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Boletín de LibrosEnRed Nº 36
 22 de enero de 2004
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"El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. 
La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente 
que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea."
José Martí (1853-1895), periodista y escritor cubano

En este número:

1. Editorial

2. Recomendados 

3. Encuesta para los lectores

4. Texto de regalo: "Carta a un joven poeta", de Rainer Maria Rilke

5. Entrevista del mes a José María García Plata

6. Efemérides y noticias literarias

7. Direcciones para encontrarnos

8. Suscripciones

01



¡Bienvenidos al primer boletín del 2004!

Esperamos que hayan comenzado muy bien el año y que cuenten con todas las energías necesarias para llevar adelante, en esta nueva etapa, sus deseos y proyectos... Y, precisamente, como para muchos de quienes nos leen, estos proyectos están relacionados con la escritura, hemos pensado en regalarles un texto que les resultará, seguramente, iluminador. Se trata de la primera de las famosas cartas escritas por el poeta Rilke sobre el arte de escribir, disponible para su lectura en el apartado tercero. 

Este año sigue El Acertijo, el juego que, mes a mes, brinda a todos la oportunidad de ganarse dos libros de nuestro catálogo. La pregunta que planteamos esta vez es:  

¿De qué género literario puede decirse que se maneja con el presupuesto de que el hombre actúa de forma razonada y previsible? 

Si se imaginan cuál es, envíen su respuesta -directamente en el asunto del correo electrónico- a [email protected]. Si tienen dudas, esperen la próxima pista el lunes 2 de febrero, aquí

Delia Zavaleta
, de Perú, resultó ganadora del acertijo anterior (cuya respuesta era Arthur Rimbaud, el gran poeta bohemio, y no Dante Alighieri, como imaginaron varios participantes, por sus exploraciones del infierno, el purgatorio y el paraíso en La divina comedia). 

Hasta el boletín que viene, y feliz 2004 para todos,

Editorial LibrosEnRed

 

02

 

Cayucos y pateras: un viaje hacia la libertad

tapa   

   Colección: Relatos

   Autor: Joaquín Peña
             


En este libro, Joaquín Peña toca de lleno el vivo y sangrante problema social de los marginados llegados hasta las costas españolas.  

Un traductor que trabaja en el parlamento europeo se ve obligado a ocultar los secretos de los distintos gobernantes para los que trabaja. Acosado por tanta presión, realiza un viaje de descanso a Marruecos. Pero lo que comienza como un viaje de placer, se irá convirtiendo en una extraña aventura. Se verá inmerso de forma directa en el problema de la inmigración proveniente de África a las playas españolas, tras aventurarse en un océano que se traga las vidas de unos y las esperanzas de todos. 

Se trata de un vívido relato en primera persona, en el que el lector se verá atrapado hasta el final.

Joaquín Peña nació en Granada, en 1952. Es hijo de poeta, y padre, a la vez, de poeta. De joven, cultivó la poesía (le "corre por las venas", le gusta decir) y se define lorquiano. Más tarde, viró por entero a la prosa y comenzó a escribir narrativa con el estilo que lo caracteriza (intimista, a la vez que agresivo). Ha escrito, además, guiones de teatro, radio, cine, televisión y numerosos relatos cortos. Fue premiado en varias ocasiones. 


Utópicas realidades

tapa                                                                  

   Colección: Cuentos

   Autor: Elkin Eduardo Echeverri Acosta
            


Utópicas realidades está integrado por un conjunto de relatos que llevan a participar de otras dimensiones; a elevarse de la tierra sin dejar de estar anclados en la más sencilla realidad. Son cuentos que, con un lenguaje claro y sencillo, invitan al lector a soñar y a revivir experiencias con personajes originados en la cotidianeidad, pero modelados por la imaginación. 

La prosa de estos relatos quiere reflejar circunstancias increíbles, que lleven a tomar parte de muertes ilógicas, vidas ilusionadas, amores descabellados y puros, con el más claro sentido estético. La búsqueda es consecuente y resulta exitosa. 

Echeverri Acosta realizó sus primeras incursiones literarias escribiendo guiones para teatro. Es un exitoso actor y director de teatro y televisión. Como escritor, ganó reconocimientos en tres concursos de cuento universitario. Algunos de sus relatos han sido publicados en revistas nacionales. Su primer libro, Sueños irreverentes, es de 1998, y está conformado por cuentos y poesía. Ha publicado, además, un libro compartido con otros poetas: Hilando poemas (1999).


Las preguntas de Adam

tapa                                                                  

   Colección: Religiones, Autoayuda y Crecimiento

   Autor: César Medrano
            
            

Maravillosa historia de ficción tramada por las preguntas básicas que todos nos hemos planteado alguna vez: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿adónde vamos? ¿qué hacemos aquí?  

Adam es un niño de nueve años que un día pregunta a su padre por qué el mundo es como es. Esta simple pregunta fomenta en el padre la transmisión de todo el sistema de creencias que ha recogido durante su vida. Le hablará sobre sus conceptos de Dios, el bien y el mal, la reencarnación, el cielo y el infierno, los extraterrestres y el karma, y de muchas cosas más. Adam se maravilla ante todo lo que escucha. Los lectores, sin duda, se maravillarán también: Las preguntas de Adam es un libro profundo y universal. 

César Medrano es un profesional del crecimiento personal y la medicina alternativa. Es acupuntor, naturópata, asesor en nutrición e instructor de Tantra. Comenzó a interesarse por el mundo alternativo en el año 1992, en el que una serie de experiencias personales y una enfermedad le dieron la oportunidad de abrirse a una nueva dimensión de conocimiento y evolución interior. Desde entonces, se ha dedicado a estudiar y experimentar la "Nueva era" y con el tiempo se ha convertido en una referencia en este tipo de medicina, y dentro del mundo del crecimiento personal en España. 


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Encuesta para los lectores
03


Comencemos el año haciendo honor a la verdad... ¿Cuál de los siguientes clásicos le resultó aburrido, tedioso o, directamente, interminable?

  • El Ulises de James Joyce 

  • Los hermanos Karamazov, de Dostoievski

  • Anna Karenina, de Tolstoi

  • En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust 

  • El Silmarillion, la cosmogonía ideada por Tolkien, que sustenta la trama del El Señor de los Anillos

  • Sobre héroes y tumbas, del escritor argentino Ernesto Sábato

  • La Ilíada, el clásico atribuido a Homero.


Confiese qué clásico elegiría -pero solo por su efecto somnífero- haciendo clic aquí.

 

04

 
                                                                                                         París, 17 de febrero de 1903 

Muy distinguido señor:

Hace solo pocos días que me alcanzó su carta, por cuya gran y afectuosa confianza quiero darle las gracias. Sabré apenas hacer algo más. No puedo entrar en minuciosas consideraciones sobre la índole de sus versos, porque me es del todo ajena cualquier intención de crítica. Y es que, para tomar contacto con una obra de arte, nada, en efecto, resulta menos acertado que el lenguaje crítico, en el cual todo se reduce siempre a unos equívocos más o menos felices.

Las cosas no son todas tan comprensibles ni tan fáciles de expresar como generalmente se nos quisiera hacer creer. La mayor parte de los acontecimientos son inexpresables; suceden dentro de un recinto que nunca holló palabra alguna. Y más inexpresables que cualquier otra cosa son las obras de arte: seres llenos de misterio, cuya vida, junto a la nuestra que pasa y muere, perdura. 

Dicho esto, sólo queda por añadir que sus versos no tienen aún carácter propio, pero sí unos brotes quedos y recatados que despuntan ya, iniciando algo personal. Donde más claramente lo percibo es en el último poema: "Mi alma". Ahí hay algo propio que ansía manifestarse; anhelando cobrar voz y forma y melodía. Y en los bellos versos "A Leopardi" parece brotar cierta afinidad con ese hombre tan grande, tan solitario. Aun así, sus poemas no son todavía nada original, nada independiente. No lo es tampoco el último, ni el que dedica a Leopardi. La bondadosa carta que los acompaña no deja de explicarme algunas deficiencias que percibí al leer sus versos, sin que, con todo, pudiera señalarlas, dando a cada una el nombre que le corresponda. 

Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí, como antes lo preguntó a otras personas. Envía sus versos a las revistas literarias, los compara con otros versos, y siente inquietud cuando ciertas redacciones rechazan sus ensayos poéticos. Pues bien -ya que me permite darle consejo- he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "sí, debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. 

Acérquese a la naturaleza e intente decir, cual si fuese el primer hombre, lo que ve y siente y ama y pierde. No escriba versos de amor. Rehuya, al principio, formas y temas demasiado corrientes: son los más difíciles. Pues se necesita una fuerza muy grande y muy madura para poder dar de sí algo propio ahí donde existe ya multitud de buenos y, en parte, brillantes legados. Por esto, líbrese de los motivos de índole general. Recurra a los que cada día le ofrece su propia vida. Describa sus tristezas y sus anhelos, sus pensamientos fugaces y su fe en algo bello; y dígalo todo con íntima, callada y humilde sinceridad. Valiéndose, para expresarse, de las cosas que lo rodean. De las imágenes que pueblan sus sueños. Y de todo cuanto vive en el recuerdo. 

Si su diario vivir le parece pobre, no lo culpe a él. Acúsese a sí mismo de no ser bastante poeta para lograr descubrir y atraerse sus riquezas. Pues, para un espíritu creador, no hay pobreza. Ni hay tampoco lugar alguno que le parezca pobre o le sea indiferente. Y aun cuando usted se hallara en una cárcel, cuyas paredes no dejasen trascender hasta sus sentidos ninguno de los ruidos del mundo, ¿no le quedaría todavía su infancia, esa riqueza preciosa y regia, ese camarín que guarda los tesoros del recuerdo? Vuelva su atención hacia ella. Intente hacer resurgir las inmersas sensaciones de ese vasto pasado. Así verá cómo su personalidad se afirma, cómo se ensancha su soledad convirtiéndose en penumbrosa morada, mientras discurre muy lejos el estrépito de los demás. Y si de este volverse hacia dentro, si de este sumergirse en su propio mundo, brotan luego unos versos, entonces ya no se le ocurrirá preguntar a nadie si son buenos. Tampoco procurará que las revistas se interesen por sus trabajos. Pues verá en ellos su más preciada y natural riqueza: trozo y voz de su propia vida. 

Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una íntima necesidad. Precisamente en este su modo de engendrarse radica y estriba el único criterio válido para su enjuiciamiento: no hay ningún otro. Por eso, muy estimado señor, no he sabido darle otro consejo que éste: adentrarse en sí mismo y explorar las profundidades de donde mana su vida. En su venero hallará la respuesta cuando se pregunte si debe crear. Acéptela tal como suene. Sin tratar de buscarle varias y sutiles interpretaciones. Acaso resulte cierto que está llamado a ser poeta. Entonces cargue con este su destino; llévelo con su peso y su grandeza, sin preguntar nunca por el premio que pueda venir de fuera. Pues el hombre creador debe ser un mundo aparte, independiente, y hallarlo todo dentro de sí y en la naturaleza, a la que va unido. 

Pero tal vez, aun después de haberse sumergido en sí mismo y en su soledad, tenga usted que renunciar a ser poeta. (Basta, como ya queda dicho, sentir que se podría seguir viviendo sin escribir, para no permitirse el intentarlo siquiera.) Mas, aun así, este recogimiento que yo le pido no habrá sido inútil: en todo caso, su vida encontrará de ahí en adelante caminos propios. Que éstos sean buenos, ricos, amplios, es lo que yo le deseo más de cuanto puedan expresar mis palabras. 

¿Qué más he de decirle? Me parece que ya todo queda debidamente recalcado. Al fin y al cabo, yo sólo he querido aconsejarle que se desenvuelva y se forme al impulso de su propio desarrollo. Al cual, por cierto, no podría causarle perturbación más violenta que la que sufriría si usted se empeñase en mirar hacia fuera, esperando que del exterior llegue la respuesta a unas preguntas que sólo su más íntimo sentir, en la más callada de sus horas, acierte quizás a contestar. 

Fue para mí una gran alegría el hallar en su carta el nombre del profesor Horacek. Sigo guardando a este amable sabio una profunda veneración y una gratitud que perdurará por muchos años. Hágame el favor de expresarle estos sentimientos míos. Es prueba de gran bondad el que aun se acuerde de mí, y yo lo sé apreciar. 

Le devuelvo los adjuntos versos, que usted me confió tan amablemente. Una vez más le doy las gracias por la magnitud y la cordialidad de su confianza. Mediante esta respuesta sincera y concienzuda, he intentado hacerme digno de ella: al menos un poco más digno de cuanto, como extraño, lo soy en realidad. 

Con todo afecto y simpatía, 

                                                     
                                                                                                                Rainer Maria Rilke

                                        *Nacido en Praga, en 1875, Rilke fue poeta y narrador. Murió en 1926.
Esta carta es la primera de una serie de intercambios que se produjo entre el poeta Rilke y Franz Xaver Kappus, entre 1903 y 1908.

05



1. ¿Recuerda cuál fue el primer libro que leyó? Y de los últimos que leyó, ¿cuál es el que más recuerda?

El primer libro que leí, que se me quedó grabado en la memoria y del cual disfruto todavía, fue un texto de poemas de José María Gabriel y Galán. De los últimos, el que más recuerdo es Gesta y sacrificio del teniente González Campos, cuyo autor es Andrés Chávez.

2. ¿De qué personaje de papel se enamoró?

Del Lazarillo de Tormes, protagonista de la novela del mismo nombre, de autor anónimo, perteneciente a la picaresca española, quien debido a sus miserias y adversidades pasadas, adquiere una inteligencia y picardía fuera de lo común para su edad.

3. ¿Qué libro elegiría como lectura obligatoria para la etapa de la adolescencia?

El Quijote. Considero que su lectura puede ser de mucha valía para la formación humana de la juventud.

4. ¿Novela o cuento?


Depende de la edad del lector. Si es adulto, novela, por supuesto. 

5. Usted escribe
, ¿una disciplinada cantidad cada día, o cuándo y cuánto disponga la inspiración?

Depende de lo que escriba. Si se trata de narrativa, procuro hacerlo disciplinadamente todos los días. Pero tan pronto noto cansancio o saturación mental, ceso en el trabajo. En la poesía, no escribo si no me encuentro inspirado, y esta inspiración suele llegar en momentos y lugares distintos a la mesa de trabajo. En ésta, únicamente, los plasmo.

6. Mientras escribe, ¿la compañía de la música o la concentración del silencio? ¿Ventana a la calle o habitación en el más absoluto aislamiento?

La concentración del silencio. Los sonidos cercanos me distraen y no me permiten la concentración suficiente para escribir. Prefiero también ventana a la calle con suficiente claridad y ventilación.

7. A la hora de sentarse a escribir, ¿la eficacia de la computadora o la proximidad del papel y la lapicera?

Indistintamente, no tengo preferencias; aunque por la limpieza y rapidez a la hora de borrar y corregir cosas, optaría por la computadora, que en definitiva es donde escribo.

8. ¿Como qué autor o autora le gustaría escribir?

Con el estilo y claridad con que lo hace García Márquez. Me gusta este gran autor, porque creo que dice lo preciso con las palabras justas, lo cual hace su lectura amena.

9. La literatura y la escritura, ¿por qué y para qué las incluyó en su vida?

Porque disfruto con ambas, tanto al leer como al escribir. Me hacen sentir bien y me transportan a otras latitudes.
¿Para qué? Porque siento la necesidad de expresar mediante ello mis inquietudes, y poner a disposición del lector aquello que siento.
 

*José María García Plata (escritor español, n. 1948) es autor de Campos de algodón, novela que, en el contexto de la transformación agraria y con la alta Extremadura española como telón de fondo, narra una historia tan pintoresca como dramática. 

05


El...

      |  2 de enero de 1865 nace Rudyard Kipling, novelista y poeta inglés. Se lo llamó "el cantor del imperialismo anglosajón". Recibió el Premio Nobel en 1907. 

      |  3 de enero de 1882, Oscar Wilde llega a Estados Unidos para dar una serie de conferencias. Fiel a su estilo de burla y crítica sutil, cuando el oficial de la aduana le preguntó si tenía algo para declarar, respondió solamente: "Nada más que no sea mi genio". Luego, antes de partir, le pidieron que diese su opinión acerca de los norteamericanos. Él dio una de esas respuestas que lo convertían tan seguido en persona no grata: "Para los norteamericanos, el arte no tiene misterio ni maravilla; la belleza no tiene significado, y el pasado no tiene mensaje". Su crítica a los Estados Unidos puede apreciarse en El fantasma de Canterville, novelita brillante que se disfruta de principio a fin.

     El 3 de enero de 1951 nació Rosa Montero, periodista española.

      |  de enero de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, muere Henri Bergson, filósofo francés.

      |  5  enero de 1930 nace Juan Goytisolo, escritor español, y en 1931, Umberto Eco, el escritor y semiólogo italiano. Mueren, en 1936, Ramón del Valle Inclán y, en 1993, Juan Benet, ambos escritores españoles. 

      | 
7
de enero de 1986 muere Juan Rulfo, escritor mexicano. Escribió muy poco y publicó menos aún. De hecho, destruyó su primera obra importante, El hijo del desaliento, por considerarla "una novela autobiográfica llena de divagaciones personales, sin ningún interés literario". Sobre su título más destacado, Pedro Páramo, ha dicho otro autor latinoamericano muy celebrado, Jorge Luis Borges: "es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de la literatura".      

      |  9 de enero de 1906 nace Simone de Beauvior, escritora francesa. De joven, se unió al movimiento filosófico existencialista, cuyas premisas tienen una presencia constante en su obra. Fue pareja y compañera intelectual de Jean Paul Sartre por muchos años. 

      |  10 de enero de 1880 nace Manuel Azaña, político, escritor y presidente de la II República española, y, en 1893, Vicente Huidobro, poeta chileno. De su libro El espejo de agua, de 1916, hemos extraído estos versos presentes en el poema "Arte poética":

     Que el verso sea como una llave
     Que abra mil puertas.
     Una hoja cae; algo pasa volando;
     Cuanto miren los ojos creado sea,
     Y el alma del oyente quede temblando.

     Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
     El adjetivo, cuando no da vida, mata.

     En 1957, muere la poetisa -también nacida en Chile- Gabriela Mistral, quien recibió el primer Premio Nobel de Literatura otorgado a un autor latinoamericano, en el año 1945. 


      |  12 de enero de 1628 nace Charles Perrault, escritor francés. Ese día, en 1960, muere Agatha Christie. Tres años más tarde, fallece Ramón Gómez de la Serna, escritor español, inventor de las greguerías o "atrevimientos a definir lo que no puede definirse, a capturar lo pasajero, a acertar o a no acertar lo que puede no estar en nadie o puede estar en todos", como las definía él. Algunas greguerías de su autoría son:

     "Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte." 
     
     "Era tan moral que perseguía las conjunciones copulativas."
     
     "Lo peor de la ambición es que no sabe bien lo que quiere."
     
     "El capitalista es un señor que al hablar con vosotros se queda con vuestras cerillas."  


      |  13 de enero de 1898, el escritor francés Emile Zola lanzó la célebre carta abierta conocida como Yo acuso, en el diario parisino La Aurora. Estaba dirigida al presidente de Francia y defendía la inocencia de Alfred Dreyfus
     
     En 1941, muere James Joyce, escritor irlandés. 

      |  14 de enero de 1896 nace John Dos Passos, novelista estadounidense. 

      |  15  de enero de 1996 Mario Vargas Llosa toma posesión del sillón L de la Real Academia Española de la Lengua. 

      |  17 de enero de 1600 nace el dramaturgo Pedro Calderón de la Barca. Su obra teatral consta de 110 comedias, 80 autos sacramentales y varias zarzuelas, entre otras piezas, y puede dividirse, por las distintas perspectivas con las que fueron compuestas, en comedias religiosas (como La devoción de la Cruz), histórico-legendarias (El sitio de Breda) y filosóficas (El gran teatro del mundo y La vida es un sueño). 

     En 1860, nace otro dramaturgo, el ruso Anton Chejov. Comenzó escribiendo cuentos y relatos, y luego se dedicó a crear obras de teatro. En 1978, muere Blas de Otero, poeta español. 

      |  18 de enero de 1867 nace Rubén Darío, poeta y escritor nicaragüense. Desempeñó corresponsalías de diarios y empleos diplomáticos en El Salvador, Chile, Argentina, España, Estados Unidos y Francia. Entre sus obras se destacan Abrojos, Cantos de vida y esperanza, Azul y Canto a la Argentina. Se lo considera la figura más representativa del movimiento modernista en América Latina. Su obra aportó a la literatura, especialmente a la poesía, innovaciones temáticas (por su esteticismo y el exotismo que incorpora) y renovación en el estilo. 
 
      |  19 de enero de 1809 nace el escritor norteamericano Edgar Allan Poe. 

      | 
20
de enero de 1851 murió Esteban Echeverría, autor de obras fundantes de la literatura argentina, como La cautiva y El matadero.  

      |  22
de enero de 1788 nace el poeta inglés George Lord Byron

      |  25 de enero de 1882 nace Virginia Woolf, autora inglesa. En sus novelas, intenta retratar la vida cambiante e inasible de la conciencia.

      |  27 de enero de 1979 muere Victoria Ocampo, escritora argentina. En 1931 había fundado Sur, revista para la cual escribieron figuras célebres de la literatura americana y europea. El 23 de junio de 1977 fue incorporada a la Academia Argentina de Letras. 

      |  28 de enero de 1853 nace el escritor y político cubano José Martí, héroe de la independencia de Cuba. Su obra poética le convirtió en un precursor del Modernismo. Además de poesías, escribió novelas, ensayos y folletos políticos. 

     |  31 de enero de 1923 nace Norman Mailer, escritor norteamericano, ensayista premiado (obtuvo el Pullitzer) y autor de una de las novelas más elogiadas sobre la Segunda Guerra Mundial: Los desnudos y los muertos

     

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