esos elementos invariables que dan a un buen
cuento su atmósfera peculiar y su calidad de obra de arte.
La oportunidad de cambiar ideas acerca del cuento me interesa por diversas
razones. Vivo en un país -Francia- donde este género tiene poca vigencia,
aunque en los últimos años se nota entre escritores y lectores un interés
creciente por esa forma de expresión. De todos modos, mientras los críticos
siguen acumulando teorías y manteniendo enconadas polémicas acerca de la
novela, casi nadie se interesa por la problemática del cuento. Vivir como
cuentista en un país donde esta forma expresiva es un producto casi exótico,
obliga forzosamente a buscar en otras literaturas el alimento que allí falta.
Poco a poco, en sus textos originales o mediante traducciones, uno va
acumulando casi rencorosamente una enorme cantidad de cuentos del pasado y del
presente, y llega el día en que puede hacer un balance, intentar una
aproximación valorativa a ese género de tan difícil definición, tan huidizo en
sus múltiples y antagónicos aspectos, y en última instancia tan secreto y
replegado en sí mismo, caracol del lenguaje, hermano misterioso de la poesía en
otra dimensión del tiempo literario.
Pero además de ese alto en el camino que todo escritor debe hacer en algún
momento de su labor, hablar del cuento tiene un interés especial para nosotros,
puesto que casi todos los países americanos de lengua española le están dando
al cuento una importancia excepcional, que jamás había tenido en otros países
latinos como Francia o España. Entre nosotros, como es natural en las
literaturas jóvenes, la creación espontánea precede casi siempre al examen
crítico, y está bien que así sea. Nadie puede pretender que los cuentos
sólo deban escribirse luego de conocer sus leyes. En primer lugar, no hay tales
leyes; a lo sumo cabe hablar de puntos de vista, de ciertas constantes que dan
una estructura a ese género tan poco encasillable; en segundo lugar los
teóricos y los críticos no tienen por qué ser los cuentistas mismos, y es
natural que aquellos sólo entren en escena cuando exista ya un acervo, un
acopio de literatura que permita indagar y esclarecer su desarrollo y sus
cualidades.
En América, tanto en Cuba como en México o Chile o Argentina, una gran cantidad
de cuentistas trabaja desde comienzos de siglo, sin conocerse entre sí,
descubriéndose a veces de manera casi póstuma. Frente a ese panorama sin
coherencia suficiente, en el que pocos conocen a fondo la labor de los demás,
creo que es útil hablar del cuento por encima de las particularidades
nacionales e internacionales, porque es un género que entre nosotros tiene una
importancia y una vitalidad que crecen de día en día. Alguna vez se harán las
antologías definitivas -como las hacen los países anglosajones, por ejemplo- y
se sabrá hasta dónde hemos sido capaces de llegar. Por el momento no me parece
inútil hablar del cuento en abstracto, como género literario. Si nos hacemos
una idea convincente de esa forma de expresión literaria, ella podrá contribuir
a establecer una escala de valores para esa antología ideal que está por
hacerse. Hay demasiada confusión, demasiados malentendidos en este terreno.
Mientras los cuentistas siguen adelante su tarea, ya es tiempo de hablar de esa
tarea en sí misma, al margen de las personas y de las nacionalidades. Es
preciso llegar a tener una idea viva de lo que es el cuento, y eso es siempre
difícil en la medida en que las ideas tienden a lo abstracto, a desvitalizar su
contenido, mientras que a su vez la vida rechaza angustiada ese lazo que quiere
echarle la conceptualización para fijarla y categorizarla. Pero si no tenemos
una idea viva de lo que es el cuento habremos perdido el tiempo, porque un
cuento, en última instancia, se mueve en ese plano del hombre donde la vida y
la expresión escrita de esa vida libran una batalla fraternal, si se me permite
el término; y el resultado de esa batalla es el cuento mismo, una síntesis
viviente a la vez que una vida sintetizada, algo así como un temblor de agua
dentro de un cristal, una fugacidad en una permanencia. Sólo con imágenes se
puede trasmitir esa alquimia secreta que explica la profunda resonancia que un
gran cuento tiene entre nosotros, y que explica también por qué hay muchos
cuentos verdaderamente grandes.
Para entender el carácter peculiar del cuento se le suele comparar con la
novela, género mucho más popular y sobre el cual abundan las preceptivas.
Se señala, por ejemplo, que la novela se desarrolla en el papel, y por lo tanto
en el tiempo de la lectura, sin otro límite que el agotamiento de la materia
novelada; por su parte, el cuento parte de la noción de límite, y en primer
término de límite físico, al punto que en Francia, cuando un cuento excede las
veinte páginas, toma ya el nombre de nouvelle, género a caballo entre el
cuento y la novela propiamente dicha. En ese sentido, la novela y el cuento se
dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que
una película es en principio un "orden abierto", novelesco, mientras que una
fotografía lograda presupone una ceñida limitación previa, impuesta en
parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el
fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. No sé si ustedes han oído
hablar de su arte a un fotógrafo profesional; a mí siempre me ha sorprendido el
que se exprese tal como podría hacerlo un cuentista en muchos aspectos.
Fotógrafos de la calidad de un Cartier-Bresson o de un Brasai definen su arte
como una aparente paradoja: la de recortar un fragmento de la realidad,
fijándole determinados límites, pero de manera tal que ese recorte actúe como
una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una
visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara.
Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia
y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales,
acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el "clímax" de
la obra, en una fotografía o en un cuento de gran calidad se procede
inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a
escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no
solamente valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el
espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que
proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucha más allá de
la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento. Un
escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se
entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por
puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out. Es cierto, en la
medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector,
mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las
primeras frases. No se entienda esto demasiado literalmente, porque el buen
cuentista es un boxeador muy astuto, y muchos de sus golpes iniciales pueden
parecer poco eficaces cuando, en realidad, están minando ya las resistencias
más sólidas del adversario. Tomen ustedes cualquier gran cuento que prefieran,
y analicen su primera página. Me sorprendería que encontraran elementos
gratuitos, meramente decorativos. El cuentista sabe que no puede proceder
acumulativamente, que no tiene por aliado al tiempo; su único recurso es
trabajar en profundidad, verticalmente, sea hacia arriba o hacia abajo del
espacio literario. Y esto, que así expresado parece una metáfora, expresa sin
embargo lo esencial del método. El tiempo del cuento y el espacio del cuento
tienen que estar como condenados, sometidos a una alta presión espiritual y
formal para provocar esa "apertura" a que me refería antes. Basta preguntarse
por qué un determinado cuento es malo. No es malo por el tema, porque en
literatura no hay temas buenos ni temas malos, solamente hay un buen o un mal
tratamiento del tema. Tampoco es malo porque los personajes carecen de
interés, ya que hasta una piedra es interesante cuando de ella se ocupan un
Henry James o un Franz Kafka. Un cuento es malo cuando se lo escribe sin esa
tensión que debe manifestarse desde las primeras palabras o las primeras
escenas. Y así podemos adelantar ya que las nociones de significación, de
intensidad y de tensión han de permitirnos, como se verá, acercarnos mejor a la
estructura misma del cuento.
(... continuará)
*Julio Cortázar (argentino, 1914-1984) es valorado sobre todo por sus
cuentos, entre los que pueden destacarse "Casa tomada", "El perseguidor"
y "Axolotl". Ha escrito también poemas y novelas. La más reconocida
fue Rayuela, de 1963, que implica al lector en un juego creativo en el
que él mismo puede elegir el orden en que leerá los capítulos.
Además de escritor, fue un habilidoso traductor (trabajó para la Unesco desde
que se radicó en París, en 1951). Son célebres las
versiones que produjo en español de cuentos de
Edgar Allan Poe. Su
literatura fue volviéndose cada vez más comprometida con la situación política
de Latinoamérica. Fue un gran defensor de la causa revolucionaria cubana y, años más tarde,
de la Nicaragua sandinista.
Si desea conocer nuestra colección de relatos, algunos de ellos
gratuitos, cliquee
aquí.
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1. ¿Recuerda cuál fue el primer libro que leyó? Y de los últimos que leyó,
¿cuál es el que más recuerda?
Mi primera lectura fue El Principito, que he leído mas de 50 veces, y de los
últimos, el que más recuerdo es
El manifiesto del partido comunista de
Marx y
Engels. El primero iluminó mi imaginación, el segundo, la de los oprimidos.
2. ¿De qué personaje de papel se enamoró?
De Jesucristo. No por que lo vea como un personaje inventado sino que, al
estilo del Mio Cid, fue rodeado de leyendas tan hermosas que se antojan
reales... El Cristo que habita en la mente del creyente está muy lejos del
Jesús histórico.
3. ¿Qué libro elegiría como lectura obligatoria para la etapa de la
adolescencia?
Una historia de la filosofía no viciada. Es muy importante que las mentes
jóvenes depositen sus convicciones sobre bases sólidas y bien analizadas; solo
así reducirán el riesgo de ser víctimas de los dogmatismos controladores de
masas.
4. ¿Novela o cuento?
El Ingenioso Hidalgo. Un maravilloso retrato de la conducta humana... siempre
"locuaz", soñadora e inocente.
5. Usted escribe ¿una disciplinada cantidad cada
día o cuándo y cuánto disponga la inspiración?
Dependo de la inspiración, a veces trato de escribir por oficio pero
termino tirando mis horas al basurero.
6. Mientras escribe, ¿la compañía de la música o la concentración del
silencio? ¿Ventana a la calle o habitación en el más absoluto aislamiento?
Me gusta escribir con música, aunque luego no percibo cuando termina el disco;
me encantaría tener una ventana que dé a pleno centro de la ciudad pero al
momento he de contentarme con una suburbana que da a la casa del vecino.
7. A la hora de sentarse a escribir, ¿la eficacia de la computadora o la
proximidad del papel y la lapicera?
La eficacia de la computadora, el papel y la pluma los utilizo para anotar los
chispazos de inspiración que surgen en los semáforos o en las clases.
8. ¿Cómo qué autor o autora le gustaría escribir?
Se dice de Günter Grass que es un crítico mordaz, pensador profundo y que
posee un gran sentido del humor... Me encantaría que algún día se dijera eso de
mí.
9. La literatura y la escritura, ¿por qué y para qué las incluyó en su vida?
Inicialmente para escapar del aburrimiento y la depresión, después por
gusto y quizá vocación, creo que la lectura y el buen análisis llevan
definitivamente a la escritura puesto que ningún autor podrá decir jamás lo que
cada lector elabora en su mente.
*Jogu Berrey
ha publicado con nosotros
El tercermundismo mundial, la materia consciente y otros poemas explicados,
cinco ensayos que en forma de poemas plantean temas filosóficos universales. Un
libro maravilloso y original, que propone
a los lectores una experiencia de lectura seguramente inédita y provechosa.
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El...
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1º de junio (de 1874) "nacimos el mundo
y yo", afirmaba Macedonio Fernández. Escritor originalísimo, escribió
títulos tan inconvencionales como No toda es vigilia la de ojos
abiertos, Papeles de recienvenido y Museo de la novela eterna.
Exploró con humor punzante temas metafísicos.
El día de su entierro -corría el año 1952-, en el cementerio de la Recoleta de
Buenos Aires, Borges decía:
Yo por aquellos años lo
imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio. Yo sentía:
Macedonio es la metafísica, es la literatura. Quienes lo precedieron pueden
resplandecer en la historia, pero eran borradores de Macedonio, versiones
imperfectas y previas. No imitar ese canon hubiera sido una negligencia
increíble.
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3 de junio de 1924 murió
Franz Kafka,
escritor checo. Este es otro autor del que puede decirse que estableció un
antes y un después. Numerosos
trabajos
críticos en torno a su obra indagan acerca de la enorme influencia
que tuvo en
la literatura posterior.
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9 de junio de 1870 fallece
Charles Dickens,
el gran novelista inglés del Realismo del siglo XIX. Su obra sirvió como modelo
de la corriente literaria realista al escritor español
Benito Pérez
Galdós.
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13 de junio de 1888 nació Fernando Pessoa,
escritor portugués.
En 1914, empieza a escribir bajo la firma de heterónimos (distintos alter
egos): Ricardo Reis, Alberto Caeiro,
Bernardo
Soares y Álvaro de Campos. De su obra El
libro del desasosiego, que es casi un diario íntimo del autor, hemos
extraído algunos párrafos que son representativos de su personalidad y su
poética:
"Envidio a todos porque no son Pessoa. De todas las
imposibilidades, ésta se me ha hecho siempre la más imposible, y es la que más
ha contribuido a mi angustia diaria, mi desesperación en cada momento triste."
"Yo nací en una época cuando la mayoría de los jóvenes habían perdido la fe en
Dios, por la misma razón por la que sus mayores lo había hecho, sin saber por
qué. Y entonces, desde que el espíritu humano tiende de manera natural a hacer
juicios basados en el sentimiento y no en la razón, la mayoría de estos jóvenes
escogió la Humanidad para remplazar a Dios. Yo, sin embargo, soy la clase de
persona que está al borde de aquello a lo cual pertenece, viendo no solamente
la multitud de la cual forma parte sino también los amplios espacios abiertos
alrededor de ella. Por eso no abandoné de manera tan completa a Dios como ellos
lo hicieron, y nunca acepté la Humanidad. Razoné que Dios, aunque improbable,
podía existir, en cuyo caso, debería ser adorado, en tanto que la Humanidad,
siendo una idea solamente biológica y significando nada más que la especie
animal a la cual pertenecemos, no era mas merecedora de adoración que cualquier
otro tipo de especie animal."
"20 de diciembre de 1931. Estoy virtualmente convencido de que nunca estoy
despierto. No estoy seguro de si estoy soñando cuando vivo o estoy viviendo
cuando sueño, o si el soñar y el vivir se entrecruzan, cosas mezcladas que
unidas crean un yo consciente."
"He descubierto que siempre estoy atento y siempre pensando acerca de dos cosas
al mismo tiempo. Imagino que todo el mundo es un poco así. Ciertas impresiones
son tan vagas que sólo más tarde, porque las recordamos, caemos en cuenta de
haberlas tenido. Creo que estas impresiones forman parte de la doble atención
que todos poseemos. En mi caso las dos realidades que dominan mi atención son
igualmente vívidas. Esto es lo que constituye mi originalidad. Esto, quizás es
lo que constituye mi tragedia, y el lado cómico de la tragedia."
Fernando Pessoa murió en Lisboa, el 30 de
noviembre de 1935, a los 47 años.
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14
de junio mueren
Lewis Carroll -en el año 1898-,
Gilbert Keith Chesterton -en
1936- y Jorge Luis Borges, en 1986
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28 de junio de 1867 nace
Luigi Pirandello, dramaturgo italiano, Premio Nobel en 1934. Su obra más
conocida, Seis personajes en busca de un autor, consiste en una
de las primeras aproximaciones modernas al tema de la autonomía de los
individuos de ficción.
Unamuno retomará esta cuestión literaria en varias de sus novelas.
¿Desea recordarnos alguna fecha relacionada con el
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